Reforma
22 de enero de 2010
Carlos Tomasini
Detrás del software con el que se diseñó esta página, la máquina que la imprimió, el vehículo que la llevó a ti y en la ropa que traes puesta, hay trabajo de varios ingenieros.
«Estos profesionales se encargan de convertir los desarrollos científicos en cosas palpables, así como de mejorar todo lo que ya existe», explica Jorge Andrés Martínez Alarcón, director del Departamento de Ingenierías de la Universidad Iberoamericana.
Varía con cada carrera, pero, en general, los ingenieros tienen una formación académica que se basa en disciplinas como matemáticas y física, además de algunas ciencias exactas, como química, biología, computación y electrónica.
«También tienen un entrenamiento en resolución de problemas, lo que les ayuda desarrollar su capacidad de abstracción», abunda Teresa Cotera Rivera, directora de la División de Ingeniería del Tecnológico de Monterrey campus Santa Fe.
«Por ejemplo, al resolver una ecuación de tercer grado, están también aprendiendo un técnica que pueden ayudarles a resolver un problema de trabajo en equipo en la vida laboral».
Sin embargo, lo más importante para estudiar estas carreras no es ser todo un matemático desde la preparatoria.
«No necesitan ser genios en matemáticas, pero sí deben estar acostumbrados a tener buenos método de estudio, además de dedicarse tiempo completo a la escuela, porque es una profesión muy demandante», aclara José Gerardo Álvarez Sánchez, coordinador de Carreras de la División de Ingeniería Mecánica e Industrial de la Facultad de Ingeniería de la Universidad Nacional Autónoma de México.
«También es necesario que los alumnos sean proactivos y muy creativos».
Son precisamente las habilidades en esas disciplinas y en métodos de estudio donde se encuentra la mayor problemática en los jóvenes que aspiran a estudiar alguna ingeniería.
«En México, tenemos un sistema educativo deficiente a nivel preuniversitario, porque en los niveles básicos no enseñan ciencias», advierte Martínez Alarcón.
«La forma en la que se enseñan materias como matemáticas es extremadamente tediosa, lo que provoca que la gente comience a odiarlas».
El valor del conocimiento
Actualmente, la capacidad de generar conocimiento e innovación es una de las principales fuentes de riqueza de los países, por lo que el desarrollo de tecnología es sumamente importante.
«Las naciones que hoy generan más conocimiento, son las más ricas», asegura Roeb García Arrazola, director de Investigación de Ciencias para la Vida del campus Ciudad de México del Tec de Monterrey.
«En este contexto, la importancia de los ingenieros radica en que, por su formación, son los encargados de desarrollar nuevas tecnologías, es decir, de generan conocimiento».
Sin embargo, dentro esta tendencia global, a la que algunos han llamado «economía del conocimiento», México parece estar todavía atrasado.
«En el País, prácticamente no generamos tecnología, sólo producimos 0.5 patentes por habitante, mientras que, por ejemplo, Japón, produce 32», indica Rosaura Ruiz, presidenta de la Academia Mexicana de Ciencias.
Debido a que en el País no existe un campo laboral para que los ingenieros se dediquen al desarrollo tecnológico, terminan trabajando en áreas de servicio o de operación de equipos.
«Hay una brecha tecnológica bastante grande con respecto a la capacidad de desarrollo de otros países, por lo que las áreas de oportunidad de los estudiantes estarían en convertirse en emprendedores atacando nichos que no hayan sido explotados», recomienda Luis Antonio Haro Ruiz, coordinador de la carrera de Ingeniería Eléctrica y Electrónica de la Facultad de Ingeniería de la UNAM.
Por su parte, Cotera Rivera apunta que países como Corea del Sur o India han apostado a áreas específicas de la tecnología y hoy son líderes en ramos como microcomponentes y software.
«En México también deberíamos decidir en qué líneas trabajar y ver qué queremos en 30 años, para que las universidades formen a los ingenieros que hagan falta», sugiere.
Cómo cobrar por el conocimiento
Actualmente, los productos que mejor se venden en el mundo son los que tienen conocimientos incorporados, asegura Rosaura Ruiz, presidenta de la Academia Mexicana de Ciencias.
«Por ejemplo, el petróleo crudo se extrae del subsuelo y se puede vender o importar, pero así no tiene conocimiento agregado», explica.
«Pero cuando el petróleo crudo se convierte en gasolina o petroquímicos, se les está incorporando conocimientos, lo que los hace es mucho más caros».
Ruiz destaca que, para fabricar esos productos, se requiere de desarrollo tecnológico y de investigación.
