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Reforma
31 de agosto de 2014
Redacción

El método mexicano para trasplante de médula ósea (TMO) no requiere cirugía, sino que se puede considerar como una “transfusión sanguínea”, de gran ayuda para pacientes con mieloma, linfoma o leucemia, señala el investigador Guillermo Ruiz Argüelles.

La técnica desarrollada no requiere infraestructura hospitalaria y se puede realizar de manera ambulatoria, pues el índice de complicaciones es menor al 5%. Además es más económico, al tener un costo diez veces menor: en México fluctúa de 15 a 20 mil dólares, mientras que en Estados Unidos es de 150 mil dólares.

El método diseñado por Ruiz Argüelles es de tipo autólogo: la sangre donde se encuentran las células madre a trasplantar es la sangre del paciente; pero cuando las células madre provienen de la sangre de un familiar es un TMO de tipo alogénico.

Ruiz Argüelles, integrante de la Academia Mexicana de Ciencias, explica que este método consiste en trasplantar células madre. “Obtenemos la sangre del mismo paciente y separamos los glóbulos blancos del resto de sus componentes a través de una máquina de aféresis. La exclusión de los glóbulos blancos se debe a que éstos contienen aproximadamente el 1% de células madre (llamadas CD34). Así, los glóbulos blancos son inyectados al paciente, mientras que la sangre separada, que no contiene glóbulos blancos, vuelve al paciente. Las células una vez inyectadas, se insertan solas en el interior de los huesos en el lugar donde debe ir (la médula ósea). Hasta ahora hemos trasplantado a más de 500 pacientes mexicanos”.

Explica que para cerciorarse de que el paciente tenga las suficientes células madre para recuperarse, se utilizan un citómetro de flujo, el cual cuenta el tipo de células CD34, pues éstas son las células que interesa trasplantar. “Se trata de unos linfocitos que tienen en su superficie el antígeno CD34, y contando cuántas células madre de este tipo se obtienen de cada aféresis se puede determinar cuántas aféresis más necesita el paciente”.

“Lo ideal es trasplantar un millón de células CD34 por kilo de peso. Por ejemplo, una persona de 60 kilos se le deben trasplantar 60 millones de células CD34. Hay pacientes que requieren hasta cuatro aféresis pero eso es muy variable”, dijo el también investigador del departamento de Ciencias de la Salud de la Universidad de las Américas, en Puebla.

Señala que otra de las modificaciones del método mexicano, es que se requieren menos antibióticos y otros medicamentos. “Empleamos fármacos accesibles y disponibles en el país. En el caso de los TMO con otros sistemas, se utiliza un esquema de acondicionamiento de intensidad reducida de quimioterapia”.

Los TMO autólogos fueron iniciados hace 20 años por el doctor Guillermo Ruiz Argüelles, cuyo propósito era crear un método para realizar trasplantes de médula ósea que fueran menos invasivos y costosos. “Cuando regresé en 1983 de una estancia posdoctoral realizada en la Clínica Mayo de Estados Unidos a México, me di cuenta que tratar de reproducir en nuestro país el método que había aprendido allá sobre trasplantes era casi imposible por limitaciones económicas y de equipo en las instituciones. Durante 10 años realizamos investigaciones bibliográficas para poder desarrollar un método en México que tuviera resultados similares a los europeos”.

Los trasplantes autólogos se aplican a pacientes que tienen tumores, enfermedades malignas o sensibles a quimioterapia. “Su objetivo es darle al paciente una quimioterapia a dosis muy altas y después regresarle su medula ósea, que no se ha expuesto a radiación, para que el paciente recupere su función hematopoyética (formación de todas las células sanguíneas). Es para pacientes afectados por mielomas, un tipo de cáncer en los huesos incurable, por linfomas y leucemia”, declaró Ruiz Argüelles.

“Además de aplicarse en varios estados de la República Mexicana, el método mexicano para hacer TMO se practica ya en otros países de Latinoamérica, Europa, Asia y África, donde se ha hecho posible ofrecer este recurso terapéutico imprescindible en la práctica moderna de la medicina”, finaliza Ruiz Argüelles.

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