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La Jornada
18 de febrero de 2016
Redacción
Carlos Arias cuestiona también vínculo entre el virus y el síndrome Guillain-Barré
De comprobarse asociación con afectación cerebral, se convertirá en un problema muy serio, advierte
Hay indicios de que es una fracción menor de embarazadas las que se han infectado
La infección por zika, transmitida por mosquitos de la especie Aedes, igual que otras como dengue o chinkungunya, causa síntomas y malestares que afectan la salud humana.
En México es preocupante la entrada de este virus –que ha producido 80 casos reportados, informó la Secretaría de Salud el pasado 15 de febrero– porque hay aspectos relevantes que aún se desconocen, como la relación del virus con niños que nacen con microcefalia o si hay una relación entre el ascenso de casos del síndrome de Guillain-Barré en territorios afectados.
“Si se comprueba la asociación con microcefalia se va a convertir en un problema serio por lo que implica la enfermedad en sí misma. Se sabe que 99 por ciento de los niños que nacen con microcefalia viven; sin embargo, la calidad de vida, así como los problemas familiares, sociales y económicos asociados a este padecimiento, son fuertes”, sostuvo Carlos Arias Ortiz, investigador del Departamento de Genética del Desarrollo y Fisiología Molecular del Instituto de Biotecnología de la Universidad Nacional Autónoma de México y miembro de la Academia Mexicana de Ciencias, así como ganador del Premio Nacional de Ciencias en 2014.
El especialista dijo que aunque está por determinarse la asociación real que pueda haber de estos casos, asumiendo una eventual relación zika-microcefalia, existen consideraciones que indican que será una fracción menor de embarazadas las que padecerían el problema porque el número de infecciones registradas en países como Brasil en este grupo son pocas, e hizo hincapié en que existen diferentes factores ambientales como toxinas, temperatura, insecticidas en el agua, aspectos genéticos o infecciones con otros virus, etcétera, que deberán tomarse en cuenta en los estudios que se hagan.
Por otro lado, el vínculo zika y síndrome de Guillain-Barré fue propuesto por primera vez entre 2013 y 2014 en la Polinesia Francesa.
Se trata de una afección neurológica autoinmune en la que el sistema inmunitario del cuerpo ataca una parte del sistema nervioso periférico, la mielina, la capa aislante que recubre las fibras nerviosas provocando escalofríos o pérdida de la sensibilidad y sensación de entumecimiento en alguna de las extremidades u otras partes del cuerpo. Hasta ahora, aseguró el investigador, la relación entre las dos enfermedades y el virus zika carece de pruebas científicas.
Hasta ahora se sabe que el reservorio u hospederos principales son vertebrados, como monos y humanos. “Nos falta saber si algún otro animal lo puede hospedar y si será un virus endémico o pandémico”, dice Carlos Arias, quien explicó que el dengue se volvió endémico una vez que los humanos se convirtieron en reservorio.
“Eso puede pasar con el zika, aunque existe la posibilidad de que cause problemas, como ahora, pero luego desaparezca, es decir, que se comporte como pandémico.”
Carlos Arias agregó que en México el problema lo están causando el mosquito Aedes aegypti, acostumbrado a vivir principalmente en ambientes urbanos, cría a sus larvas en recipientes que contengan agua dentro o fuera de las casas, y el Aedes albopictus en segundo término; sin embargo, hay cuando menos seis o siete especies más de insectos que se han reportado en diferentes partes del mundo que son geográficamente más limitadas y han estado asociados a brotes de este virus.
“Viendo la distribución que tiene el dengue en el país, lo que podemos esperar es que el zika se distribuya, al igual que el chinkungunya, en un territorio amplio en la República (28 estados, según la Secretaría de Salud)”, aseguró.
De acuerdo con el virólogo, por conducto de la Secretaría de Salud México tiene, en general, una muy buena infraestructura de vigilancia epidemiológica para diferentes enfermedades y se puede adaptar al zika desde el punto de vigilancia de la presencia del mosco y poder detectar la enfermedad, lo ha hecho bien para el dengue y recientemente con chinkungunya.
“Estas capacidades instaladas permiten, en esta parte inicial, medir el impacto que pueda tener o que esté teniendo en México el zika.”
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