«Al final, no se cobra el material que se utilizó para elaborarlos, sino el conocimiento que se usó para desarrollarlos», reitera.
En acción
Ante este panorama, directivos de universidades mexicanas han comprendido la necesidad de vencer este rezago y han puesto énfasis en ofrecer programas de ingeniería mejorados y crear nuevas carreras que sean más acordes con los nuevos tiempos.
Por ejemplo, el Instituto Tecnológico Autónomo de México, incluirá en su oferta académica la carrera de Ingeniería en Telecomunicaciones.
«Es un sector que crece rápidamente, por lo que hay una fuerte demanda para profesionistas de esta especialidad», dice Federico Kuhlmann, director de esa ingeniería.
«El estudio de las comunicaciones inalámbricas, los sistemas multimedia, las aplicaciones de audio y video, las nuevas formas de transacciones financieras y la solución a problemas de seguridad forman una parte de este programa».
Los alumnos de esta ingeniería cursarán también materias sobre la realidad social y política mexicanas, lo cual les permitirán diseñar soluciones idóneas, desde el punto de vista técnico, adecuadas al contexto que se vive en el País, explica.
Una carrera que ha tenido un importante crecimiento en el País durante los últimos años es la Ingeniería Mecatrónica, que se imparte en varias universidades, entre ellas, la UNAM.
«Es un profesional que es experto en diferentes área de la ingeniería, como en las aplicaciones mecánicas y en las electrónicas», explica Álvarez Sánchez.
«También se encargan de instalar sistemas de automatización en la industria».
Afirma que los egresados de esta carrera en la UNAM obtienen empleo bien remunerado en un lapso de tres meses.
Álvarez Sánchez también coordina el programa de Ingeniería Industrial, que es una de las carreras con mayor demanda de estudiantes en el País.
«Estos profesionales se meten en planeación y logística y están tan bien preparados que, inclusive, podrían participar en campos como las finanzas y la administración», indica.
También en la UNAM se han modificado planes de estudio de las ingenierías para hacerlas más pertinentes con el mundo actual y abarcar áreas más específicas, como la Ingeniería Eléctrica y Electrónica, que antes llevaba el nombre de Mecánica Electrónica.
«El egresado de esta carrera puede evaluar, seleccionar, integrar, diseñar y simular sistemas y dispositivos eléctricos y electrónicos que hoy se utilizan en distintas industrias», destaca Haro Ruiz.
«Por ejemplo, en medicina, se necesitan dispositivos electrónicos para realizar un diagnóstico, medir la presión de un paciente o monitorear sus signos vitales, en el desarrollo de este equipo puede participar este ingeniero».
También tienen cabida en industrias como la automotriz o la de telefonía celular, por mencionar sólo algunas.
Basadas en la naturaleza
Hay otras carreras que parecen sacadas de la ciencia ficción, pero que tienen aplicaciones reales, como la Ingeniería Biónica.
No es una carrera precisamente nueva, ya que lleva unos 10 años impartiéndose en el Instituto Politécnico Nacional, pero sus aplicaciones son de vanguardia.
«El ingeniero biónico se encarga de estudiar modelos biológicos para crear modelos análogos que puedan emplearse en el mundo real», explica Lilia Martínez Pérez, presidenta de la Academia de Ingeniería Biónica de la Unidad Profesional Interdisciplinaria en Ingeniería y Tecnologías Avanzadas del IPN.
Así, estos profesionales buscan resolver problemas sociales o de ingeniería tomando modelos que existen en la naturaleza.
«Un ejemplo de la aplicación de esta ingeniería es el velcro, el cual está basado en una cactácea que se unía mediante sus espinas», menciona Martínez Pérez.
Esta carrera tiene un sentido ecológico, una tendencia que empiezan a seguir la mayoría de las ingenierías y que ha sido motivo para crear algunas nuevas, como la de Desarrollo Sustentable, que se empezará a impartir en el Tecnológico de Monterrey el próximo semestre.
«Tradicionalmente, la industria se dedica a producir y, con las nuevas tendencias, buscan que, durante ese proceso, contamine menos; sin embargo, en esta nueva carrera, buscamos que la conciencia ecológica se enfoque antes y después de ese proceso», señala García Arrazola.
Así, este profesional buscará que la materia prima que se utilice no afecte el entorno ecológico y que los productos finales no contengan, por ejemplo, empaques que no sean biodegradables.
Este tema es tan importante para el Tec, que está trabajando en un proyecto para levantar un parque tecnológico especializado en ciencias para la vida, adelanta García Arrazola.
