Academia Mexicana de Ciencias
Boletín AMC/046/13
México, D.F., 2 de febrero de 2013
Una gran cantidad de la infraestructura a nivel mundial está decayendo desde hace varios años debido a los embates del medio ambiente y a la falta de un mantenimiento adecuado. Esta es una de las razones por las que investigadores mexicanos trabajan en una normativa para prevenir y corregir los problemas de las construcciones -que tienen un efecto importante en la durabilidad de los materiales que se utilizan-, y que ayudaría a extender el tiempo de servicio indefinidamente.
En México, el sector de la construcción tiene un impacto económico importante. De acuerdo con datos de la Cámara Mexicana de la Industria de la Construcción, es la sexta actividad económica de importancia, pues aporta el 6.7% al Producto Interno Bruto nacional. Y un tema de significativa relevancia en relación con este sector es el de los materiales que se emplean en las edificaciones.
El doctor Pedro Castro Borges, miembro de la Academia Mexicana de Ciencias, dijo que uno de los materiales fundamentales es el concreto reforzado, así como su durabilidad, ya que es el más utilizado en la construcción en el mundo. Explicó que cuando se creó, se creyó que tendría la misma durabilidad que las piedras que se conocen de nuestras estructuras ancestrales; sin embargo, debido a diferentes motivos, en especial el medio ambiente, se ha demostrado lo contrario.
“Desde que se planea una obra, generalmente se establece su tiempo de vida de servicio. Anteriormente se estimaban 30 años, pero poco a poco las normas han evolucionado y ahora hay códigos que contemplan vidas de servicio de al menos 100 años. Pero la meta es trabajar para obras que duren una eternidad”, destacó el doctor en ingeniería, considerado pionero en los estudios relativos a la corrosión en estructuras de concreto.
La clave está en la correcta ejecución y en el mantenimiento preventivo/correctivo, puntualizó el investigador del Centro de Investigación y de Estudios Avanzados (Cinvestav) Unidad Mérida, quien agregó que desde hace más de 25 años, a nivel nacional e internacional, se empezaron a realizar trabajos de investigación con materiales y su relación con el escenario nacional que pudieran después sustentar normativas, en este caso mexicanas y regionales, considerando la durabilidad de los materiales.
“En el caso de México, una gran cantidad de proyectos de diversas instituciones, tanto de ciencia básica como aplicada, apoyados por organismos nacionales e internacionales, comenzaron a trabajar en ese sentido. Desde hace 6 u 8 años, tuvimos algunos proyectos aprobados por Colaboración Interamericana en Materiales (CIAM) y Conacyt, los cuales derivaron en un primer paquete de propuestas para configurar la normatividad en la materia”, explicó Castro Borges.
El Organismo Nacional para la Certificación de la Construcción y la Edificación (ONNCCE), estará en sesiones durante 2013 y 2014 para analizar y eventualmente sacar este primer paquete de normativa por durabilidad del concreto reforzado.
Lo mejor para un país, explicó el investigador, es generar su propia normativa basada en sus propias circunstancias. “Ese es justamente el vacío que nosotros queremos llenar, por lo que las propuestas que se presentaron están basadas en situaciones reales de México; por ejemplo, las condiciones ambientales.
Añadió que las propuestas son de punta porque promueven nuevos temas y conceptos encasillados en un modelo conceptual de siete etapas que van desde la concepción de la estructura hasta el fin de su vida de servicio.
Para Pedro Castro, una construcción tiene varias etapas de vida, como el ser humano. Por lo que la manera de tratar sus padecimientos no es la misma: “En una estructura es exactamente lo mismo, se deben considerar los problemas ´patológícos´ que se pueden presentar en cada una de ellas y a partir de ello desarrollar un esquema de tratamiento diferente, que puede ser preventivo o correctivo”.
Explicó que para realizar un diagnóstico se llevan a cabo una serie de pruebas. Una de ellas, por ejemplo, es para comprobar el nivel de corrosión que tiene la estructura; es decir, la destrucción que presenta el acero de refuerzo por su interacción con el medio ambiente. Muchas de estas pruebas no son destructivas y pueden dar una idea del estado de salud de la construcción. El objetivo es que las nuevas normas de alguna manera regulen esto.
El concreto, también conocido como hormigón, es una piedra artificial resultado de la mezcla de cemento, un material árido (grava, arena) y agua. De este material se creyó que tendría una duración indefinida, pero se ha determinado que no es así.
Hay muchas formas de conocer los efectos del medio ambiente sobre el concreto, algunas de ellas incluyen la elaboración de muestras de este material y su exposición a las mismas condiciones ambientales en las que se encuentran las estructuras reales como puentes, edificios, casas.
Para complementar la información se debe hacer un seguimiento y evaluación de los parámetros climático-ambientales (temperatura, humedad, precipitación pluvial, velocidad del viento, entre otros). Estos datos se confrontan con los que se obtienen del concreto reforzado a nivel electroquímico (velocidad de corrosión, potencial de corrosión y resistencia eléctrica) y químico (profundidad, velocidad de carbonatación o penetración de cloruros durante un tiempo determinado).
“Esto permite conocer en qué tiempo y bajo qué condiciones las estructuras sufren un mayor ataque. Toda la información obtenida bajo diferentes circunstancias y climas a nivel nacional por varios años es el contenido de los proyectos para la norma general mexicana de durabilidad”.
Lo importante, destacó Pedro Castro Borges, es que cuando se aprueben estas normas no solo se aplicarán al diseño de las nuevas construcciones, sino también impactarán en las ya existentes. Apuntó que si se elaboran guías adecuadas se podrán seguir programas de mantenimiento preventivos y correctivos en los edificios que ya están en funcionamiento, lo que podría extender su tiempo de vida útil.
El experto en durabilidad de concreto armado consideró que la nueva normatividad será un parteaguas, porque las normas de durabilidad van a regir en el futuro junto con las de construcción y las estructurales, llenaran un vacío que había no solo en México, sino en Latinoamérica, y que son causa de muchos problemas, especialmente al momento de intervenir estructuras con daños.
El primer paquete de propuestas para configurar la normatividad de durabilidad de los materiales, se sometió a consideración del ONNCCE, entidad acreditada por las Secretarías de Economía y de Desarrollo Social para otorgar la certificación de las Normas Mexicanas (NMX) y se espera que para el 2014 sean aprobadas para su aplicación.
Miriam Montserrat Gómez Mancera
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