La Crónica de Hoy
18 de mayo de 2011
Isaac Torres Cruz
Academia
Acto. El joven astrónomo de la Universidad de California en Santa Cruz impartió su conferencia con motivo de su ingreso a la AMC.
En el centro de la Vía Láctea nuestro agujero negro supermasivo está hambriento, su último festín fue hace mil años, cuando una estrella del tamaño del Sol fue engullida sin remedio.
Tal vez en algunos miles de años más otras estrellas sean «sacrificadas» para alimentar al viejo pero activo ente astrofísico, con el que algunas más serán cómplices antes de «arrojar» otra víctima a sus fauces.
El astrónomo Jorge Enrico Ramírez recordó que el agujero en el centro de nuestra galaxia tiene la masa de un millón soles y afecta gravitatoriamente a un número de estrellas tan grande como su masa. Estas estrellas interactúan, su distancia es relativamente pequeña, por lo que alguna tiene una colisión indirecta que cambia un poco la velocidad de alguna otra desafortunada, provocando que “caiga” en una órbita radial hacia el centro del agujero negro.
Este es uno de los objetos de estudio del académico del Departamento de Astronomía y Astrofísica de la Universidad de California en Santa Cruz, quien ayer, a sus 35 años, ingresó a la Academia Mexicana de Ciencias (AMC), después de una prolífica trayectoria que inició en la Facultad de Ciencias de la UNAM.
Durante su conferencia El agujero negro al centro de nuestra galaxia: un monstruo con dieta restringida, como parte de su ingreso a la AMC, en el Instituto de Astronomía (IA) de la UNAM, el joven científico apuntó que la probabilidad de que cambie la dirección de las estrellas engullidas es poco probable, pero podría suceder.
EVIDENCIA. Investigaciones del científico y colegas de la universidad californiana han logrado ir más allá de los modelos teóricos que podrían asentar tal fenómeno estelar, mediante el uso de telescopios como el Integral, Chandra y Fermi, que observan el Universo con muy altas energías y gran resolución.
Éstos han sido capaces de medir la radiación del centro de nuestra galaxia emitida por nubes moleculares, pero que no pudo ser generada por ellas, sino que evidencian que el agujero fue más luminoso en el pasado.
Los científicos han explicado que tales remanentes podrían ser el eco de los fotones de alta energía de una estrella que fue absorbida por el agujero negro (proceso que tardaría algunos meses); de ser así, Ramírez Ruiz explicó que la estrella produciría una fuente de luz que se expandiría a 300 mil kilómetros por segundo y una fracción mínima de esos fotones llegaría a estas nubes moleculares, que los dispersarían.
El académico, William Lee, director del IA de la UNAM, y otros publicarán un artículo en Science en el que darán cuenta del momento en que consideran ha sido captada la “engullición”.
MÁS CERCA. Pero… en las “inmediaciones” de Sagitario A* (nombre del agujero negro de la Vía Láctea) hay estrellas más cercanas a éste, incluso una de nombre SO2, que pasa tan cerca que pierde un poco de masa para alimentar al agujero, pero no lo suficiente para ser atrapada. La respuesta es que estas estrellas son lo suficientemente “grandes” (densas y masivas) como para que la gravedad de Sagitario A* no las atraiga.
“La mayor parte de las estrellas que son ‘atrapadas’ provienen de regiones más lejanas al agujero negro donde éste todavía domina en gravedad; las que están más cercanas también pudieron provenir de muy lejos y no ser desmanteladas después de la interacción gravitacional y quedarse en órbitas cercanas. Las que le dan de comer al agujero serían menos masivas, con una masa cercana a la de nuestro Sol”, abundó el astrónomo ahora miembro de la AMC.
Este tipo de distinciones han sido posibles mediante el empleo de telescopios cada vez más sofisticados, los cuales han permitido detectar el gas en las inmediaciones del agujero para comprobar su existencia.
Enrico Ramírez señaló que los instrumentos que tendrán los astrónomos dentro de una década permitirán llegar cerca del horizonte del agujero negro y obtener imágenes por primera vez. “Estos objetos permanecen ‘callados’, pero están más ‘vivos’ de lo que parece. Con la construcción del Gran Telescopio de 30 metros, que será el más grande del mundo, podremos ver mejor del centro de la galaxia y esta danza estelar”.