El Economista
27 de agosto de 2014
AMC
Con el objetivo de proporcionar una herramienta metodológica que permita conocer los riesgos a los que se encuentra expuesta una determinada comunidad, se desarrolló como caso de estudio el Atlas de Factores de Riesgos de la cuenca de Motozintla, Chiapas, el cual -de acuerdo con el doctor David Novelo Casanova, investigador del Instituto de Geofísica de la UNAM- podría proporcionar información que permita actuar en beneficio de la población de esta zona y también ser una propuesta metodológica que puede extenderse a otras áreas.
En el 2013, el costo de los desastres naturales en México fue de 61,000 millones de pesos, lo cual lo posiciona como el tercer año con mayor impacto en la economía derivado de los desastres generados, por debajo del temblor de 1985, que costó 6,500 millones de dólares (unos 85,000 millones de pesos con el tipo de cambio actual), según el Centro Nacional de Prevención de Desastres (Cenapred).
En entrevista para la Academia Mexicana de Ciencias (AMC), Novelo Casanova explicó que la utilización de atlas o mapas de riesgos es de gran utilidad para cualquier comunidad que requiera conocer las zonas más vulnerables en caso de algún desastre natural. También muestra elementos que podrían resultar más afectados, como pastizales con riesgo de incendio o zonas susceptibles a las inundaciones, así como recursos que puedan ayudar ante estos eventos, tales como estaciones de policía, de bomberos y hospitales, entre otros.
SOLUCIONES PARA ZONAS CONFLICTIVAS
El municipio de Motozintla, ubicado en la región sur de Chiapas, es conocido por ser una zona con múltiples problemáticas debido a que en este territorio convergen tres ríos, tres placas tectónicas y colinda con dos volcanes en estado activo.
En esta zona los fenómenos de origen natural que se generan con regularidad son sismos, deslaves, lluvias torrenciales y los efectos de huracanes, entre otros.
Con este proyecto se buscó hacer un análisis integral del riesgo considerando en primera instancia a cada uno de estos fenómenos naturales de manera individual.
“Un riesgo no es un fenómeno natural en sí, para que haya un riesgo se tienen tres elementos: el peligro, la exposición y la vulnerabilidad de la sociedad a ser impactada. Las zonas son de riesgo porque tenemos comunidades vulnerables. En una segunda fase del proyecto estamos considerando que en muchas ocasiones un fenómeno genera a otro; por ejemplo, un temblor puede generar un deslizamiento”, explicó el experto.
El pasado 3 de junio, Motozintla fue uno de los 41 municipios declarados en zona de emergencia debido al paso de la tormenta tropical Boris. Se registró la muerte de dos niñas indígenas por el desborde de un río en Amatenango de la Frontera, muy cerca de este lugar. También hubo lluvias de hasta 500 milímetros en el municipio de Tonalá.
La finalidad de este proyecto, en el que se sumaron alrededor 30 participantes de los Institutos de Geofísica y de Geografía de la UNAM, la Universidad de Ciencias y Artes de Chiapas con el patrocinio del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología, es proporcionar una herramienta que permita conocer los riesgos que existen en una comunidad y facilitar la toma de decisiones. “Nuestra intención es desarrollar la metodología para que pueda ser aplicada en otros lugares del país. Pretendemos que las comunidades aprendan a usar esta herramienta para su propio beneficio”, se explicó.
La importancia de crear un atlas de riesgos como el que presenta el doctor Novelo radica en la claridad con la que es expuesto, así como en el nivel de escala en el que fue realizado, el cual es más de 10 veces mayor de lo que suele realizarse en un proyecto de este tipo, aspecto que facilita la toma de decisiones.