Academia Mexicana de Ciencias
Boletín AMC/144/14
México, D.F., 24 de abril de 2014
- Preocupantes los problemas que enfrentan la enseñanza y expansión de esta ciencia en la educación, desde los niveles de secundaria y preparatoria, dice el ex director del Instituto de Matemáticas de la UNAM
- La capacidad de las mujeres es muy alta en este campo de la ciencia, y hoy hay ejemplos como el Centro de Innovación Matemática del estado de Querétaro donde el número de mujeres y hombres es casi el mismo
- El doctor Javier Bracho, investigador del Instituto de Matemáticas de la UNAM y miembro de la Academia Mexicana de Ciencias.
Foto: Archivo AMC.
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Desde hace 70 años, el Instituto de Matemáticas (IM) de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) ha fortalecido su posición frente a la comunidad matemática nacional e internacional. Para el doctor Javier Bracho ha sido una gran satisfacción haber trabajado en él por dos ciclos como director, periodos en los cuales este instituto reforzó su vocación académica y científica.
La labor del IM se ha caracterizado por estrategias que han propiciado el desarrollo de las matemáticas en México a través de la investigación de frontera. Desde sus inicios se destacó por albergar a investigadores muy reconocidos como Guillermo Torres y José Adem, entre otros importantes personajes en el área de las matemáticas, explica Bracho.
Como director de uno de los institutos más reconocidos a nivel mundial en este campo, el doctor Bracho asegura que son un motivo de preocupación los problemas que enfrentan la enseñanza y expansión de esta ciencia desde los niveles de secundaria y preparatoria. Mientras la matemática se ha desarrollado en múltiples direcciones, no ha crecido como el resto de las carreras. En México, dice, hace falta formar matemáticos y gente capaz de desarrollar esta ciencia en investigación e innovación y no solo como herramienta para otras ciencias.
“Nos hace falta espíritu de investigación, pasión y una visión constructiva y creativa de las matemáticas. La enseñanza de esta ciencia como algo que se crea, y no sólo como algo que se usa, es lo que buscamos expandir a otras profesiones y ver esta ciencia desde otra perspectiva” indicó.
Las mujeres en las matemáticas
No solamente la enseñanza de las matemáticas en otros niveles educativos ha llevado a esta ciencia a ser poco explorada en los últimos 40 años, sino que tiene un rezago significativo en el porcentaje de mujeres en el IM. “Se ha creado la idea que las mujeres no deben entrar a matemáticas, y esto es absurdo. Son mucho más precisas, dedicadas y detallistas, todas estas son ventajas para su rendimiento y sus calificaciones son tan buenas como las de todos”, destaca.
Actualmente el IM cuenta con una mayor cantidad de hombres que de mujeres, sin embargo, no ha sido un impedimento para que más mujeres se sumen a la ciencia. En la unidad con la que cuenta el IM en el estado de Querétaro, el Centro de Innovación Matemática, se ha visto que el número de mujeres y de hombres es casi el mismo, lo que constituye un ejemplo de que existe esta igualdad, y menciona que “es algo que tenemos que enfrentar mayormente en el nivel de la percepción social”.
Impulsar núcleos de investigación
Para las matemáticas ha sido un avance importante que el IM desarrolle y participe en varios núcleos de investigación en el país. En Guanajuato ha tenido éxito el Centro de Investigación en Matemáticas (CIMAT), nacido desde los años ochenta, mientras que en la capital oaxaqueña se está construyendo un nuevo centro, Casa Matemática, que cuenta con apoyo del IM; también hay colaboración con el Centro de Investigación y de Estudios Avanzados; el Centro de Ciencias Matemáticas (CCM) de Morelia; y el ya mencionado CIMAT, en el cual se trabaja para hacer un centro internacional, donde matemáticos e investigadores tanto nacionales, como de otros países converjan para el desarrollo de proyectos.
“Los matemáticos somos estrictamente internacionales. Nuestra materia de trabajo se basa en que nos entendemos unos a lo otros, hacerlo más claro para el propio desarrollo de México va a ser importante, y el haber pertenecido (como director) a ese grupo de universitarios que trabajan para que funcione la Universidad ha sido algo maravilloso”, sostiene.
Javier Bracho, quien no solo fungió como director del IM ya que trabajó igualmente en cuerpos colegiados como el Consejo Universitario, menciona que ha sido una experiencia enriquecedora trabajar con otros investigadores y proyectos, así como apoyar iniciativas. “Compartir mi vida en esta universidad con sus reglas y su futuro ha sido un privilegio; me voy feliz y tranquilo por haber pertenecido a este Instituto”.
Carla Ramírez Torres