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La Jornada
25 de febrero de 2014
Ap
Avistan dos en Xochimilco, pero no pueden atraparlos, afirma un experto
El ajolote, especie acuática similar a una salamandra, al parecer no ha desaparecido de su único hábitat natural conocido en uno de los pocos lagos que aún existen en la ciudad de México: Xochimilco.
Investigadores informaron que han avistado, aunque no atrapado, a dos de las escurridizas creaturas durante una segunda búsqueda.
En una operación que duró una semana los investigadores trataron de atrapar a los ajolotes con una red en las aguas turbias y bajas de Xochimilco, pero no encontraron ninguno, lo que generó preocupación ante la posibilidad de que esa especie ya sólo sobreviviera en cautiverio.
El biólogo Armando Tovar Garza, de la Universidad Nacional Autónoma de México, informó el viernes que miembros de su equipo hicieron otra búsqueda que terminará en abril y avistaron dos ajolotes en las primeras tres semanas del estudio.
No pudimos capturarlos porque la conducta de ese animal hace muy difícil atraparlo. No hemos atrapado a ninguno, pero hubo dos avistamientos, eso es importante porque nos dice que aún tenemos oportunidad.
El ajolote, conocido como monstruo marino y pez que camina tiene una apariencia desagradable, de cola larga, y una boca que se curva para mostrar una extraña sonrisa. Su único hábitat natural es la red de canales y lagos de Xochimilco llamada los jardines flotantes, integrada por chinampas, pedazos de tierra cubiertos por juncos que los aztecas utilizaban para cultivos, pero que ahora están amenazados por la contaminación, la expansión urbana y la invasión de otras especies.
Importante para la investigación
El animal es importante para la investigación científica por su capacidad para regenerar miembros amputados.
Algunos ejemplares aún viven en acuarios, tanques de agua y en los laboratorios de investigación, pero los expertos han advertido que esas no son las mejores condiciones, pues corren el riesgo de la endogamia y pérdida de la diversidad genética.
La liberación de ajolotes criados en cautiverio al ambiente natural podría diseminar una infección por hongos que es fatal para la especie y reducir su diversidad genética. Tovar Garza explicó que algunas mutaciones genéticas, probablemente causadas por endogamia, ya han aparecido en los ejemplares.
Alarmados por la reducción de la población en años recientes, los investigadores construyeron refugios para ajolotes en Xochimilco para ayudarlos a criarse en la parte más limpia de su hábitat.
Sacos de piedras y plantas en forma de caña actúan como filtros en un área seleccionada a la que se añade agua más limpia para crear mejores condiciones. Los refugios también cuentan con jaulas permeables y otros dispositivos diseñados para proteger a los ajolotes de predadores que no son originarios del lago, como la tilapia y la carpa, llevados al sistema lacustre hace años.
Los anfibios crecen hasta 30 centímetros de largo y utilizan cuatro extremidades para arrastrarse y una cola gruesa para nadar. Se alimentan de insectos acuáticos, peces pequeños y crustáceos. Su hábitat se ha rodeado cada vez más de barrios pobres, donde hay aguas residuales no tratadas.
La Academia Mexicana de Ciencias señaló en un comunicado que un estudio realizado en 1998 encontró un promedio de 6 mil ajolotes por kilómetro cuadrado, cifra que se redujo a mil de acuerdo con un estudio levantado en 2003 y a 100 en otro de 2008.
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