Academia Mexicana de Ciencias
Boletín AMC/362/14
México, D.F., 18 de octubre de 2014
- 7 mil personas en México perdieron la vida al ser alcanzadas por un rayo entre 1979 y 2011
- El estudio realizado por la doctora Graciela Binimelis de Raga, integrante de la Academia Mexicana de Ciencias, sugiere que la distribución geográfica de las muertes no corresponde con las zonas que tienen un alto índice de población, ni donde se presenta el máximo de tormentas eléctricas.
Foto: Fir0002/flagstaffotos.
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A la doctora Graciela Binimelis de Raga, del Centro de Ciencias de la Atmósfera (CCA) de la Universidad Nacional Autónoma de México, le interesa desarrollar proyectos que tengan una relación directa con la sociedad, tal es el caso del trabajo en el que se evaluó la distribución de las muertes por rayos en México en un período que abarcó de 1979 a 2011.
En el artículo “Deaths by Lightning in Mexico (1979–2011): Threat or Vulnerability?”, que se publicó recientemente en Weather, Climate and Society revista de la American Meteorological Society, también colaboran Myriam de la Parra del Centro de Investigaciones y Estudios Superiores en Antropología Social (CIESAS) y Beata Kucienska del CCA.
Una de las preguntas que motivaron esta investigación fue si las muertes estaban relacionadas con la con la amenaza del fenómeno en sí o con la vulnerabilidad social. Para responderla, se analizaron los datos del Sistema Nacional de Información en Salud (SINAIS), los cuales señalan que, de 1979 a 2011, 7 mil personas en México perdieron la vida al ser alcanzadas por un rayo.
Las entidades en las que se registraron el mayor número de muertes fueron el Estado de México, Michoacán, Oaxaca y Guanajuato. Las muertes se registraron principalmente en zonas rurales y con baja densidad poblacional. Además, se identificó que las muertes a causa de un rayo ocurren con más frecuencia en niños y jóvenes de entre 10 y 19 años, y las niñas mueren con menor frecuencia, lo cual indica que los niños realizan más actividades al aire libre, y por lo tanto quedan más expuestos al fenómeno.
Asimismo, el análisis de los indicadores socioeconómicos de cada estado del país, sugiere que la distribución geográfica de las muertes no corresponde con las zonas que tienen un alto índice de población, ni con el área en donde se presenta el máximo de rayos o tormentas eléctricas. Es decir, la distribución espacial de las muertes está relacionada con la exposición a las tormentas eléctricas y al bajo nivel educativo (en lo que se refiere a las medidas de prevención que se deben implementar ante un fenómeno natural, como lo es una tormenta eléctrica).
Las poblaciones en donde se registran la mayoría de muertes por rayos en el país, “tienen un alto índice de población indígena, menos acceso a la información y a la educación, por lo tanto todos los factores se combinan para dar como resultado que el mayor número de decesos se den ahí y no en donde hay más descargas o mayor densidad de población”, dijo la doctora Binimelis de Raga, integrante de la Academia Mexicana de Ciencias.
La vulnerabilidad social de estas regiones y la falta de conocimiento del problema, por parte de la sociedad y del gobierno, hace posible que sean más las personas alcanzadas por un rayo que pierden la vida.
Entre las recomendaciones que se deben tomar en cuenta durante una tormenta eléctrica están: buscar refugio dentro de una casa bien construida o un automóvil con las ventanas cerradas y evitar lugares abiertos como son los campos o los estacionamientos. También es conveniente alejarse de los árboles y no estar cerca del agua (playas, charcos o albercas).
Para tratar de generar conciencia acerca del problema, que las expertas consideran evitable, la doctora Beata Kucienska escribió el cuento para niños “Amenaza del cielo” (que puede ser consultado en: http://atlasclimatico.unam.mx/rayos/#/), y que se presenta en el evento Cinvesniñ@s, organizado por el Centro de Investigación y de Estudios Avanzados (Cinvestav), que concluye hoy.
Noemí Rodríguez González