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CATALOGAN Y MAPEAN PARÁSITOS EN MÉXICO

Academia Mexicana de Ciencias
Boletín AMC/245/14
México, D.F., 08 de julio de 2014

  • Muchos llegaron a nuestro país de Europa con la introducción de animales durante la época de la conquista; éstos traían ya sus propios parásitos, que se adaptaron y desarrollaron aquí
  • Algunos organismos tienen zonas específicas de distribución, mientras que otros han evolucionado para desarrollarse fuera de su clima natural, como la Fasciola hepática, que se ha adaptado al clima frío, resaltó Héctor Quiroz
Fasciola hepática.
Fasciola hepática.
Foto: University of Central Oklahoma.
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Calcular cuántos parásitos existen en nuestro país resultaría una tarea titánica, sin embargo, se estima que los que tienen mayor importancia no son más de 160, aseguró el doctor Héctor Quiroz Romero, quien actualmente elabora un catálogo de parásitos ya identificados en México con el propósito de definir sus características y ubicación, al tiempo que profundiza sus estudios sobre la Fasciola, que provoca una de las principales enfermedades parasitarias que afectan primordialmente a bovinos, ovinos y caprinos, y al hombre.

“El estudio de la parasitología en animales no es una labor de menor importancia, ya que estos organismos causan mucho daño a la ganadería y varias de estas enfermedades pueden ser transmitidas a los humanos. En nuestro desempeño como veterinarios la atención se centra en mantener la salud del animal, pero otra finalidad es producir también alimentos saludables para el hombre”, dijo el parasitólogo e investigador de la Facultad de Medicina Veterinaria y Zootecnia de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).

Los parásitos, explicó el especialista miembro de la Academia Mexicana de Ciencias, son todos aquellos agentes de origen animal que se clasifican en tres grandes ramas: protozoarios, que se encuentran en la sangre; helmintos o gusanos, los cuales parasitan desde el tracto digestivo hasta el recto en distintas especies; y los artrópodos. Sin embargo, los que generan mayor impacto económico son los que afectan a especies productoras de carne como son bovinos, caprinos, cerdos y pollos.

Por ejemplo, Babesia es uno de los parásitos más dañinos que existen en nuestro país y es transmitido por garrapatas. Se trata de un protozoario que ataca a los glóbulos rojos de la sangre, y causa tanto daño, que cada animal puede perder al año entre 30 y 50 kilos de peso, afectando la productividad de leche y la fertilidad de las vacas.

En la labor de clasificar a los parásitos, el investigador ha observado que algunos de ellos se distribuyen en zonas geográficas específicas, mientras que otros han evolucionado para desarrollarse fuera de su clima natural. “Muchos parásitos llegaron de Europa, cuando Hernán Cortés trajo a varios animales éstos traían ya sus propios parásitos y se desarrollaron aquí. La mayoría prospera con clima cálido y algunos otros son muy estrictos en su distribución, como la garrapata Bofilus, pues se le encuentra en México desde Tamaulipas hasta Yucatán; o en el Pacífico, desde Sinaloa hasta Chiapas; es un parásito exclusivo de climas cálidos. Mientras que algunas moscas o mosquitos pueden estar en climas cálidos y templados. Pero hay un parásito, Fasciola, un helminto (o gusano) que ha logrado adaptarse a climas fríos, aunque en menor frecuencia e intensidad en el valle de México o Toluca”.

Fasciola: la eterna novia

Héctor Quiroz Romero, investigador emérito por la UNAM, señaló que uno de sus temas favoritos en los organismos parasitarios son los helmintos y, dentro de ellos, su “eterna novia”, como él mismo lo señala, Fasciola, al ser uno de los primeros temas de investigación que abordó y sobre el cual continúan sus estudios, ya que lo considera un parásito maravilloso, que lo ha fascinado y del que se han publicado cerca de 600 artículos de 1879 a 2006. El especialista en helmintiasis se ha dedicado a analizar a fondo este parásito, en colaboración con otros investigadores para saber qué se ha hecho y qué falta por investigarse.

Fasciola posee uno de los ciclos de vida más maravillosos”, dijo Quiroz Romero. Es un parásito del hígado que afecta a animales mamíferos y humanos. Los huevecillos del parásito salen por los conductos biliares del borrego y después en la materia fecal; caen al suelo y ahí forman una larva que se introduce en el caracol para transformarse en una larva más grande, la cual se subdivide en su interior y se convierte en Cercarias con una estructura parecida a un esperma con cabeza y cola. Al salir del agua pierde la cola y se pega al pasto y es el quiste que el borrego se vuelve a comer. Con los jugos gástricos del bovino el quiste se rompe y la larva vuelve al hígado, un ciclo vicioso que enferma constantemente al animal rumiante.

Cada parásito tiene un ciclo de vida sorprendente, produce cerca de 20 mil huevos diarios, aunque millones se mueren si no caen en un ambiente hídrico.

“Necesitamos conocer las épocas de transmisión para diseñar estrategias de control y así combatir la enfermedad. Se puede conocer el problema y generar esquemas para reducir el impacto en un 70%, pero la enfermedad no se puede erradicar por completo por el ciclo de vida de la Fasciola ¿cómo erradicar a todos los caracoles sin alterar el ecosistema?

Aunque la fasciolosis es un problema recurrente, se necesita que el ganadero esté educado y convencido del beneficio económico.

Héctor Quiroz Romero, habló sobre un nuevo medicamento que diseñó junto con otros colegas a través de una colaboración interdisciplinaria para aliviar la fasciolosis y que ahora está en proceso de patentarse.

“El problema de los parásitos es parte de un problema mayor y persistente en México: la pobreza … Claro, al ´perro flaco se le cargan las pulgas’”, concluyó.

Mariana Dolores

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