Academia Mexicana de Ciencias
Boletín AMC/303/12
México, D.F., 26 de noviembre de 2012
El presidente de la Academia Mexicana de Ciencia (AMC), José Franco, inauguró hoy el Congreso sobre Desinfección de Agua, Agua Residual y Biosólidos (Disinfection of Water, Wastewater and Biosolis Conference), que organiza el Capítulo México de especialistas de la Asociación Internacional del Agua ( Internacional Water Asocciation, IWA).
El encuentro internacional que inició ayer y concluirá este miércoles 29 de noviembre, reúne a 120 expertos de 27 países en las instalaciones de la AMC, donde se ofrecerán 14 conferencias las cuales comprenden medio centenar de exposiciones especializadas.
El congreso es un foro para científicos, ingenieros consultores, industriales, fabricantes de equipos, agencias reguladoras del gobierno, de aguas residuales y los profesionales de servicios públicos de todo el mundo, quienes abordarán temas que incluyen control y minimización en la salud de los impactos y riesgos de los agentes patógenos y los subproductos generados por los procesos de desinfección y desactivación.
Esta conferencia permitirá a los profesionales examinar la importancia de los agentes patógenos en las aguas residuales, lodo y excrementos, y disuadir la formación de desinfección (reacción) de los subproductos, así como revisar los últimos avances sobre legislación y reunir nuevos conocimientos sobre los procesos para las necesidades futuras en temas de desinfección, neutralización, para los países desarrollados y en desarrollo.
José Franco calificó de especial relevancia este congreso por lo temas que revisará no solo por su impacto a nivel nacional sino internacional, con necesidades prácticas, como lo es el control de organismos patógenos a través de los diversos procesos de desinfección.
“La desinfección nos ubica en una relación histórica entre la calidad del agua y la salud. Desde la antigüedad se emplearon diferentes formas para purificar el agua, como fue hervirla o filtrarla a través de arena o carbón, hasta el uso de cobre o plata”, dijo.
Pero fue hasta finales del siglo XIX –añadió- cuando con el uso de diferentes procesos de tratamiento del agua y la aplicación de desinfectantes se observó la mayor contribución para reducir la expansión de enfermedades como el cólera, y por tanto a mejorar la calidad del agua para consumo humano.
“Es un hecho que la desinfección con cloro es reconocida como uno de los mayores logros en el campo de la salud pública del siglo XX. Sin embargo, hoy en día, gracias a los avances tecnológicos es posible contar con nuevos procesos, equipos y protocolos que permiten el control de impactos y riesgos a la salud por la presencia de organismos patógenos y por los subproductos generados por la desinfección, temas que se tratarán a profundidad en este congreso”.
En la ceremonia de inauguración estuvieron presentes Polioptro Martínez Austria, director del Instituto Mexicano de Tecnología del Agua (IMTA); Gerardo González Rivero, del Sistema de Aguas de la Ciudad de México (SACM); Lucio Tizoc Domínguez, de la Comisión Nacional del Agua (Conagua); Adalberto Noyola López, director del Instituto de Ingeniería de la UNAM; así como Roberto Olivares, miembro del Consejo Directivo de la IWA.
Martínez Austria dijo en su participación que los temas del congreso son importantes porque “aunque la capacidad instalada para el tratamiento de aguas es del 43% en nuestro país, por problemas logísticos y económicos solo opera una parte de esa infraestructura y el porcentaje de agua tratada es aún pequeño, alrededor del 15%.
En cuanto a la potabilización –mencionó-, otro problema que preocupa es el de los contaminantes emergentes. En el IMTA ya se están detectando productos de la industria cosmética y farmacéutica, como antidepresivos y anti-inflamatorios.
“Parte del problema que esperamos resolver en este congreso se refiere a las tecnologías utilizadas”, expresó ante los especialistas, en particular, sobre el diseño de sistemas de tratamiento de aguas residuales sencillos y económicos, pues las que se construyen en México son muy caras en operación y necesitan de personal altamente capacitado que los municipios del país carecen”.
Gerardo González Rivero, coordinador técnico del SACM, dijo que proporcionar agua de calidad a una megaurbe como la ciudad de México cobra un significado preponderante si se considera que tiene 8.8 millones de habitantes, alrededor de 4 millones de visitas diarias, que concentra el 45% de la actividad industrial del país y produce cerca del 22% del PIB nacional.
Destacó que la realización de estas actividades demanda un volumen de 31.2 metros cúbicos por segundo, los cuales provienen de diversas fuentes: el sistema Cutzmala, del río Lerma, el sistema de pozos de Barrientos, la Caldera y Chiconautla, así como de manantiales y pozos del Distrito Federal.
“La importación del agua implica el bombeo de líquido desde una altura de 1600 m sobre el nivel del mar en su punto más bajo y hasta 2700 m en su punto más alto, en un trayecto de más de 127 kilómetros para conducir el agua hasta la ciudad”
Un aspecto fundamental –continuó- es el monitoreo y la medición de la calidad del agua ya que su distribución se hace a través de 14 mil kilómetros de redes primarias y secundarias de la ciudad de México, poco más de la distancia de polo a polo del planeta y más grande que la red de agua de la ciudad de Nueva York.
Por su parte, Roberto Olivares, de la IWA, indicó que si se quisiera que este congreso
trascendiera en términos prácticos; “practitioner” (practicante) sería el concepto acordado por la cabeza de la IWA a nivel internacional.
Alejandra Monsiváis Molina y Fabiola Trelles Ramírez
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