Academia Mexicana de Ciencias
Boletín AMC/224/14
México, D.F., 24 de junio de 2014
Eventos naturales extremos recientes como el terremoto y tsunami del océano Índico (2004), el huracán Katrina (2005), los terremotos de Haití (2010) y Japón –que también incluyó un tsunami– (2011), así como el huracán Sandy (2012) muestran que pese a los avances de la investigación científica, la capacidad para prevenir y mitigar los desastres es aún limitada.
Y uno de los principales objetivos en el campo de la ciencia que estudia los fenómenos naturales, riesgos y desastres, es el desarrollo de capacidades de prevención y mitigación efectivas. Así, enfrentar los desafíos derivados de factores como el crecimiento de la población y el uso de suelo, entre otros; y el intercambio de conocimiento a nivel interdisciplinario y multidisciplinario son fundamentales para la compresión de estos procesos.
Por su importancia y actualidad, el tema de riesgos y desastres fue una de las mesas de trabajo consideradas en el Simposio Nuevos Horizontes en la Ciencia, encuentro que tuvo una duración de dos días y fue organizado por la Academia Mexicana de Ciencias, la National Academy of Sciences de Estados Unidos y la Royal Society of Canada. Otros de los temas analizados en la Casa de la Universidad de California fueron biotecnología, química verde, oceanografía y biología marina y astrofísica
“La sesión Riesgos y Desastres, que incluyó presentaciones de un distinguido grupo de científicos de los tres países, puso de relieve la importancia de vincular los conocimientos provenientes de las ciencias físicas, naturales y sociales. Las presentaciones ofrecieron un interesante panorama de la investigación actual con un enfoque interdisciplinario en diferentes contextos como huracanes, deslizamientos, sequías, terremotos, erupciones volcánicas e incendios forestales, entre otros”, dijo Jaime Urrutia Fucugauchi, actual vicepresidente de la Academia Mexicana de Ciencias y coordinador de dicha mesa.
Añadió que la investigación sobre los fenómenos naturales, sus mecanismos, causas e impactos potenciales son un componente esencial en la comprensión de los peligros y riesgos de los desastre. Por ello, dijo, programas de prevención y mitigación eficaces requieren de la integración de los aspectos políticos, sociales y económicos, así como de la implementación de medidas y políticas públicas.
Urrutia precisó que en la sesión, los participantes -Cinna Lomnitz y Heriberta Castaños, ambos por México; Jessica Ball, por Estados Unidos, y Kristy Tiampo, por Canadá, y él como expositor y moderador- estuvieron enfocados a la investigación de los fenómenos en sí, aunque incluyeron apuntes sobre la prevención y la mitigación, incluso programas educativos para la población, y cómo enfrentar los efectos a corto, mediano y largo plazos.
“Las afectaciones por los desastres dependen del país y de la región, es claro que en zonas de bajo desarrollo económico la etapa pos-desastre es más crítica, porque no se tiene la infraestructura para enfrentar los efectos adversos, por ello existe la necesidad de tener una visión real e integral para el análisis de riegos y desastres”.
Comunicar mejor
El otro componente, sostuvo el geofísico, es cómo llevar la información más confiable y clara a los tomadores de decisión, razón por la que las Academias de Ciencias de México, Estados Unidos y Canadá juegan un papel de asesoría en temas de interés científico, y a través de ellas se puede tener una mayor influencia.
Añadió que la información de cuáles son las zonas de alto riesgo debe de ser trasmitida para que esta pueda ser usada para el asentamiento de las poblaciones, la industria y otros sectores de la actividad de las naciones.
“En el análisis de desastres y riegos tenemos una gran cantidad de factores involucrados y es un campo en el que la investigación científica tiene un papel importante, así como la manera en cómo lo comunicamos. En las academias podemos tener un papel más activo y fuerte en llevar esta información de una manera clara y eficaz a los gobiernos”.
Apuntó que en la actualidad existen proyectos y programas que se han venido discutiendo desde hace tiempo entre las comunidades de los países de la región, pero lo que de alguna manera interesa ahora es implementarlos de manera efectiva.
Por una relación inter-academias más estrecha
En el marco de este encuentro académico, el doctor Jaime Urrutia Fucugauchi destacó que el interés de la Academia Mexicana de Ciencias es tener una colaboración mucho más estrecha y dinámica con la National Academy of Sciences y la Royal Society of Canada, pues la idea es potencializar la ya tradicional colaboración y cooperación en los programas conjuntos.
“El simposio está enmarcado dentro de esta visión, que refleje en la práctica lo que hacen los grupos de investigación e investigadores individuales en la zona; esto nos va a permitir aprovechar las capacidades que tenemos en las tres academias para impulsar las iniciativas que acordemos”.
Mencionó que este encuentro es el primer evento en donde las tres academias están involucradas en la organización y la intención es que sirva como una primera actividad, afianzar el acercamiento y luego buscar construir más actividades, proyectos y programas.
“Esto es importante, porque la Academia Nacional de Ciencias de Estados Unidos es el órgano de asesoría científica del gobierno de esa nación y de las diferentes agencias federales, el que tengamos una colaboración estrecha nos permitirá tener una voz conjunta sobre la política y toma de decisiones en materia de ciencia, tecnología e innovación, tres elementos clave en el desarrollo de nuestras economías”.
Fabiola Trelles Ramírez.
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