El Sudcaliforniano
11 de mayo de 2008
Especial de Miguel Reyes Razo / El Sol de México
Organización Editorial Mexicana
Ciudad de México.- «En Ciencia estamos mal -deploró Rosaura Ruiz. La comunidad de estudiosos resulta raquítica ante el tamaño del país. Pocos pero de gran calidad. No se da importancia a la Ciencia y la Tecnología. Autoridades se resisten a admitir cuan importante es para el desarrollo nacional. Ven al saber lujo; apéndice. Alguno que dirigió Conacyt alegó que un país tan pobre como el nuestro no podía darse el lujo de gastar en Ciencia.
«Somos pocos los curiosos que anhelamos indagar. Y la incomprensión se da entre nosotros. ¡Ah, cómo se discrimina a las mujeres! Se nos juzga rareza. Orbes del conocimiento nos están casi vedados. Sabios hay que sesgan posibilidades a las mujeres. «En mi grupo no admito mujeres. Matrimonio y maternidad retrasan proyectos», dicen. Y no les falta razón. Tener hijos aplaza. Bien lo sé.
«¡Basta ya de obsequiar a las niñas muñecas y juegos de té.! -exige Rosaura Ruiz poco antes de ascender al rango de Presidenta de la Academia Mexicana de Ciencias. Es la hora de impulsar a la ciencia. Desde la niñez. Con la música, con el arte que valen para estimular a las neuronas.
«Escaseamos los que no nos contentamos con las respuestas simples o los silencios. Y en este universo de dudas y preguntas las mujeres estamos subrepresentadas. Apenas si llegamos a un tercio de los buscadores y hacedores de saber. Prevalecen estereotipos. ¿Una mujer ingeniera? Ya la veo lidiando con albañiles. ¿Matemática, acaso? En humanidades nos va un poco mejor. Ahí somos más».
La doctora en ciencias Rosaura Ruiz Gutiérrez tira de un cordón y el cortinaje de su oficina se desliza y deja ver una luminosa mañana y perfiles de edificios y marcha de presurosos. Presume:
«¡Y qué campus! ¡No me diga que no le gusta! -y contempla y vuelve a contemplar el de Ciudad Universitaria. Magnífico desde el mirador del octavo piso de la Torre de Rectoría.
«¿Café? Compramos uno muy bueno. De la Selva -pondera.
Magnífico café.
«Me propongo -anuncia Rosaura Ruiz- impulsar, atraer a las mujeres a la ciencia. ¡Desde el kínder! Desde la mismísima casa. En la primaria infancia. Entre los cero y los 5 años. Es la hora en que se hacen las vocaciones. Período en que el niño absorbe lo que se le enseña. Música que propicia entender la abstracción matemática.
«Así se enseña a los niños que viven países desarrollados. Los del Primer Mundo. La formación musical está presente. Los niños escuchan. ¡Y cantan! Y ejecutan un instrumento. Aprenden. Desarrollan su personalidad. Hay que atraerlos al saber. Que aprendan a jugar ajedrez.
«Los niños deben aproximarse a la naturaleza. A la sociedad. A la humanidad.Y a la evolución. A mi ver, son muy importantes las ideas de la evolución. A su teoría. El hecho biológico. La evolución es un hecho incontrovertible. El origen de la especie. Para ir a saber cómo procede la ciencia. Abordar los temas de salud; de alimentación».
«Hasta ahora no sé de ningún niño que reciba tal enseñanza, doctora -expuso el reportero.
SI LOS MAESTROS NO SABEN CIENCIA ¿CÓMO PUEDEN ENSEÑARLA?
.Desde la cómoda esquina de su sofá, la doctora Rosaura Ruiz exigió:
«Todos los niños deben ir a la escuela. Un país que expresa que la educación de los niños es «o-bli-ga-to-ria» no puede permitir que vendan chicles en las calles, limpien parabrisas y hagan buches de petróleo.
«¡Urge una profunda reforma educativa en México!- reventó ante el panorama. Creo que el principal problema educativo de México está en sus ¡Planes de Estudio! Hay que revisarlos. Y también la formación de profesores.
«¡Ay, los profesores!»-clamó la mujer cuyo padre la soñó y formó triunfadora. No saben ciencia. Ignoran matemáticas, física, biología, química. Su formación es deficiente. Su interés por esa saber básico inexistente. En tal virtud los profesores no pueden transmitir tales conocimientos.
«Y menos aun en forma feliz, lúdica. Que el niño no vea en el número ni en el pensar y el reflexionar una dura carga. El saber debe ser adquirido sutil, lúdicamente. En actividad dichosa; atractiva.
«En estas condiciones los profesores de primaria -y kínder- y secundaria y preparatoria no tienen respuesta a la inocente pregunta: «¿Por qué se derrite el hielo?». El niño sufrirá el silencio. O una respuesta átona. Todo porque a los profesores no les gustan esas materias. ¿Cómo pedirles entonces que inoculen -fomente- ansia de saber?
«Estoy por la enseñanza de la evolución -fijó la estudiosa de modales desenvueltos y atuendo de moda. ¡Por Darwin! Que se enseñe a todo nivel. He dirigido tesis doctorales sobre Darwin.
