Academia Mexicana de Ciencias
Boletín AMC/096/14
- La divulgación científica es un elemento fundamental para que la sociedad esté mejor informada y para que los tomadores de decisión tengan acceso al conocimiento
- Desde los primeros grupos humanos la sociedad siempre ha tenido como motor el conocimiento, dice el presidente de la AMC en entrevista que se publica en el más reciente número de la Revista Digital Universitaria
- El doctor José Franco, presidente de la Academia Mexicana de Ciencias y director general de Divulgación de la Ciencia de la UNAM, durante la entrevista para la Revista Digital Universitaria.
Foto: Arturo Orta/ AMC.
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Para José Franco, presidente de la Academia Mexicana de Ciencias, la comunicación pública de la ciencia es una actividad que tiene que partir de una comprensión de la naturaleza misma del conocimiento, el cual no está limitado a un solo propósito pues presenta proyecciones múltiples. En entrevista publicada en el número correspondiente a marzo de la Revista Digital Universitaria, el también director general de Divulgación de la Ciencia de la Universidad Nacional Autónoma de México señala que la importancia del conocimiento nuevo que surge de la investigación científica no radica exclusivamente en las aplicaciones, aunque pueda tenerlas, sino en los distintos efectos que produce en la sociedad:
“Unas cosas tienen aplicación y otras no la tienen. El conocimiento que no se aplica directamente en la industria, puede tener una apropiación colateral en la toma de decisiones. Por ejemplo, una persona que trabaja en geofísica y que realiza estudios sobre la dinámica de la atmósfera, no necesariamente va a terminar obteniendo un producto para alguna industria, pero sí crea un producto que permite a los gobiernos tomar decisiones bien informadas en el caso de tormentas, huracanes y fenómenos meteorológicos.
“La aplicación del conocimiento ocurre en muchos lugares y en muchas áreas. Tomando el caso de la persona dedicada a ciencias atmosféricas, ésta debe tener un conocimiento profundo de fluídos el cual proviene de la física, pero además hay muchísimos estudios de fluídos, por ejemplo, en la astrofísica; por lo tanto hay una serie de desarrollos en la astrofísica que terminan siendo utilizados en física y meteorología sin que uno siempre se dé cuenta de dónde vino el conocimiento.
“El conocimiento es una herramienta fundamental para generar más conocimiento, pero también para tomar decisiones y para generar nuevos productos que sean satisfactores para la sociedad y que tengan un aprecio comercial importante que puedan significar un estímulo a la economía. La amplísima variedad de aplicaciones que puede tener el resultado de la investigación, cualquiera que este sea, hace del conocimiento algo que debe ponerse a disposición de la sociedad, independientemente de su utilidad práctica.
“En este sentido la comunicación de la ciencia es algo fundamental para que la sociedad esté mejor informada y también para que los tomadores de decisión tengan acceso al conocimiento y entiendan lo que los especialistas dicen. La comunicación pública de la ciencia es un elemento fundamental para transmitir el conocimiento hacia todos los sectores de la sociedad”.
¿Sociedad del conocimiento?
Recientemente se difundido y se ha popularizado la idea de que nuestro país debe ingresar a una “Sociedad del Conocimiento” y se han hecho sugerencias sobre el papel de la comunicación de la ciencia en este propósito. Franco observa con un asomo de duda este concepto, reserva que explica dirigiendo una mirada rápida al papel que ha desempeñado el conocimiento en la historia humana:
“La sociedad siempre ha tenido como motor el conocimiento, desde los primeros grupos humanos nómadas los cuales necesitaban y tenían nociones sobre los hábitos de los animales y conocimiento sobre las plantas y los frutos de las cuales se beneficiaban. El desarrollo de grupos humanos, de la sociedad y de la civilización a lo largo de toda la historia de la humanidad siempre se ha basado en el conocimiento.
“En fechas recientes se ha difundido ampliamente el concepto de “Sociedad del Conocimiento”, simplemente porque la tecnología o el desarrollo de la tecnología ha sido tan vertiginoso, que en este momento los elementos que producen riqueza se han modificado. Inicialmente los satisfactores provenían de la agricultura y la ganadería; después, con el advenimiento de la Revolución Industrial, la riqueza fue creada por grupos que utilizaban las máquinas para producir de una manera más rápida y eficiente una serie de satisfactores. Por ejemplo, mover el comercio a gran escala, a través de máquinas de vapor que permitían el desplazamiento de las mercancías ya sea por tierra o por agua, impulsó un florecimiento del comercio y la generación de riquezas se asoció al desarrollo de estas maquinarias, ya sea en los transportes o en las fábricas que podían producir con más eficiencia sus productos.
“En la actualidad hay elementos que son más intangibles. Puede decirse que el valor agregado de muchos productos ya no es fácilmente visible porque está escondido en esto que llamamos conocimiento. La alta tecnología requiere de un conocimiento muy profundo, requiere de eso que llamamos el Know how, el “saber hacer” que consiste en procesos que no son tan claros ni fáciles de visualizar. Los satisfactores con los que contamos ahora como el teléfono celular, las cámaras, etcétera, tienen elementos de alta tecnología que requieren muchísimos saberes. Con el concepto de “Sociedad del Conocimiento”, simplemente se ha enfatizado algo que desde el pasado siempre ha estado presente”.
En la entrevista realizada por los periodistas Javier Flores y Noemí Rodríguez González, Franco aborda también algunos temas centrales de la comunicación pública de la ciencia, entre otros, el papel de las universidades y las relaciones entre los científicos y los comunicadores en la divulgación científica.
El texto completo de esta entrevista puede verse en www.revista.unam.mx, que contiene además artículos sobre la divulgación científica escritos por Luis Estrada, Agustín López Munguía, María del Carmen Sánchez, Ana Claudia Nepote, Elaine Reynoso, entre otros autores y el número está coordinado por Estrella Burgos.