Academia Mexicana de Ciencias
Boletín AMC/120/13
México, D.F., 3 de abril de 2013
Una de las preocupaciones que es compartida por la comunidad científica mexicana, los empresarios y el gobierno en nuestro país, es cómo articular los esfuerzos de estos tres sectores para el avance económico de México. En el marco de la consulta ciudadana para la integración del Plan Nacional de Desarrollo 2013-2018, que se realizó hoy en Boca del Río, Veracruz, se integraron seis mesas de discusión una de las cuales estuvo dedicada a la ciencia, la tecnología y la innovación. El panel estuvo coordinado por el doctor Enrique Cabrero Mendoza, director general del Conacyt, el doctor José Franco, presidente de la Academia Mexicana de Ciencias fue el moderador y contó con la participación de destacados especialistas.
En su ponencia titulada: “Vinculación Universidad-Empresa para el desarrollo económico y social: acciones para una mejor transferencia de conocimiento”, el doctor Enrique Fernández Fassnacht, rector de la Universidad Autónoma Metropolitana, se refirió a las fortalezas y debilidades de esta relación. Entre las primeras señaló que los recientes planes y programas gubernamentales han permitido la construcción de un ambiente más favorable a la vinculación y una mayor interacción entre los actores involucrados. Entre las debilidades, destacó que se mantiene una participación mayoritaria del sector público en las inversiones en este campo y se carece de marcos normativos en las universidades que favorezcan el desarrollo de modalidades de vinculación de mayor impacto en los procesos productivos y de innovación.
Entre las medidas que hay que impulsar, Fernández Fassnacht señaló la necesidad de construir en universidades y empresas de una cultura de protección y explotación comercial de patentes y otras figuras de propiedad intelectual. También, la creación de programas de capital semilla en los que intervengan los diversos actores que componen los ecosistemas de innovación para el impulso de iniciativas de emprendimiento y creación de empresas con perfil innovador, así como la realización de esfuerzos conjuntos para integrar a la banca comercial en programas y proyectos de desarrollo tecnológico e innovación.
La doctora Norma Patricia Muñoz Sevilla, secretaria de investigación y posgrado del Instituto Politécnico Nacional, al referirse al camino que debe seguir la investigación básica hasta llegar a la innovación comercial, dijo que las formas para cubrir ese trayecto deben incluir la creación de nuevos centros de ciencia, tecnología e innovación, así como la reorientación de las instituciones de educación superior y los centros de investigación existentes. Propuso crear un modelo de desarrollo que incorpore la conformación de empresas al interior de estas instituciones, además de la vinculación de los posgrados con la industria.
Para lograrlo, dijo, es necesario llevar los resultados de ciencia básica de excelencia, hasta la conformación de productos de innovación comercial bajo un esquema integral de funcionamiento, e impulsar la formación de recursos humanos vinculados estrechamente con el sector productivo. Entre las áreas de interés global que deben emprenderse, señaló a las nanociencias y nanotecnologías, destacando la nanomedicina, la nanofotónica y los nanomateriales. También se refirió al campo de las energías renovables como la solar fotovoltáica, eólica, biomasa y la conversión térmica. Destacó también las áreas de imágenes celulares y moleculares así como la biología del cáncer.
En su intervención, Jesús E. de la Rosa, en representación de la Confederación de Cámaras Industriales (Concamin), señaló que es necesario desarrollar un marco que permita identificar y promover políticas efectivas de innovación vinculadas al crecimiento económico. Más allá de impulsar el tema de la ciencia o productos de alta tecnología, se debe buscar de forma efectiva incrementar la productividad en todos los sectores económicos. El término innovación, dijo, no se basa en el origen del conocimiento, sino en la capacidad de llevarlo a la práctica y resolver problemas.
La innovación, explicó, debe entenderse como la implementación de un producto o servicio nuevo o significativamente mejorado. La innovación se presenta en múltiples formas, que incluyen: productos, servicios, una nueva estrategia de mercadotecnia, una nueva práctica de negocios –como la distribución, compras, nómina– y no esta vinculada necesariamente a un desarrollo tecnológico. En la perspectiva empresarial, dijo, la prioridad es utilizar los recursos y estructuras actuales para llevar el conocimiento al sector productivo : “conectar” de forma efectiva las actividades de investigación y desarrollo con la planta productiva nacional y promover una cultura de innovación.
En su ponencia titulada “Innovación, ciencia y desarrollo, participación del empresariado mexicano”, el licenciado Antonio López de Silanes, dijo que en México tenemos talento de sobra, solo debemos encontrar la forma de estimularlo y financiar sus proyectos más promisorios: “Basta de seguir importando siempre talento y tecnología –dijo–, la cual, además de todo, nos sale muy cara”. Señaló que a través de la innovación es posible transformar al país.
Para hacer realidad esta transición del conocimiento a la práctica, se requiere articular a la empresa, y la academia con el gobierno, para crear así un sistema que promueva, facilite e instrumente la innovación, respetando los ámbitos de competencia de cada uno de ellos. Reconoció que una buena noticia es la inversión que se realizará en este sexenio del 1% del Producto Interno Bruto a ciencia, tecnología e innovación, y que el 20% del presupuesto federal en la materia de innovación será asignado a estímulos para las empresas, con el 50% para estímulos directos, y el 50% restante, para los indirectos.
El doctor Martín Aluja investigador del Instituto de Ecología A. C., abordó la pregunta de ¿Cómo lograr que los científicos y tecnólogos del país se involucren de manera más activa en la solución de los problemas que aquejan a México? Señaló que debemos iniciar una nueva etapa a través de un cambio en la mentalidad entre los niños de México y los futuros científicos y tecnólogos del país. Por ello, dijo, es necesario que mediante el Plan Nacional de Desarrollo 2013 – 2018 le abramos la puerta a un cambio generacional dando cabida a gente joven con visiones de futuro y conscientes de la realidad en la que vivimos: “con agudos problemas provocados por el cambio climático global, la deforestación masiva de bosques y selvas, la presencia de plagas y enfermedades invasoras que atacan a plantas, animales y humanos, carencia de agua, contaminación y la violencia”.
“Hoy en día –agregó– los retos que enfrentamos han generado estados de conciencia diferentes entre los jóvenes que los hacen mucho más proclives a involucrarse en la búsqueda de soluciones a los problemas que ponen en riesgo su posibilidad de seguir habitando este planeta. La solución a estos problemas transita invariablemente por la ciencia y la tecnología”. Propuso además estimular un cambio en la mentalidad de algunos científicos mexicanos para que participen decididamente en la búsqueda de soluciones a los graves problemas que enfrenta el país.
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