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Academia Mexicana de Ciencias
Boletín AMC/083/09
México, D. F., 18 de junio de 2009.

• La Academia Mexicana de Ciencias dio a conocer hoy el Pronunciamiento conjunto de las Academias del G8+5: “Cambio climático y la transformación de tecnologías energéticas para un futuro bajo en carbono”
• José Franco y Mireya Imaz advirtieron que el costo del cambio climático en nuestro país rebasa por mucho nuestra capacidad de no acción
• Urgente invertir en desarrollos tecnológicos que garanticen alimentación y energía, señalaron en conferencia de prensa

A nombre de la Academia Mexicana de Ciencias, Mireya Imaz y José Franco presentaron hoy el Pronunciamiento conjunto de las Academias del G8+5: Cambio climático y la transformación de tecnologías energéticas para un futuro bajo en carbono.
Foto: AMC
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El cambio climático es inequívoco y las consecuencias ya se están sufriendo, como el cambio en los patrones de lluvias que, a largo plazo, ocasionarán sequías en ciertas regiones del mundo, mientras que en otras habrá inundaciones, las cosechas se van a perder, lo que ocasionará desabasto en alimentos, además de las enfermedades asociadas a estos fenómenos, advirtieron José de Jesús Franco López y Mireya Imaz Gisper, secretario e integrante de la Academia Mexicana de Ciencias (AMC), respectivamente.

Al presentar en México, a nombre de la AMC, el Pronunciamiento conjunto de las Academias del G8+5: Cambio climático y la transformación de tecnologías energéticas para un futuro bajo en carbono, los especialistas coincidieron en que el acumulamiento de bióxido de carbono (CO2) y el uso que los seres humanos le estamos dando a los suelos del planeta son las dos causas principales del cambio climático.

En conferencia de prensa, el secretario de la AMC señaló que si no se combate el cambio climático en el mundo, evolucionará un cambio muy fuerte de las enfermedades endémicas en las diferentes regiones, lo que provocará consecuencias en salud muy importantes, sin mencionar que las secuelas económicas serán “brutales”.

“Los cambios se están dando, lo que tenemos que hacer es trabajar en la mitigación, reducir la cantidad de gases y trabajar muy fuertemente en la adaptación. Tenemos que tener inversiones importantes en estudios científicos y en desarrollar tecnologías que garanticen que vamos a tener alimentación y energía para poder contender con estos cambios”, indicó.

Por su parte, Mireya Imaz Gisper, Coordinadora del Programa Universitario de Medio Ambiente (PUMA) de la UNAM y miembro de la AMC, urgió en la necesidad de que los países avancen a economías bajas en carbono, por lo que se debe hacer una inversión muy importante en el desarrollo de las tecnologías que sean más amigables.

El costo del cambio climático en nuestro país, afirmó, rebasa por mucho nuestra capacidad de no acción.

“Estamos hablando de 6 puntos porcentuales del Producto Interno Bruto, si no estamos dispuestos a invertir esto en ciencia y tecnología para entender cuál es la vulnerabilidad de nuestro país frente al cambio climático y qué es lo que tenemos que hacer, las consecuencias serán lamentables”, manifestó.

La científica afirmó que en nuestro país existen científicos y tecnólogos capaces de conducir a México por otro camino, porque “sale más barato prevenir que corregir”, sentenció.

Imaz Gisper subrayó la importancia de la agenda energética que plantea el Pronunciamiento de las Academias del G8+5, que son el ahorro y la eficiencia energética, la utilización de las energías renovables, como la elóica y solar; el aprovechamiento de gas natural a través de redes y mecanismos de distribución segura y fluida, además de la energía nuclear segura.

Es necesario limitar y reducir la emisión de gases y controlar los cambios de uso de suelo de una manera menos agresiva para el medio ambiente, apuntó la académica.

Más adelante, José Franco dio a conocer las recomendaciones que plantean las Academias del G8+5, entre las que se subraya la urgente necesidad de que los gobiernos del mundo adopten objetivos globales a largo plazo y reducciones de emisión de gases, principalmente de CO2, a corto plazo.

Las Academias del mundo plantean también, añadió, que se debe aumentar significativamente la investigación básica sobre el clima de la tierra, las tecnologías de bajo carbono y climáticas, con capacidad de rápida recuperación y sobre formas de proteger y fortalecer la capacidad de los sistemas naturales al cambio climático.

Se deben identificar prioridades estratégicas comunes a todos los países para poder implementar tecnologías ambientalmente sustentables para la adaptación y la mitigación, además de colaborar en la implementación de infraestructura y tecnologías de bajo carbono y climáticas que sean muy resistentes, e implementar incentivos innovadores a través del uso de instrumentos económicos y reguladores para acelerar la adopción de tecnologías “limpias”, continuó.

Por ello, anotó Franco López, es apremiante apoyar y permitir el acceso y uso de las tecnologías necesarias para lograr un futuro energético sustentable bajo en carbono a los países en vías de desarrollo.

Los países más ricos son los que más gases contaminantes emiten, mientras que serán los más pobres los que sufran las consecuencias, advirtió.

Para concluir, el también director del Instituto de Astronomía de la UNAM, subrayó la necesidad de fortalecer la cooperación internacional para la capacidad de energía nuclear segura, el manejo seguro de deshechos nucleares, y la reducción de riesgo de proliferación; al mismo tiempo, aumentar sustancialmente la inversión en el desarrollo y utilización de tecnologías para la adaptación, además de aumentar el financiamiento específicamente para los países más vulnerables.

El documento está suscrito por la Academia Brasileira de Ciencias, de Brasil; la Royal Society of Canada, de Canadá; la Chinese Academy of Sciences, de China; la Académie des Sciences, de Francia; la Deutsche Akademie der Naturforscher Leopoldina, de Alemania, y la Indian National Science Academy, de India.

Además de la Accademia Nazionale dei Lincei, de Italia; la Science Council of Japan, de Japón; la Academia Mexicana de Ciencias, de México; la Russian Academy of Sciences, Rusia; la Academy of Science of South Africa, de Sudáfrica; la Royal Society, de Reino Unido; y la National Academy of Sciences, de Estados Unidos de América.

El G-8+5 es el grupo de los líderes de las naciones del G-8 (Alemania, Canadá, Estados Unidos, Francia, Italia, Japón, Reino Unido y Rusia), más los líderes de 5 de las principales potencias económicas emergentes, el G-5 (Brasil, China, India, México y Sudáfrica). Fue oficialmente inaugurado el 24 de febrero de 2006 por la “Global Legislators Organisation for a Balanced Environment” (GLOBE) (Organización Global de Legisladores por un Medio Ambiente Equilibrado).