Academia Mexicana de Ciencias
Boletín AMC/124/18
Ciudad de México, 22 de mayo de 2018
Para tratar de identificar las causas por las que algunas personas delinquen o quiénes tienen más probabilidades para hacerlo, los especialistas en criminología han recurrido a estudios en población carcelaria, y de manera general han determinado como principales factores relacionados con la conducta delictiva: baja escolaridad, pobreza y un ambiente familiar inadecuado o perturbado.
Patricia Martínez Lanz, del Centro en Investigaciones Interdisciplinarias de la Universidad Anáhuac México, se ha dedicado a analizar los factores que conllevan a la conducta delictiva en diversos centros de reclusión, incluyendo la población penal femenina y masculina del Centro de Readaptación Social (Cereso) de Morelos.
Uno de los trabajos de investigación de la investigadora, integrante de la Academia Mexicana de Ciencias, titulado Factores de riesgo predisponentes a la delincuencia en una población penal femenina (2008), se basó en la elaboración de un cuestionario estructurado, autoaplicable y anónimo que proporcionara información sociodemográfica y familiar de las mujeres antes de ser recluidas.
Una vez que se evaluó el cuestionario se procedió a entregar una muestra representativa del mismo al personal del centro penitenciario, que a su vez lo hizo llegar a las reclusas después de una sesión informativa. Tras llenarlo, las mujeres privadas de la libertad lo depositaron en una urna.
Los datos que se obtuvieron del análisis de la consulta indicaron, de acuerdo con la investigadora, los niveles de depresión, de violencia intrafamiliar, problemas económicos y de desempleo, los tipos de delitos y el consumo de sustancias; factores que fueron estudiados con el fin de proporcionar información que permita establecer estrategias preventivas y de atención para la población recluida en el Cereso de Morelos.
Más del 50% de las mujeres que formaron parte del estudio estaban recluidas por tráfico de drogas; en cuanto a la violencia intrafamiliar previa al ingreso al Cereso, toda la población femenina estudiada reportó haberla sufrido: 78% indicó niveles altos de violencia intrafamiliar y 22% había enfrentado violencia grave, explicó Martínez Lanz, integrante de la Sociedad Mexicana de Psicología.
Con referencia a la escolaridad, 27.5% de la población estudiada tenía estudios de primaria terminados y 30.2% incompletos; 19.5% secundaria concluida y 13.5% inconclusa; 3.4% preparatoria terminada y 3.2% incompleta, y solo el 2.7% obtuvo una licenciatura.
Otro aspecto relevante en la situación de las mujeres que se encuentran reclusas es la depresión, la cual, a diferencia de los otros factores estudiados, fue identificada durante su estancia ya en el Cereso. “El 33% mostraba depresión moderada o leve, 47% depresión alta y 20% depresión severa, situación que en parte tenía relación con la presencia o no de los hijos dentro del penal. Del 86% de reclusas con hijos, 21% los mantenían con ellas en el penal, y estas mujeres reportaron los niveles más bajos de depresión”.
La doctora por la Universidad Anáhuac México y la Universidad Complutense de Madrid también ha trabajado con población masculina en reclusión y de forma general ha identificado diferencias en los factores de riesgo para la conducta delictiva en comparación con las mujeres, para quienes la violencia intrafamiliar es mayor que la reportada en los hombres en reclusión, que tienen mayor problema de adicción que las mujeres, en especial de alcohol.
“Una vez que identificamos estos factores de riesgo que preceden la conducta delictiva, elaboré y propuse un tratamiento de psicoterapia breve enfocado en atender dichas problemáticas específicamente para hombres y mujeres recluidos en el Cereso de Morelos”, dijo la investigadora.
Un estudio nacional
En la actualidad, Patricia Martínez trabaja en un estudio nacional que incluye a los 16 Centros Federales de Readaptación Social (Cefereso) del país, para entender qué propicia la delincuencia en México y los impactos que tiene el aumento de las personas detenidas en, por ejemplo, la productividad.
Para conocer las causas que están detrás de las conductas delictivas, la investigadora y su equipo de trabajo van a utilizar como instrumento metodológico un cuestionario similar al que han usado en otros estudios con población carcelaria, aunque con algunas modificaciones que están encaminadas a recabar más información. Quienes respondan este nuevo cuestionario podrán indicar si recibían un pago por vender droga y la cantidad que les entregaban, o sí era la primera vez que los detenían con algún tipo de droga.
“También vamos a ampliar el análisis a otras variables, como el caso del impacto que tiene en la vida productiva de una persona que por primera vez delinque, cuando es detenida, no tiene una sentencia rápida y pasa varios años en la cárcel. Otra de las preguntas del cuestionario es ¿por qué dejó su trabajo?, y muchas veces la respuesta es: porque me metieron a la cárcel, esto lo sabemos porque ya fueron aplicados gran parte de los cuestionarios”.
La muestra para este estudio nacional será de aproximadamente 5,000 sujetos, 3,600 hombres, que son la mayoría de la población de los Cefereso, y 1, 300 mujeres.
Acerca del impacto de este tipo de estudios en las estrategias de prevención de conductas delictivas, la especialista señaló que a partir de los resultados se pueden crear nuevas estrategias e intervenciones. Una de ellas es que las personas privadas de su libertad, antes de salir de reclusión, puedan recibir psicoterapia breve para que su reinserción a la sociedad sea exitosa.
Noemí Rodríguez González.
Regresar Arriba, o a Comunicados, o al Inicio.
AMC "Casa Tlalpan" Calle Cipreses s/n, km 23.5 de la carretera federal México - Cuernavaca, San
Andrés Totoltepec, Tlalpan, C.P. 14400, México, D.F.
Coordinación de Comunicación y Divulgación
Teléfonos: (52-55) 58 49 49 04, Fax: (52-55) 58 49 51 10, amcpress@unam.mx
Mapa de ubicación