Academia Mexicana de Ciencias
Boletí­n AMC/111/05
México, D.F., miércoles 16 de noviembre de 2005

• Pasa de 28 mil 852 millones de pesos, en el 2005, a 30 mil 599 millones, en el 2006. El Conacyt tendrá un presupuesto de 8 mil 859 millones
• El monto aprobado equivale al 0.35 por ciento del Producto Interno Bruto

Los legisladores aumentaron los recursos propuestos por el Ejecutivo federal.
Foto: Crestomatí­a. Tomada de www.coparmex.com.mx

Para el próximo año, el presupuesto para las actividades cientí­ficas y tecnológicas en México tendrá un ligero incremento en su financiamiento respecto al 2005, al pasar de 28 mil 852 millones a 30 mil 599 millones de pesos, es decir, un aumento de mil 747 millones de pesos, de acuerdo con el Proyecto de Decreto de Presupuesto de Egresos para el Ejercicio Fiscal de 2006.

Este monto, establecido por la Cámara de Diputados, es superior en mil 520 millones de pesos al propuesto por el Ejecutivo federal, que proponí­a destinar 29 mil 79 millones de pesos.

Este financiamiento representa el 0.35 % del Producto Interno Bruto (considerando que el 1% del PIB equivale a 87 mil 897 millones de pesos), muy por debajo de las expectativas planteadas por el propio ejecutivo en el Programa Espacial de Ciencia y Tecnologí­a 2001-2006.

Asimismo, de acuerdo con la Ley de Ciencia y Tecnologí­a aprobada en 2004, se establecí­a llegar de forma gradual al 1 por ciento del PIB para el año 2006, sin embargo, el presupuesto quedó muy lejos de lo planteado en la ley y remoto a lo prometido por el gobierno de Vicente Fox.

En un desplegado de la Academia Mexicana de Ciencias (AMC) hecho público el pasado 12 de noviembre en diversos medios de comunicación y dirigido tanto a los legisladores como al Ejecutivo federal, el presidente de la AMC, Octavio Paredes López, señaló que las reasignaciones del gobierno federal y las correcciones por parte de la Cámara de Diputados al presupuesto sometido por el mismo Ejecutivo, están muy por debajo de los niveles que corresponden al 1% del PIB.

Así­, de acuerdo con las estimaciones de la AMC, el apoyo al sector ha descendido del 0.42% del PIB en el año 2000 a 0.37% en el 2005. ¡Estos decrementos están directamente asociados a un muy notable descenso de competitividad internacional de México y a una visible actitud de pérdida de confianza en el futuro de la nación!.

¡Ante esta situación, honorables lí­deres polí­ticos, reconocemos ante ustedes que las demandas insatisfechas de los diversos grupos sociales son innumerables y justas, pero no todas ellas conducen al bienestar en el mediano y largo plazos!, señala el desplegado. ¡Por ello, nos permitimos reiterar que la creación de riqueza pasa necesariamente por la innovación cientí­fica y tecnológica y que su apoyo darí­a lugar a una enorme contribución a la solución de las demandas mencionadas!.

Por otro lado, el presupuesto destinado al Consejo Nacional de Ciencia y Tecnologí­a (Conacyt), también tuvo un ligero incremento respeto al 2005, al pasar de 8 mil 143 millones a 8 mil 859 millones, en el 2006, es decir, cerca de 716 millones de pesos de aumento.

Este monto final se consiguió gracias al trabajo de los diversos grupos de legisladores, ya que la propuesta inicial del Ejecutivo federal era de 7 mil 879 millones, lo que representaba un recorte de 264 millones de pesos.

La comunidad cientí­fica de la AMC habí­a solicitado que en el presupuesto del año 2006 al menos se regresara al 0.42% del PIB que existí­a en el año 2000, lo cual permitirí­a fortalecer la generación de conocimientos y el desarrollo de tecnologí­a que incida en la solución de grandes problemas nacionales.

Cabe recordar que las recomendaciones internacionales señalan que para aspirar a un desarrollo sostenido se requiere, entre otros, una inversión de al menos el 1.5% del PIB para el quehacer cientí­fico y tecnológico, y que las naciones emergentes como China, Corea, y España, se están aproximando rápidamente al 2.5% del mismo.

¡De no hacer un esfuerzo mayúsculo para fortalecer la creatividad en ciencia y tecnologí­a estamos en riesgo de hipotecar el futuro de las próximas generaciones; estamos en riesgo de renunciar a la soberaní­a nacional!, sostiene Paredes López.