Reconocimiento de la Academia Mexicana

La Revista Peninsular
21 de octubre de 2006
Ariadne Gallardo y Horacio Dí­az Suárez
agalfi@yahoo.com / horacio961@yahoo.com.br

Edición 887

Una de las aventuras más grandes gestada desde hace dos décadas, está a punto de ser realidad, en septiembre del 2007; para los fí­sicos la aplicación de nuevas teorí­as requiere de un aparato con dimensiones especiales, por ello los cientí­ficos de todo el mundo han puesto voluntades, desvelos, destrezas y paciencia en una mega-estructura.

Los trabajadores de la ciencia desde sus diferentes ámbitos tecnológicos y cientí­ficos van dándole vida a algo nunca antes visto que arrojarí­a resultados fundamentales para el entendimiento de la formación del universo y mucho más…

La Academia Mexicana de Ciencia Región Sureste I realizó una reunión en la cual se dio a conocer la labor del cientí­fico Guillermo Contreras, quien labora en el área de fí­sica aplicada del Cinvestav, unidad Mérida. Considerado un joven talento
que ha logrado atravesar las fronteras integrándose al equipo del mega proyecto para la instalación del acelerador de partí­culas en el CERN, que viene a ser una instancia modelo de colaboración cientí­fica internacional, ubicada en Suiza, muy cercana a Ginebra y próxima a Francia; es ahí­ precisamente donde se desarrolla y construye el
LHC (Large Hadron Collider) Gran Colisionador de hadrones, que se espera esté listo y en funciones para septiembre del 2007.

El fí­sico Jesús Guillermo Contreras, habló de su participación en este megaproyecto mundial, argumentando los mecanismos de su materia prima los átomos:

Los átomos constan de electrones y núcleos, protones y neutrones, éstos a su vez están compuestos por quartzs y gluónes… imaginar las escalas de las galaxias y los cúmulos de éstas, hace pensar en dimensiones enormes, poder entender que esa inmensidad está compuesta por los mismos elementos que existen a nuestro alrededor resulta atrayente y a partir de ahí­ surge la pregunta ¿Qué somos?, para contestar esa pregunta la fí­sica actual debe colaborar con su granito de arena, al entender que dentro de los protones existen otros elementos, es necesario sacarlos para estudiarlos, ya sea derretir el protón o romperlo y para ello sirve el acelerador de partí­culas, que por medio de presión y calor puede ayudar a liberar el contenido de los protones y ver el comportamiento de los quartzs y los gluones. El Estado liberado de dichos elementos al momento se denomina plasma, se consigue por medio de una implosión que libere energí­a o un alto porcentaje de presión calórica.

Del Big Bang al estallido cuántico en un túnel kilométrico

El Big Bang o gran estallido que dio inicio a la vida de nuestra galaxia, no se compara con el estallido que se lograrí­a con el acelerador de partí­culas, sin embargo, los datos que puede arrojar el experimento ayudarí­an a conocer detalles hasta ahora desconocidos de la formación del espacio donde habitan las galaxias y sistemas planetarios… Una leve aproximación a la realidad que nos antecede en historia… Mucho antes solo habí­a núcleos, posteriormente átomos, más allá los planetas y las estrellas y ahora lo que conocemos como nuestra galaxia, explica el investigador Guillermo Contreras.

Siendo estudiante de postgrado en el año 1992, le tocó diseñar aspectos que ayudarí­an a la estructuración del acelerador que forma parte de este proyecto mundial. El LHC ya casi está listo y convirtiéndose en un artefacto monumental que se mantiene a una temperatura constante de 10° centí­grados absolutos.

Son 20 los paí­ses involucrados al trabajo cientí­fico en el interior del CERN, México colabora con la fabricación y diseño de dos sub-detectores, totalmente realizados en nuestro paí­s, para ello intervienen 6 instituciones académicas y 20 cientí­ficos; uno de estos aparatos se denomina VZero y el otro ACORDE, orgullosamente diseñados por mexicanos. El primero se instalará en mayo del próximo año, aún se encuentra en la capital del paí­s. Lo fundamental del experimento desde el punto de vista del fí­sico Contreras, es el disparador, que reconocerá como valioso lo que se está almacenando para ser estudiado, o simplemente habrá de desecharlo, generará infinidad de información, pero ésta deberá ser seleccionada, precisamente Acorde y VZero son los que encargados de ese proceso.

Después de la estación espacial internacional que cuenta con financiamiento de varios paí­ses del orbe, este proyecto es uno de los más interesantes de la historia, el LHC, como se le conoce al acelerador de partí­culas, poco a poco se habilita y construye con la ayuda económica y el apoyo cientí­fico y tecnológico de diversas potencias mundiales, siendo una enorme estructura de 27 kilómetros de diámetro que no se puede ver desde el espacio exterior, puesto que se encuentra dentro de un túnel subterráneo.

¿Cuál es la aplicación práctica de esta monumental estructura, hacia dónde va la ciencia en su búsqueda de nuevas respuestas a problemas que nos anteceden en la historia y que son materia de estudio desde la época de los alquimistas? Para el fí­sico Guillermo Contreras el gusto por su trabajo le hace esbozar una sonrisa y aceptar que lo que hace le divierte, pero cuando un grupo de cientí­ficos serios se ha puesto a desarrollar un megaproyecto como el que veremos transformado en realidad en el año 2007, sin duda hay razones de peso para que esta maquinaria se convierta en uno de los elementos claves para la ciencia del futuro, la pregunta sobre que somos, nos lleva necesariamente a querer saber de dónde venimos y desde el punto particular del fí­sico Contreras, ésta respuesta forma parte fundamental del quehacer cientí­fico; allá va entonces el acelerador de partí­culas cuyo objetivo se centra en poder crear un choque que eleve la temperatura al grado de derretir los protones, para el caso particular se utiliza como elemento base el plomo, por ser el núcleo estable más grande que se conoce. De esta forma resultarí­a muy conveniente su estallido puesto que contiene una cantidad considerable de quartzs y gluones.

Detectar y estudiar partí­culas, un asunto complejo con nombre simple: ALICE

Habrá cuatro detectores de partí­culas en puntos clave de los 27 kilómetros que forman la gran estructura, este grupo de detectores se denomina ALICE, la labor del conjunto de cientí­ficos que han puesto su empeño y tiempo en este proyecto ha llevado años, lo importante es que se ha logrado la suficiente sinergia para que las cosas no decaigan y la voluntad polí­tica de los paí­ses que interactúan en su construcción sigue adelante y expectantes de los logros que se puedan alcanzar.

Desde la década de los 80 se redactó una carta de intención para las agencias de inversión financiera de diversos paí­ses con afán de informarles de las intenciones de un construir un acelerador de partí­culas con su ayuda, más adelante se hizo una propuesta técnica detallada, solicitaron fondos para investigación y desarrollo, finalmente en el año 2002 se formalizó la colaboración internacional y se realizó un reporte de los diferentes escenarios de todo aquello contemplado en el centro de investigación mundial, CERN; finalmente para septiembre del 2007 se esperan las primeras colisiones, posteriormente se contarán datos durante un periodo de 10 a 15 años. Finaliza el investigador contento de sus logros y tranquilo de ver en lo realizado el futuro de la fí­sica aplicada.

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