Academia Mexicana de Ciencias
Boletín AMC/167/16
Ciudad de México, 4 de agosto de 2016

• En los 12 años de esta relación de colaboración han sido 420 los estudiantes beneficiados.

Parte del grupo de estudiantes beneficiados este año con una beca del Verano de la Investigación Científica, producto de la alianza Academia Mexicana de Ciencias-Pfizer, acompañados por el director del Instituto Científico Pfizer, Juan Carlos Molina, y el director del programa, Víctor Pérez-Abreu.
Foto: AMC/Elizabeth Ruiz Jaimes.
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El Verano de la Investigación Científica (VIC) busca que los alumnos que están cursando alguna carrera universitaria se acerquen a un ambiente científico, participen con un investigador y sepan qué es hacer ciencia, por ello, “hemos buscado alianzas estratégicas con instituciones como Pfizer, para apoyar el talento mexicano”, sostuvo el director de este programa de la Academia Mexicana de Ciencias (AMC), Víctor Pérez-Abreu.

Señaló que el VIC ayuda a que los jóvenes tengan mayores elementos para que sepan a qué área se quieren dedicar en el campo de la investigación. Informó que el 70% de los que han pasado por el Verano han estudiado un posgrado y de ellos, el 80% eligió dónde estudiarlo gracias al programa, “por eso son muy importantes alianzas de este tipo, para promover, en la relación con Pfizer, las ciencias biomédicas entre los universitarios”.

Recordó que para esta XXVI edición del Verano de la Investigación Científica se recibieron 2 239 solicitudes que fueron evaluadas por 415 investigadores integrantes del comité de selección. Se entregaron 1 384 becas, de las cuales 855 fueron otorgadas por la AMC (con aportaciones de la Secretaría de Educación Pública, el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología, la Universidad Nacional Autónoma de México, el Centro de Investigaciones y Estudios Avanzados, El Colegio de México, la Universidad Autónoma Metropolitana y el Instituto Científico Pfizer) y 529 participantes lo hicieron con fondos propios o de alguna otra institución, “lo cual habla del prestigio de este programa”.

Pérez Abreu informó que desde 1991 han participado en los Veranos un total de 23 055 alumnos, provenientes de 175 instituciones, y cerca de 180 instituciones anfitrionas. “Esto nos habla del gran potencial que tiene México, de su bono demográfico para detectar el talento en investigación, lo cual es muy importante”.

En 2016 Pfizer becó a 22 alumnos de 13 estados de la República, los cuales estuvieron distribuidos en ocho instituciones: Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición Salvador Zubirán (INNSZ), 10; Instituto Nacional de Pediatría, 3; Instituto Nacional de Cardiología Ignacio Chávez, 3; Instituto Mexicano del Seguro Social, 2; el Instituto Nacional de Medicina Genómica, el Instituto Nacional de Enfermedades Respiratorias, la Universidad Autónoma de Nayarit y el Instituto Nacional de Neurología y Neurocirugía Dr. Manuel Velasco Suárez (INNN), recibieron un estudiante, respectivamente.

Durante el tradicional desayuno donde los estudiantes presentan los carteles con los resultados de sus investigaciones en el área de biomédicas, Juan Carlos Molina, director del Instituto Científico Pfizer, reconoció que “a través de este programa los jóvenes estudiantes tienen la oportunidad de entrar en contacto con la vida y el trabajo en un laboratorio de investigación. Además, la actividad científica ofrece una oportunidad única y sin precedentes para los jóvenes de diversas carreras biomédicas para saciar su sed de respuestas y explorar sus fortalezas y habilidades intelectuales”.

Comentó que el Instituto Científico Pfizer nació en el año de 2004 con tres objetivos: Apoyar la investigación, promover la educación médica continua y favorecer la especialización médica, por ello “desde hace 12 años tenemos el privilegio de acompañar y apoyar a la Academia Mexicana de Ciencias en este esfuerzo de promover el interés científico en las nuevas generaciones, porque en países como México resulta importante estimular la investigación desde etapas tempranas”. Desde entonces 420 estudiantes han sido beneficiados con esta alianza.

Por otra parte, añadió, que atraer a los jóvenes estudiantes a la investigación se ha convertido en un tema de creciente importancia, por ello a nombre de la farmacéutica agradeció a la Academia, “institución que nos puede seguir considerando como un aliado en la labor de estimular la investigación científica en nuestro país”.

Definiendo su vocación por la ciencia
“En estas semanas me relacioné con expertos que me enseñaron muchísimo, no había estado antes tan involucrada con la investigación, así que aprendí bastante”, comentó María Chacón Ruiz, estudiante de medicina de la Universidad de Sonora, cuyo tema de investigación se enfocó en las características del riesgo reproductivo en mujeres con enfermedades crónicas como leucemia y lupus en el INNSZ. Entre los resultados a los que llegó con su estudio, que abarcó una muestra de 66 mujeres de 15 a 49 años, son que después de los 35 años y presentar un índice de masa corporal mayor a 30, aumenta el riesgo de fallecimiento ya sea del producto o de la gestante.

Otro de los beneficiados con la beca fue Luis Parra Medina, estudiante de la Universidad Autónoma de Yucatán, quien estuvo en el INNN, donde pudo desarrollar un proyecto sobre el sistema nervioso, en especial de la neurotoina de 1-metil-4-fenil-1,2,3,6-tetrahidropiridina (MPTP), una de las sustancias más tóxicas en el mundo capaz de inducir en ratones, primates y seres humanos un síndrome similar a la enfermedad de Parkinson. Para él la experiencia fue enriquecedora y le permitió conocer estudiantes de otras universidades.

El síndrome de hueso hambriento —una complicación postoperatoria en pacientes con hiperparatiroidismo terciario que es prevenible en un tratamiento antes de pasar a cirugía— no suele diagnosticarse adecuadamente, ya que se puede confundir con otras enfermedades, indicó Javier Avilés Arias, estudiante de la Universidad de Sonora, quien tomó ese tema de investigación en el INNSZ. Tras su estancia en el laboratorio y la experiencia de estar en contacto con pacientes, revisar expedientes clínicos, bases de datos y ayudar en aspectos quirúrgicos, confirmó el joven su vocación por la endocrinología.

Elizabeth Ruiz Jaimes y Luz Olivia Badillo.