Academia Mexicana de Ciencias
Boletín AMC/085/11
México, D.F., 12 de abril de 2011
¿Sabía usted que el caos no es un desorden? Es, dicen los que saben, un orden diferente que debe verse de otro modo porque muchas variables no necesariamente han de seguir un comportamiento determinista.
En el nuevo número de la Revista Ciencia de la Academia Mexicana de Ciencias (AMC), abril-junio 2011, los científicos Carlos M. Contreras –miembro de la AMC-, Rosario Aldana-Franco y Ana Gutiérrez-García, establecen que el término caos usualmente se refiere a los acontecimientos aparentemente aleatorios, es decir, los que ocurren sin un orden.
Aseguran que la teoría del caos se centra en la noción de que el análisis de lo aparentemente impredecible conduce al esclarecimiento de un orden. Por tanto, el caos, dicen, es determinable y no aleatorio porque tiene un orden subyacente.
En el artículo titulado ¿Es tan caótico el caos?, publicado en Ciencia, los especialistas resaltan que en la actualidad el concepto de caos se usa en la vida cotidiana con el significado de confusión y desorden.
Precisan que desde hace tres décadas en el ámbito científico y en particular entre los estudiosos de los sistemas complejos “caos” no significa desorden absoluto, sino un comportamiento regido por factores determinísticos, pero con un nivel significativo de complejidad que, debido a la imposibilidad, históricamente pasajera de predecir su comportamiento, puede dar la apariencia de desorden.
La teoría del caos es la rama de las matemáticas y de la física que trata ciertos tipos de comportamiento impredecibles de los sistemas dinámicos, llamados así porque cambian a lo largo del tiempo, y se pueden clasificar en estables, inestables y caóticos.
Esta teoría también llamada “teoría de las estructuras disipativas”, porque estudia los sistemas abiertos donde se involucra intercambio de materia, energía o información, con su medio circundante, permite deducir el orden subyacente que ocultan fenómenos aparentemente aleatorios.
También aporta un nuevo enfoque para comprender la complejidad, característica común en la inmensa mayoría de los problemas de la ciencia, como por ejemplo las reacciones químicas en el suelo o el comportamiento humano, que son complejos pero no aleatorios.
En la actualidad el estudio del caos tiene dos enfoques: el primero, como precursor y compañero del orden, centrado en una disminución ordenada del caos; mientras que el segundo, fue propuesto para estudiar el orden oculto en el caos y la información contenida en el sistema.
Los autores de este artículo aseguran que la noción de caos abrió una nueva perspectiva científica con la que se puede comprender el orden y la complejidad del universo.
Desde esta visión proponen un nuevo modo de estudiar la realidad con lo que las leyes del caos favorecen una explicación para la mayoría de los fenómenos naturales, desde el origen del universo a la propagación de un incendio o la evolución de una sociedad e incluso el estudio de la actividad cerebral.
Nada parece caótico cuando se ve, al menos, por segunda vez, concluye el artículo que ya puede ser consultado en línea en el sitio de la Revista Ciencia de la Academia Mexicana de Ciencias: http://www.revistaciencia.amc.edu.mx o bien adquiriendo el ejemplar correspondiente en los principales puntos de venta de libros.
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