¡Vivan las diferencias!

Exonline
9 de marzo de 2009
Alan Miranda

Ana María Cetto Kramis, una de las científicas mexicanas más reconocidas a escala mundial y quien actualmente ocupa la dirección general adjunta de la Agencia Internacional de Energía Atómica (AIEA), considera que hombres y mujeres deben tener las mismas oportunidades y privilegios, pero apreciando siempre las diferencias entre ambos sexos.

“Tenemos una diferente forma de sentir, de vivir la vida. Tenemos muchas veces diferentes preocupaciones y al interaccionar, no solamente con nuestros congéneres, sino con colegas del sexo opuesto, nos debemos complementar esta forma de ver la vida y de ahí debe salir algo que sea mejor para todos. No tenemos por qué portarnos igual o pretender ser iguales. Con eso creo que no ganamos nada”, dijo vía telefónica a Excélsior desde Viena, sede de la AIEA.

La doctora Cetto, quien fungió como directora de la Facultad de Ciencias de la UNAM antes de integrarse al organismo internacional, considera que si bien todavía existe discriminación en contra de las mujeres en algunos lugares de México y el mundo, se ha avanzado bastante en la lucha por la equidad de género.

“Cuando yo ingresé a la Facultad de Ciencias, en la carrera de física, había 15 por ciento de mujeres en total en los primeros años y luego se iban perdiendo”, dijo evocando los días cuando estudiaba en la UNAM.

“En la Facultad de Ingeniería, cercana a la de Ciencias, prácticamente no había mujeres. De hecho, era atrevido para nosotras caminar por los pasillos de ingeniería”, agregó.

El avance hacia la equidad de género no es un proceso uniforme en todas partes del mundo, ya que mientras en algunos países la mujer tiene prácticamente los mismos derechos y las mismas oportunidades que el hombre, en otros sigue siendo objeto de discriminación.

“Quizá una de las cosas buenas de la globalización ha sido el incremento en la importancia del rol de las mujeres. Ha influido inclusive en aquellos países en los que tradicionalmente la mujer había estado mucho más relegada o incluso discriminada”.

“No es tan fácil seguir siendo tan discriminatorio, aunque todavía hay áreas, países donde se ejerce una discriminación incluso violenta. En México la situación no está tan mal como en otros países, pero también hay mucho que hacer.”

En 2003, la doctora Cetto fue nombrada Mujer del Año por su labor científica, pero no ha sido la única distinción de su carrera científica, ya que en dos ocasiones ha formado parte de grupos que ganaron el Premio Nobel de la Paz.

La primera fue por su participación en las Conferencias de Pugwash, galardonadas en 1995, y cuyo mayor propósito era promover el desarme a nivel internacional. La segunda fue en 2003, junto con sus colegas de la AIEA. Fue en ese mismo año que se unió al organismo.

La ciencia, atajo hacia la equidad de género

La adopción del pensamiento científico será una herramienta muy útil para que la falta de equidad desaparezca en las próximas generaciones. Por ello, es necesario que se impulse la educación científica en México y en el resto del mundo, afirmó la física.

“La ciencia, la educación científica nos enseña a ser racionales y a ver las cosas de manera más objetiva y pienso que con esto se contribuye al reconocimiento de que la mujer es un ser humano igual que el hombre que tiene la misma capacidad y que por lo tanto, también debe tener las mismas oportunidades”, dijo.

Hace falta que ese tipo de cambios comience a tomar forma dentro del mismo campo laboral de los científicos, puesto que todavía hay algunas personas que mantienen la vieja forma de pensar, señaló Cetto, quien publicó en septiembre de 1990 el artículo ¡Vivan las diferencias!

De acuerdo con la doctora, la ciencia en América Latina ha sido una de las actividades en la que la participación de la mujer ha sido equiparable y en ocasiones superior a la de los varones.

“En nuestro continente hay algunas ramas de la ciencia que normalmente han estado más pobladas por las mujeres que por los hombres o más o menos balanceada. En muchas ramas de la biología, en particular, y también de la astronomía, el porcentaje de mujeres es relativamente alto en México y en otros países latinoamericanos”.

