Academia Mexicana de Ciencias
Boletín AMC/37/06
México, D.F., viernes 30 de junio de 2006
En plena temporada de huracanes y a diez meses de que el meteoro Katrina azotara la ciudad de Nueva Orleáns, podría ocurrir otra catástrofe similar a la sufrida en 2005 debido a que las fallas de los diques que protegen la ciudad no han sido totalmente reparadas.
Para Emir Macari, investigador de la Universidad Estatal de California en Sacramento y nuevo miembro correspondiente de la Academia Mexicana de Ciencias (AMC), estas fallas son la muestra clara de la responsabilidad del Gobierno federal estadounidense ante la catástrofe sufrida por los habitantes, principalmente pobres y negros.
El experto en ingeniería geotécnica recordó que el gobierno de George W. Bush quiso en un primer momento ocultar su responsabilidad aduciendo que las olas generadas por el huracán habían desbordado los diques que protegen la ciudad, sin embargo, se ha demostrado que la inundación fue ocasionada por el mal diseño y la falta de mantenimiento de los diques.
¡Se recortó el presupuesto para el mantenimiento pues el dinero se destinó a la compra de bombas usadas en Irak!, afirmó. ¡Pero el cuerpo de ingenieros aceptó su responsabilidad por primera vez luego de los resultados del análisis tecnológico y científico!.
Durante la conferencia que brindó en las instalaciones del Instituto de Ingeniería de la UNAM, Macari afirmó que los daños ocasionados en la ciudad sureña cuna del jazz ascienden a más de 20 mil millones de dólares, suma que no quieren asumir ni Gobierno Federal ni las compañías aseguradoras.
Pero ahora, en el informe Performance Evaluation of the New Orleans and Southeast Louisiana Hurriacane Protection System, presentado hace apenas unos días, se reconoce la responsabilidad del gobierno ya que las inundaciones sufridas por la ciudad se debieron a las fallas técnicas en la construcción de los diques de los canales que atraviesan Nueva Orleáns.
Por ello, Macari, también miembro correspondiente de la Academia de Ingeniería, resaltó la importancia de que los ingenieros consideren el impacto de sus obras en la sociedad. ¡Debemos pensar en la gente!.
Asimismo, el decano y profesor de ingeniería y física de la Escuela de Ciencias, Matemáticas y Tecnología, en la Universidad de Texas en Brownsville destacó el impacto de los ingenieros geotécnicos en diversas obras como los diques, pues son los responsables de analizar el suelo y subsuelo, donde se construyen.
¡Lo que está debajo es el principal problema geotécnico!, dijo Macari, quien, entre otros, ha recibido los premios Presidential Faculty Fellow White House, Aldo Leopold Leadership in Ecology Fellow y el LSU-Highest Academic Achievement Award, Louisiana Congressional Legislators.
La ciudad de Nueva Orleáns se encuentra por debajo del nivel del mar, del río Missisippi y del Lago Pontchartrain, pero los diques que fallaron no fueron los que rodean el cauce del río ni del lago, sino de los canales que atraviesan la ciudad y que fueron construidos en el siglo XIX.
La mayoría de estos diques fue construida con materiales porosos e inadecuados como troncos del siglo XIX; de igual manera, el mal diseño ingenieril y la inestabilidad de las bardas construidas sobre los mismos diques, junto con la urbanización excesiva de la ciudad, los daños ecológicos de las costas y el calentamiento global, ocasionaron el desastre.
Macari realizó un recuento de las recomendaciones realizadas por el Cuerpo de Ingenieros del Ejército de Estados Unidos: restaurar los manglares y las islas de sedimentos en las costas; mover los diques al sur de Nueva Orleáns; mejorar el sistema de bombeo; eliminar los canales que atraviesan la ciudad; y realizar diques más resistentes.
Sin embargo, ninguna de las recomendaciones han sido realizadas en su totalidad; los diques no han sido totalmente reparados y la ciudad se encuentra indefensa ante el ataque de otro huracán como Katrina de categoría 4, o incluso de menos intensidad.
Macari hizo hincapié en la necesidad de incrementar el número de ingenieros y científicos, ya que la sociedad no puede crecer sin ellos. ¡Necesitamos más gente, pues los interesados en la ingeniería van disminuyendo, por lo que tenemos que entusiasmar y mostrar a las nuevas generaciones que estas cosas son interesantes!, concluyó.
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