Academia Mexicana de Ciencias
Boletín AMC/348/14
México, D.F., 07 de octubre de 2014
- En la lección inaugural de ingreso a El Colegio Nacional, el científico mexicano sostuvo que la biología es una disciplina histórica, pues en ella el pasado es la clave para entender el presente
- El doctor Antonio Lazcano Araujo, nuevo miembro de El Colegio Nacional.
Foto: José Jácome/EFE.
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En el corazón del Centro Histórico de la ciudad de México, se encuentra la sede de El Colegio Nacional, un edificio con más de tres siglos de historia. En 1757 fue el Convento de la Enseñanza La Antigua, una de las primeras escuelas para mujeres en la época de la Colonia que en sus muros lleva impresiones de la arquitectura barroca. El recinto sigue conservando esa vocación por el conocimiento ya que en una velada rodeada de amigos, exalumnos y colegas, el doctor Antonio Lazcano Araujo ingresó a esta institución cuyo lema es “Libertad por el saber”. Su ingreso es un reconocimiento a sus importantes estudios sobre biología evolutiva y el origen de la vida.
En la ceremonia de ingreso, el doctor Jaime Urrutia Fucugauchi, presidente en turno de El Colegio Nacional, y al mismo tiempo, presidente de la Academia Mexicana de Ciencias (AMC), destacó las aportaciones científica de Lazcano: “en 1986 junto con Walter Gilbert, Premio Nobel de Química, y con Bruce Michael Alberts, entonces el presidente de la Academia Nacional de Ciencias de Estados Unidos, propusieron que el ácido ribonucleico (ARN) precede al ácido desoxirribonucleico (ADN) y a buena parte de las proteínas” en el origen de los primeros organismos unicelulares.
La lección inaugural que impartió el doctor Antonio Lazcano tuvo un tono nostálgico, al mencionar al centro de la ciudad de México y las calles que recorrió desde que era estudiante en la Escuela Nacional Preparatoria que se encontraba en el Antiguo Colegio de San Ildefonso: “creo que fue en estas calles donde comencé a comprender lo que significa ser mexicano”, dijo. En su discurso hizo un recorrido histórico de las ideas de Charles Darwin y de su obra: El origen de las especies, publicada en 1859. “Su obra no representa el punto de partida del pensamiento evolutivo, sino la culminación decimonónica de una visión dinámica de la realidad”, explicó.
Se suele pensar que las ideas de Darwin llegaron tarde a México, cosa que desmintió el profesor de la Facultad de Ciencias de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), haciendo mención especial al científico mexicano Alfonso L. Herrera, quien enseñó biología en la Universidad Nacional desde 1870 y trabajó día y noche en un laboratorio instalado en su casa para tratar de sintetizar protoplasma fotosintético, algo que nunca logró. En su recorrido, mencionó a las personas que lo han inspirado y con quienes convivió como Alexander Ivanovich Oparin, Stanley L. Miller y Lynn Margulis.
El científico mexicano con el mayor número de publicaciones en las revistas de alto impacto Science y Nature añadió: “Desde joven tuve el privilegio de compartir el pan y la sal con ellos y con otras figuras míticas de la ciencia contemporánea. Aunque nunca sabremos con precisión cómo surgió la vida, gracias a todos ellos creo comprender cómo ocurrió. Como dice Octavio Paz en uno de sus poemas más bellos y más perturbadores: “(…) sin entender comprendo”.
Definió a la biología como una disciplina histórica, “y el pasado es la clave para entender el presente. Somos como el ave goofus que describió Jorge Luis Borges en su Manual de la zoología fantástica que construye su nido al revés y vuela hacia atrás porque no le importa a dónde va sino de dónde viene”.
En la respuesta al discurso de Lazcano, el doctor José Sarukhán, ex rector de la UNAM y coordinador de la Comisión Nacional para el Uso y Conocimiento de la Biodiversidad (Conabio), destacó las aportaciones de doctor Antonio Lazcano en la evolución temprana de la vida: “La evidencia fósil de la que disponemos en el presente, sugiere que la vida en el planeta pudo haberse generado hace 3 mil 700 millones de años. Todas las formas de vida comparten mecanismos moleculares fundamentales. Las moléculas del ARN en etapas muy tempranas de la vida almacenaban información genética y actuaban como catalizadores de las reacciones químicas”.
Sarukhán, ex presidente de la AMC, agregó que la labor de Antonio Lazcano ha sido deducir cuidadosamente la hipótesis sobre el papel del ARN en esas épocas: “Aunque hay diferencias en la opinión de los estudiosos en el origen temprano de la vida, parece posible que los nucleótidos del ARN pudieron haberse encontrado en abundancia en las condiciones de una Tierra joven. La hipótesis global del ARN sugiere que en el caldo primordial de moléculas orgánicas existían nucleótidos libres que podían acoplarse entre ellos; produciendo cadenas que probablemente fueron las primeras formas de vida y dieron origen al ADN”.
Con su ingreso a El Colegio Nacional, Antonio Lazcano Araujo continuará con su trabajo de divulgación de la ciencia y periodismo con el fin de que exista una sociedad mexicana cada vez mejor informada sobre las teorías evolucionistas que dan indicios sobre cómo surgió la vida en la Tierra.
Luz Olivia Badillo DGDC-UNAM/AMC.