Otro ejemplo claro de actualización de planes de estudios es la Ingeniería en Aeronáutica, que se imparte en el Instituto Politécnico Nacional desde 1937.
«Este ingeniero se encarga del diseño y construcción de aeronaves, desde el punto de vista aeronáutico e estructural, de material y de sistemas», expresa Miguel Álvarez Montalvo, director de la Escuela Superior de Ingeniería Mecánica y Eléctrica unidad Ticomán del IPN.
«También tiene que ve con el transporte aéreo, en la operación de las aeronaves y su mantenimiento, así como en las operaciones de un aeropuerto; además de legislaciones».
Actualmente, un área que está empezando a desarrollarse en esta carrera en México es la relacionada con la industria espacial, que, a su vez, es un campo en el que convergen todas las ingenierías.
«Un país con industria aeroespacial, tiene todas las tecnologías, ya que trabaja en temas como desarrollo de materiales más ligeros o de nuevos combustibles, en donde, a la vez, intervienen más ingenieros de diversas áreas», advierte Álvarez Montalvo, que también preside el Consejo Mexicano Educativo Aeroespacial.
Otra carrera que lleva varios años en el mundo y tiene aplicaciones en diversos materiales que son de uso cotidiano, es la Ingeniería Química.
«Está presente en diversos productos, como telas, fertilizantes o plásticos en los que se necesitan nuevas aplicaciones para mejorarlos», dice Javier López Rubio, coordinador de esa carrera en la Universidad Iberoamericana.
Mirando al futuro
Actualmente, los ingenieros deben enseñarle a la industria las soluciones que ellos le pueden aportar y no esperar a que las empresas indiquen qué tipo de profesionales necesitan, opina Lilia Martínez, académica del Ingeniería Biónica del Instituto Politécnico Nacional.
«No debemos esperar a ver qué nos pide la industria, sino que nosotros podemos indicarle cómo un ingeniero tiene todas las posibilidades de resolverles una necesidad», apunta.
Actualmente, 34 por ciento de las personas que estudian una carrera universitaria en el País están inscritas en una ingeniería, de acuerdo con datos de la Asociación Nacional de Universidades e Instituciones de Educación Superior.
Ante esto, Teresa Cotera Rivera, de la División de Ingenierías del Tec de Monterrey campus Santa Fe, dice que harán falta más de estos profesionales debido a las nuevas tendencias en el mundo.
«Faltarán también ingenieros en áreas muy nuevas, como en videojuegos», señala.
«Además, estos últimos, deberán tener habilidades como escritura de guiones y elaboración de animaciones, además de la programación».
Agrega que, en medio ambiente, se requerirán ingenieros que sepan qué hacer con los residuos sólidos y que trabajen en el desarrollo de energías alternativas.
Dentro de las nuevas necesidades, Cotera Rivera menciona que el Tec está por lanzar una nueva ingeniería en Producción Musical Digital, que formará a creadores de música que sepan utilizar las herramientas tecnológicas actuales.
Por su parte, Roeb García Arrazola, del campus Ciudad de México del Tec, adelanta que esa casa de estudios está trabajando en un proyecto para levantar un parque tecnológico especializado en ciencias para la vida.
El dinamismo que tiene esta profesión también se debe a que la ingeniería es creativa, opina Jorge Andrés Martínez Alarcón, director Ingenierías de la Universidad Iberoamericana.
«No es un trabajo rutinario, de estar poniendo la misma pieza en el mismo hueco, sino que tenemos la posibilidad de construir cosas nuevas, de irlas modificando, de desarmarlas y mejorarlas, esa parte es la más divertida», afirma.
Sólo una muestra
Algunas ingenierías que imparten universidades del área metropolitana. La mayoría se ofrece en varias escuelas, no sólo en las enlistadas.
> IPN: Biónica, Biotecnológica, Sistemas Automotrices, Aeronáutica, Control y Automatización, Matemáticas, Metalurgia y Materiales, Geofísica, Petrolera, Robótica Industrial y Textil en Tejidos.
> UNAM: Computación, Eléctrica y Electrónica, Geofísica, Geológica y Mecánica.
> U. Iberoamericana: Alimentos, Biomédica, Física y Química
> Tec de Monterrey campus Ciudad de México: Industrial y de Sistemas, Mecatrónica, Biomédica.
> ITAM: Telemática y Telecomunicaciones
> UAM: Biológica e Hidrológica
> U. Anáhuac México Norte: Civil, Industrial y Sistemas y Tecnologías de la Información
> U. Panamericana: Animación Digital, Innovación y Diseño y Gestión e Innovación Tecnológica
> U. La Salle: Ambiental y Cibernética y Sistemas Computacionales