No obstante, la científica, oriunda del Distrito Federal, considera que a pesar de que las oportunidades se presenten a ambos sexos, las mujeres deben enfrentarse a más problemas para alcanzar sus metas profesionales.

“Por un lado hay obstáculos digamos, de tipo estructural o sistémico, por ejemplo, incompatibilidad entre el trabajo y la familia, que uno tiene siempre que resolver de manera personal, sobre todo cuando se tiene hijos y éstos requieren atención. Eso lo distrae a uno del trabajo o a la inversa, el trabajo lo distrae a uno de las ocupaciones familiares”.

“También hay dificultades en cuanto a comportamiento, tanto por parte de los hombres como de las mujeres. Sigue habiendo una resistencia por parte de muchos hombres en el medio profesional, como de miedo a perder terreno, perder poder, perder esta situación en que la mujer ha estado a su servicio.

“Yo diría que también por el lado de las mujeres hay cuestiones de comportamiento condicionadas por esta misma situación. Ellas se sienten muchas veces como las que deben dar el servicio o bien, que deben competir con otras mujeres”.

La forma de pensar de algunas personas, según las cuales las mujeres sólo pueden desarrollarse en un número limitado de actividades, particularmente en las labores domésticas, es uno de los mayores obstáculos a los que se enfrenta México y el mundo para desarrollarse, opina Cetto.

Un esfuerzo adicional

Si bien la doctora Cetto reconoce que las dificultades para que las mujeres lleguen a sus metas son mayores, asegura que eso no es motivo suficiente para rendirse.

“Los obstáculos sí han sido mayores para las mujeres que para los hombres. Entonces, una necesita mantener muy en alto esa aspiración y, en efecto, eso requiere un esfuerzo adicional”.

“Lo importante es tener la oportunidad, tener la aspiración. Eso vale para hombres y mujeres. Si se quiere dedicar a una carrera científica y mantener la aspiración, no hay que renunciar a ella, porque siempre se van a encontrar obstáculos, siempre hay piedras en el camino. Pero si desde el principio te dices que es muy difícil, ya te estás dando por vencida”.

México y el mundo necesitarán una mayor presencia de las mujeres en todas las áreas en los próximos años. Por ello, es necesario que las niñas y las jóvenes estén preparadas e inspiradas para afrontar ese gran reto.

“Las chicas y las jóvenes que a pesar de estas tendencias o características en el sistema educativo y en la familia quieren seguir una profesión científica, deben animarse a hacerlo, porque es tremendamente gratificante.”

Cualquier persona que desee llegar lejos, especialmente si está en un entorno adverso, puede ayudarse siguiendo los pasos de figuras relevantes, que se convierten en sus modelos. Eso les ayudará a conseguir inspiración, afirma la doctora.

“Me he dado cuenta de que la gente, sobre todo mujeres jóvenes, tiende a observar a las personas mayores y buscan modelos o a lo mejor no los buscan, sino que los siguen inconscientemente, las dos cosas se dan”.

Uno de los ejemplos de esos modelos a seguir es justamente la doctora, a quien no le gusta dar consejos. Sin embargo, admite estar consciente de que su trabajo puede servir de inspiración a mujeres más jóvenes que quieran involucrarse en la ciencia o en cualquier otra actividad.

“No es lo que me propongo, pero sí soy consciente, me siento observada con interés o a veces al menos con curiosidad, lo cual me hace más consciente de mi responsabilidad por el ejemplo que puedo representar o dar, porque me doy cuenta que mis mensajes deben ser claramente, explícitamente de apoyo a las mujeres, especialmente para las mujeres jóvenes, para que se animen ellas también a seguir un camino similar”.

Este consejo, o mensaje, como prefiere llamarlo la doctora, viene de su propia historia.

“No me arrepiento en lo absoluto de mi experiencia, ya que me ha hecho por el contrario, más fuerte, en el sentido de que esté preparada para quitar piedras más grandes del camino si se me presentan, porque hasta ahora, mi camino recorrido sí ha sido muy gratificante.”

