La Crónica de Hoy
11 de febrero de 2015
Isaac Torres Cruz
La escritura de las civilizaciones prehispánicas dicen más de lo evidente, incluso conociendo sus signos y fonogramas podría perderse información valiosa para reconstruir la historia de estas culturas.
Para Erik Velásquez García, historiador del Instituto de Investigaciones Estéticas (IIE) de la UNAM y Premio de Investigación 2013 en el área de Humanidades de la Academia Mexicana de Ciencias (AMC), podríamos adentrarnos mucho más en el pasado si escrituras como la maya o náhuatl fueran analizadas por especialistas como se hizo con los jeroglíficos egipcios, con la escritura cuneiforme de los sumerios o como actualmente se analiza el japonés o el hindú: a través de la gramatología.
No obstante, refirió, esta es una ciencia poco cultivada en México, pero de la que necesitamos más, debido a la gran riqueza cultural y arqueológica por estudiar y donde los métodos habituales de análisis son insuficientes. “Necesitamos acercarnos a esa realidad del pasado indígena, pero sin los métodos adecuados nos rebasará y no podremos aprenderla y asirla”.
El experto en escritura maya —quien inauguró ayer el Ciclo de Conferencias Premios de Investigación de la AMC con el tema “Los sistemas de escritura precolombinos en elcontexto universal de las escrituras”— apuntó que los sistemas precolombinos de América se pueden estudiar y entender desde el punto de vista gramatológico porque si bien todos los sistemas de escritura creados por el hombre pueden ser diferentes en su naturaleza, representaron idiomas distintos o fueron utilizados por culturas sin nada en común, emplean los mismos recursos y bases, algunas de las cuales incluso empleamos en nuestra gramática hoy en día.
Estos son el repertorio de signos, marcos diacríticos y complementos fonéticos, entre otros, existentes en el maya, el hitita o el japonés. Durante su exposición, realizada en la Unidad de Seminarios de la AMC, enfatizó que la investigación requiere de estas herramientas como complemento para estudiar nuestro patrimonio arqueológico y filológico.
Posteriormente, el historiador puntualizó que falta mucho por aprender con la gramatología, puesto que apenas llevamos dos sistemas de escritura más o menos entendidos (maya y náhuatl), mientras existen muchos sistemas escritos en Mesoamérica, como el zapoteco y el mixteco, de los que se desconoce el sistema en que están representados. Por su parte, la lengua teotihuacana, ejemplificó,es una incógnita más debido al desconocimiento total de su idioma.
“Es mucho el camino que nos falta por recorrer, estamos en pañales, porque apenas comenzamos a emplear métodos gramatológicos —que han servido para descifrar escrituras en otras partes del mundo—. Nos quedan como 100 o 200 años de investigación de estos sistemas de escritura con esta herramienta”.
CICLO. Velásquez García expuso su conferencia en reconocimiento a ser uno de los Premios de Investigación de la AMC, y al que se sumarán otros ganadores para conformar el ciclo inaugurado ayer.
“Organizamos este ciclo para dar la visibilidad que los ganadores del Premio de Investigación de la Academia requieren y para reconocer e impulsar a estos jóvenes talentos”, puntualizó Jaime Urrutia Fucugauchi, presidente de la AMC. Agregó que se prevé impartir entre 10 y 15 conferencias en diferentes sedes fuera de la capital.
Los Premios de Investigación AMC se otorga a jóvenes investigadores —menores de 40 años en el caso de hombres y menores de 43 años en el de las mujeres—, que realicen investigación de frontera en las áreas de humanidades, ciencias exactas, ciencias naturales y ciencias sociales, así como en ingeniería y tecnología. Esta distinción de la Academia inició en 1961 y es la de mayor prestigio en el país para jóvenes talentos.