Sólo las Pymes aplican desarrollos con innovación, reconoce la AMC

La Jornada
9 de junio de 2014
Emir Olivares Alonso

El sector empresarial debe apoyar las nuevas tecnologías, señala José Franco

La inversión para estos rubros es de casi 0.5 por ciento del producto interno bruto, y gran parte de ese financiamiento proviene de recursos públicos; hay que cambiar el paradigma, advierte

Para el presidente de la Academia Mexicana de Ciencias (AMC), José Franco López, la falta de interés y apoyo del sector productivo en la ciencia, la tecnología y la innovación (CTI) representa uno de los principales pendientes para consolidar a estos rubros como palancas del desarrollo nacional.

A unos días de terminar su gestión al frente de ese organismo, el científico de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) señaló que no serán las grandes empresas las que mayoritariamente apuesten por la consolidación del sistema científico y de innovación, pues hasta ahora sólo han visto al país como una meca de la mano de obra barata. Por el contrario, dijo, los académicos deben acercarse a las pequeñas y medianas empresas (Pymes) que son las más interesadas en desarrollar proyectos para la innovación nacional.

En entrevista con La Jornada, Franco López destacó la necesidad de que el sector empresarial destine mayores recursos y apoyos a CTI. Actualmente, dijo, la inversión para estos rubros es de casi 0.5 por ciento del producto interno bruto, y la mayoría de ese financiamiento proviene de recursos públicos.

Se trata de un porcentaje muy pequeño, sobre todo cuando miras las necesidades financieras para desarrollar la innovación, es decir, desarrollar el sector productivo e industrial. Esto sólo se dará con una inversión muy fuerte de capital que en este momento no existe. Para que nuestro sistema funcione como los europeos, el estadunidense o el japonés se requiere que el sector de CTI alcance un financiamiento de entre 2 y 3 por ciento del PIB, y 70 u 80 por ciento de estos recursos deben venir del sector productivo. Para llegar a ese porcentaje la inversión de las empresas tiene que aumentar en un factor de 10 o 20.

Consideró que a diferencia de los tres gobiernos federales previos, en la actual administración hay muestras de un mayor apoyo a CTI.

El también titular de la Dirección General de Divulgación de la Ciencia (DGDC) de la UNAM indicó que el sector académico debe aliarse con el productivo para generar iniciativas conjuntas en ciencia, tecnología y, sobre todo, innovación.

Apuntó que son las pequeñas y medianas empresas las que más apertura han mostrado para lograr estas alianzas. “Es muy desafortunado, pero las grandes empresas en nuestro país no han tenido el impacto hacia la sociedad que uno hubiera esperado.

El desarrollo económico y social que éstas han dado se ha concentrado en generar empleos de bajos niveles, han visto a México como un lugar de mano de obra barata. Requerimos cambiar el paradigma y que nuestro país aporte diseño de procesos y productos, explicó.

A finales de este mes, el astrónomo concluirá los dos años de gestión al frente de la AMC, será relevado por Jaime Urrutia, actual vicepresidente del organismo e investigador del Instituto de Geofísica de la UNAM. No obstante, indicó que siempre habrá trincheras para seguir aportando en favor de la CTI.

Seguiré en la DGDC, y si aparece algún frente donde se pueda contribuir en los próximos meses, con gusto le entramos. En este momento la palabra clave para desarrollarnos es la suma de esfuerzos de todos los actores involucrados en el sector.

Por ello aplaudió que por primera vez en la historia del sector, en 2012 se logró una suma de esfuerzos –a convocatoria del rector de la UNAM, José Narro–, para alcanzar una propuesta conjunta de agenda nacional de ciencia y tecnología, que se entregó a Enrique Peña Nieto meses antes de que tomara posesión como titular del Ejecutivo, la cual fue bien recibida y hasta ahora ha redundado en mayor presupuesto y el impulso de programas inéditos para el sector.

Al hacer un balance de su gestión, explicó que la AMC es una asociación civil con cerca de 2 mil 500 miembros que colaboran en instituciones de investigación y educación superior de todo el país, cuyo objetivo es difundir el conocimiento científico y posicionarlo entre la ciudadanía, así como ser un actor fundamental en la construcción de políticas públicas en la materia. Consideró que durante su presidencia se cumplió con esos objetivos, para lo cual contó con el invaluable apoyo de la membresía.

El rejuvenecimiento de la planta científica en el país y el crecimiento de la misma, la creación de nueva infraestructura para el sector, alcanzar que el presupuesto procedente de recursos públicos llegue a uno por ciento del PIB al terminar el actual sexenio y el impulso a la innovación son otros de los objetivos a alcanzar en el mediano plazo.

Señaló que estos se podrían alcanzar gracias a la atención que el gobierno de Peña Nieto ha puesto en el sector y las modificaciones legislativas realizadas recientemente en el Congreso de la Unión.

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