México y la AIEA

Como directora general adjunta de la Agencia Internacional de Energía Atómica, la doctora Cetto está al tanto de los programas nucleares de distintas partes del mundo, incluido México.

El programa nuclear mexicano es pequeño comparado con el de otros países, como Estados Unidos, China y varios miembros de la Unión Europea. Además, sólo ha sido utilizado con fines pacíficos.

Sin embargo, desde 1990 cuenta con la planta nucleoeléctrica de Laguna Verde, ubicada en la costa del Golfo de México, a escasos 70 kilómetros al norte del puerto de Veracruz.

De algunos años a la fecha, autoridades veracruzanas y federales, así como grupos ecologistas, han sostenido que la planta tiene graves problemas y que existe la posibilidad de que sea desmantelada porque no cuenta con espacio suficiente para resguardar los desperdicios radiactivos que genera.

No obstante, Cetto asegura que el programa nuclear mexicano funciona bastante bien y que incluso es usado como ejemplo ante otras naciones.

“Los reactores en Laguna Verde siguen funcionando y funcionando bien en general. Lo puedo decir porque he visto los informes que proporciona el organismo y México tiene una buena imagen frente a la AIEA por la forma como se maneja la planta, así como por la forma como se maneja la cuestión de la seguridad radiológica.

Nuestro país es usado muchas veces como ejemplo ante muchos países miembros del organismo”.

“En el pasado reciente, México se acercó al organismo. De hecho, presentó una solicitud de proyecto de cooperación técnica en el terreno de evaluación de opciones y estrategias energéticas y ese proyecto le permitió a México desarrollar mejor sus propias capacidades para analizar las diferentes opciones

No obstante, en cuanto al futuro desarrollo del proyecto, la científica dijo desconocer cuál será el siguiente paso.

Ana María Cetto Kramis

-Realizó estudios de licenciatura en la Universidad Nacional Autónoma de México y de posgrado en la Universidad de Harvard.

-Es una investigadora del Instituto de Física y profesora de la Facultad de Ciencias de la UNAM y su especialidad es la mecánica cuántica, la electrodinámica estocástica y la biofísica de la luz. Actualmente (2006) es la directora de Cooperación Técnica y Subdirectora de la Agencia Internacional de

-Era presidenta del Consejo de las Conferencias Pugwash cuando esta organización internacional ganó el Premio Nobel de la Paz en 1995.

-También fue partícipe del Nobel de la Paz en 2003 al ser miembro de la dirección de la AIEA.

-En 2003 fue nombrada Mujer del Año y también ha recibido diversas distinciones como ser miembro de la Third World Academy of Science, de la Academia Mexicana de Ciencias, de la Sociedad Mexicana de Física y de la American Physical Society.

-Fue galardonada con la distinción “Sor Juana Inés de la Cruz” que otorga la UNAM, a las mujeres investigadores más destacadas, en 2006.

-Ana María Cetto es hija del célebre arquitecto mexicano Max Cetto.

Agencia Internacional de energía atómica

-Es un organismo internacional autónomo, aunque elabora reportes para el Consejo de Seguridad y la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas.

-Su misión es promover el uso pacífico de la energía atómica en el mundo.

-Fue fundada el 29 de julio de 1957 mediante el Estatuto de la AIEA.

-Su sede está en Viena, Austria, pero también cuenta con oficinas regionales en Toronto, Tokio, Nueva York y Ginebra, así como laboratorios en Alemania, Austria, Mónaco e Italia.

-Brinda apoyo técnico para el desarrollo de tecnologías atómicas en las áreas de producción de energía, medicina, agricultura, entre otras.

-Actualmente es dirigida por Mohamed Al-Baredei. Ana María Cetto es su directora general adjunta.

-Cuenta con 144 miembros, entre los que se incluyen: Rusia, Estados Unidos, China, Francia, entre otras.

-Corea del Norte dejó de ser miembro desde 1994.

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