Reforma
14 de agosto de 2008
Guadalupe Loaeza
Siempre he pensado que entre más información exista sobre el tema de la sexualidad, mejor, especialmente si está dirigida a los jóvenes. Hoy más que nunca deben informarse, con toda libertad y llaneza, acerca de cómo evitar los riesgos que representa el VIH-SIDA, los embarazos no deseados, la necesidad del uso del condón, la diversidad sexual, los anticonceptivos, etcétera, etcétera. Por esta razón le di la bienvenida al libro que editará el gobierno del Distrito Federal (¡qué hubiera dado por haber tenido un material semejante cuando tenía 14 años! De haber existido entonces en las escuelas, seguramente, no me hubieran expulsado en primero de secundaria por el solo hecho de haber osado decirle a mis compañeras cómo venían los niños al mundo), dirigido a estudiantes de secundaria y preparatoria, y el cual será distribuido con el mismo procedimiento con que son entregados los útiles y los uniformes escolares. No hay que olvidar que en la Ciudad de México los estudiantes inician su vida sexual, en promedio, a los 14 años y medio; sólo un 27 por ciento de ellos usa condón en su primera relación y el 41 por ciento de los hombres confiesa tener dos o tres parejas sexuales.
Quiero pensar que Tu futuro en libertad. Por una sexualidad y salud reproductiva con responsabilidad, como se intitula el libro, fue ideado por especialistas inteligentes y sensibles respecto a los múltiples temas que aborda, los cuales van desde la importancia de tener una educación crítica, científica y laica, hasta qué es un acoso sexual y cómo evitar la violencia en el noviazgo. En relación con este tema, en la página 31, aparece una pregunta que me llamó la atención: ¿Cuál es la diferencia entre un noviazgo y un ligue o free? La verdad es que yo no conocía la diferencia, hasta que me enteré que un noviazgo incluye «compromisos, sentimientos, deseos y ganas de compartir con una pareja, de forma cotidiana» y en un free «-No hay obligación de llamarse por teléfono. -No hay compromiso. -No hay que pedir, ni rendir cuentas, ni cuestionar a la otra persona. -No hay planes a futuro, ni proyecto de vida juntos. -No existe amor, ni celos. -Hay plena libertad de salir con más personas. -Es (y aquí viene lo bueno) una relación ligada a la atracción, al deseo y al gusto de estar juntos» (¡vivan los frees, siempre y cuando se use condón!, pensé para mis adentros). Pero lo que me dio más gusto fue enterarme que los frees pueden convertirse en noviazgos y en la posibilidad «de acordar una nueva forma de relación, siempre y cuando ambos estén de acuerdo». El tono de libro es ameno, directo y claro; se lee con mucha facilidad y las imágenes a todo color lo hacen aún más explicativo. Sin duda se trata de un libro que deberían de leer no nada más los jóvenes, sino sus padres, incluyendo los abuelos de los estudiantes a los que va dirigido, porque como bien dice en la introducción del doctor Axel Didriksson Takayanagui: «La sexualidad no debe inspirarnos miedo; miedo nos debería dar la ignorancia» porque resulta: «…imperativo que juntos transformemos nuestra sociedad para que aprendamos a vivir con la diversidad, con las diferencias de todo tipo; todas y todos somos diferentes y tenemos que aprender a desarrollar la tolerancia y el respeto hacia quienes son diferentes, piensan diferente y actúan diferente a ti». Líneas abajo se lee que «Para ello, es necesario establecer relaciones solidarias, democráticas, respetuosas e igualitarias; sobre todo, cuando nos enamoramos y queremos vivir nuestro erotismo dando rienda suelta a la imaginación, a la creatividad, con el propósito de lograr un desarrollo pleno como seres humanos». Quien se dirige con tanta sabiduría a los jóvenes, es, además de secretario de Educación del gobierno del Distrito Federal y doctor en economía, titular de la Cátedra UNESCO, Universidad e Integración Regional, desde 1995, miembro regular de la Academia Mexicana de Ciencias, e investigador educativo desde hace 30 años y, por si fuera poco, es autor de 10 libros y periodista de opinión hace 15 años.
He allí algunos testimonios del secretario de Educación del Distrito Federal consciente de la imperiosa necesidad de una educación para jóvenes, libre y democrática. Ahora hablemos de la secretaria de Educación, Josefina Vázquez Mota, igualmente preocupada por «un futuro libre» de los jóvenes mexicanos.
Era evidente que la publicación del libro editado por el gobierno capitalino suscitaría mucha polémica. Se empezó a decir que la SEP, encabezada por Josefina Vázquez Mota, vetaría el libro, lo cual no es cierto, lo único que pedía la secretaria, antes de que se distribuyera, era que siguiera el procedimiento establecido por la ley para que ingresara a las escuelas, tal como lo fija el artículo 13, fracción II: «Proponer a la Secretaría los contenidos regionales que hayan de incluirse en los planes y programas de estudio para la educación preescolar, la primaria, la secundaria, la normal y demás para la formación de maestros de educación básica». No, Josefina jamás vetaría un libro que aborda temas de mayor importancia; ella es la primera en estar consciente de que «la evidencia científica ha demostrado que la educación integral en sexualidad, que incluye medidas de prevención de VIH/ITS -como el uso del condón masculino y femenino en forma correcta y consistente, el acceso a las pruebas de detección y al tratamiento integral de ITS y la disminución en el número de parejas sexuales-, no acelera el inicio de actividad sexual, ni la frecuencia de las relaciones», como se dijo en la Primera Reunión de Ministros de Salud y Educación para Detener el VIH y las ITS en Latinoamérica y el Caribe. En tratándose de una mujer inteligente, comprometida, trabajadora, liberada y plural como lo es, lo que no me explico es ¿quién quiere hacerla aparecer como si se tratara de una secretaria censora? Sabemos que Josefina tiene muchos enemigos, pero sobre todo enemigas… ¿serán estas mismas corrientes las que han dicho que la SEP financió el libro de Provida? ¿Por qué insisten en ponerle tantas trampas? ¿Por qué no es tan mocha, ni tan conservadora como sus congéneres?
No hay duda que uno de los más complejos cargos del gobierno mexicano es el de secretario (a) de Educación; Josefina Vázquez Mota lo desempeña con dignidad, pero sobre todo con una voluntad férrea, como es su costumbre.
Ojalá que muy pronto estos dos secretarios de Educación inteligentes y sensibles se tomaran un cafecito para ponerse de acuerdo en lo que seguramente ya están: la educación sexual de los jóvenes.
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