«¿Cómo se enseña? ¿Acaso se enseña? Pues no se enseña a Darwin. Es que los planes de estudio son tan densos, tan espesos, tan cargados que…¡No llegan jamás a Charles Darwin! Por eso deben revisarse los planes de estudio. No contienen una idea nueva.
«Urge una revisión integral de los planes de estudio. Es hora de definir qué debe aprender de ciencia un niño de este o aquel grado educativo. Preescolar, primaria, secundaria y bachillerato son etapas decisivas. ¡De preescolar a bachiller!
«Establecer con toda claridad ¡Qué tanto debe saber de astrofísica? ¿Y de geografía? ¿De matemáticas, biología o química?
«Se puede -aseguró. Y para eso está la Academia. Para hacer, revisar planes. Existe un programa. «La Ciencia en tu escuela». Su objetivo es mejorar la educación de las ciencias. Que los profesores mejoren; aprendan. Profesores de primaria. Ya lo hacemos».
«Pues a la Fray Francisco Aparicio de Lago Chalco 23 nunca llegaron- dijo el reportero.
«Se trata de diplomados -ilustró la doctora Rosaura Ruiz- que imparte la UNAM. Enseñamos cómo enseñar. Desde el apartado de los contenidos a la hechura de material. Didáctico. Técnica de la Enseñanza.
Súbitamente cesó su exposición. Tal si una visión -¿un fantasma, acaso?- la hiciera retroceder.
«El problema está -reveló- en cómo enseñar a ¡Un millón de profesores! Unicamente a través de la educación a distancia. Contamos con unos dos mil investigadores. Entraremos a la difusión masiva. Programas de la UNAM. Con monitores.
«Es necesario fortalecer la educación científica en México -remachó. Vivimos en gran rezago. El examen PISA probó que estamos muy mal. Tenemos que hacerlo. Para fortalecer la ciencia en México.
«Ya relaté que nos ven lujo. Excentricidad, casi. ¡Esencial la inversión en ciencia! Tema central de nuestro país.
«Miremos a la Unión Europea. Se ha propuesto en menos de 2 años -en 2010- ser la economía más completa del mundo. Y observemos con quien compiten: Japón, Estados Unidos.
«Están por la economía del conocimiento. La que transforma. La que desarrolla. En mi íntima aprecio que la economía del Siglo XIX tuvo como motor la explotación de recursos naturales. La tierra Surco y mina. Y pozo de petróleo.
«Este Siglo XXI nos pone en el conocimiento. El saber que produce más saber; mejora. El conocimiento que desarrolla; metamorfosea a las sociedades. Del saber obtenido en el laboratorio se va a la tecnología; al instrumento. A la computadora, al teléfono, al «chip». Saber sin fin…
Quedó trunco su gusto
QUE LOS RICOS DEN DINERO A LA CIENCIA…QUE LOS SABIOS BAJEN DE SU TORRE DE MARFIL
Rosaura Ruiz dijo:
«Para el Desarrollo Social. ¡Para mejorar nuestra salud! Tenemos millones de niños desnutridos. Una tasa de mortalidad infantil muy elevada.
«Y nos falta educación. Recuerde lo que dijo un serio: «Ha salvado más vidas lavarse las manos que los antibióticos de Fleming».
«Y aquí tenemos problemas de Salud. Cáncer, Enfermedades Neurológicas y Degenerativas. ¡Y Diabetes! Males esos del Primer Mundo…Y enfermedades de un país con gran atraso.
«Pongámonos a investigar en Salud…Y el Gobierno a invertir…Obesidad es grave problema en nuestro país. Obesidad tremendo problema. Somos un grupo propenso -por sus genes- a la Diabetes»
«¿Qué fruto obtuvo usted en su laboratorio, Maestra?»
«Desde niña me fascinó la Biología. Me atraían animales y plantas. Mi papá -vaya usted a saber por qué- me juzgaba futura » Bioquímica». Hombre de empresa. Mas culto. Concedía gran valor al saber científico. Y a que sus hijas triunfaran y fueran independientes. Le gustaba repetir que el siglo XX era «de las mujeres». Mi papá fortaleció mi interés por la Ciencia. Estudié en escuelas públicas. La Secundaria, en la número 18. Queda en la calle Córdoba, en la colonia Roma. Y la Prepa en la 4 .Estudié Biología en la Facultad de Ciencias de la UNAM.
«Y trabajé mucho en aves. En Ornitología. Zanate Cassidis Mexicano fue mi objetivo. E hice estudios importantes. Teoría de la Evolución. Metodología de la Ciencia. Ciencia y Evolución.
«Dí con «Cómo llegó el evolucionismo a México. Por Gabino Barreda. Positivista. Su efecto en la sociedad de aquel México. En la Política. Justo y Santiago Sierra abrazaron las ideas. ¡La Iglesia las perseguía!
«Más tarde la influencia de Darwin se refleja en la ideología política del México de Porfirio Díaz»
Miró el reloj. Recordó un compromiso. Tenía el tiempo contado. Ya se iba:
«Los ricos mexicanos ayudan a la Ciencia?»
«Casi nada. Queremos atraerlos. Que den dinero. Que lo deduzcan de sus impuestos»- apechugó.
«Los sabios mexicanos se comunican bien con la sociedad?»
«Creo que no. Debemos bajar de la torre de marfil»
Adiós.
Fernando López ya le había tomado muy buenas fotos.