La Jornada
15 de julio de 2007
Tania Molina Ramírez
Autoritarismo, movimiento popular y crisis política…
Urgente, que Ulises deje el poder: Víctor Raúl Martínez
¿En qué contexto surgió el conflicto magisterial-popular en Oaxaca? ¿Cómo se fue configurando lo que llegó a ser uno de los más importantes movimientos populares en la historia reciente de México, protagonizado por la Asamblea Popular de los Pueblos de Oaxaca (APPO)?
Autoritarismo, movimiento popular y crisis política: Oaxaca 2006, de Víctor Raúl Martínez Vásquez, integrante del Instituto de Investigaciones Sociológicas, de la Universidad Autónoma Benito Juárez de Oaxaca (UABJO), contesta estas interrogantes.
Se trata de uno de los primeros libros que intenta comprender lo que ocurrió en esa entidad el año pasado. A caballo entre la academia y las calles, el autor, colaborador del diario Noticias, admite desde las primeras páginas estar «subjetivamente involucrado» con este trabajo y cuenta su participación en las asambleas, marchas y reuniones.
Confesada su parcialidad, presenta «un marco teórico elemental», en el cual retoma «aspectos de las teorías de la transición y del ‘autoritarismo subnacional’.
«Ante la falta de una reforma de Estado, en México se han profundizado las formas de ‘autoritarismo subnacional’; éste es el caso de Oaxaca». Y describe que «una modalidad del ‘autoritarismo subnacional’ es lo que en el trabajo conceptualicé como ‘gobernadorismo autoritario’.»
Autoritarismo de gobernantes
Martínez Vásquez, miembro de la Academia Mexicana de Ciencias, afirma que el ex gobernador José Murat y el actual mandatario, Ulises Ruiz Ortiz, son casos que «ilustran a cabalidad» el «gobernadorismo autoritario».
El Instituto de Investigaciones Sociológicas de la UABJO, el Centro de Apoyo al Movimiento Popular Oaxaqueño, Servicios para la Educación Alternativa y el Consorcio para el Diálogo Parlamentario y la Equidad, colaboraron en la publicación, recién salida de la imprenta.
El volumen incluye una sección de fotos tomadas por reporteros gráficos del diario Noticias. Las imágenes muestran, sobre todo, las megamarchas, los desalojos, las barricadas y los cortejos fúnebres de los asesinados. También incluye una cronología que abarca del primero de mayo a diciembre de 2006.
Las fuentes usadas por el investigador fueron periódicos, revistas, documentos, videos, libros y artículos académicos, además de su experiencia personal.
Martínez, también autor de Movimiento popular y política en Oaxaca 1968-1986, describe cómo la furia social se desbordó: «La represión sistemática en Oaxaca a las organizaciones sociales, los oídos sordos al rechazo colectivo a la transformación, sin consenso ni respeto, de la ciudad capital, la corrupción rampante, aunados a los viejos problemas estructurales de Oaxaca (pobreza, racismo, migración, caciquismo, conflictos agrarios) llegaron a un límite el 14 de junio de 2006, en que los maestros fueron reprimidos en el zócalo de la ciudad de Oaxaca».
Y narra cómo los intentos por destruir el movimiento magisterial no tuvieron éxito, porque «no se consideró el enorme malestar» que el autoritarismo había generado en el estado». Tampoco se tomó en cuenta «la experiencia y capacidad del movimiento magisterial», dice, y «menos la capacidad y voluntad de participación del pueblo oaxaqueño».
El autor también dedica algunas páginas a lo que llama «la batalla de los medios», en la cual «dejar sin voz a la disidencia se convirtió en un objetivo central» del régimen ulicista.
Advierte que «la violación a los derechos humanos en Oaxaca ha sido manifiesta y brutal»: aún están en la cárcel más de 40 presos, y hay una veintena de muertes sin investigarse.
También hay tiempo para la crítica del movimiento y menciona algunos de las fallas de la APPO: «Los errores tácticos, su cara dura, intolerante, así como la división en su liderazgo». Y dice que queda pendiente realizar un balance de este movimiento magisterial y social.
Opina que «además de la urgente necesidad de que salga Ulises Ruiz de la gubernatura, así como la necesidad imperiosa de la justicia», también hace falta «un cambio de régimen, construir un sistema más democrático y de mayor participación ciudadana».
Propone una «agenda mínima», que incluiría, entre otros temas, una ley de participación ciudadana, que incorpore figuras como referéndum, plebiscito, cabildo abierto, iniciativa popular y revocación de mandato; una ley de transparencia; una reforma electoral; mecanismos que garanticen que los medios reflejen la pluralidad de la sociedad, y la ciudadanización e independencia de la Comisión Estatal de Derechos Humanos.