La Crónica de Hoy
5 de marzoo de 2014
Redacción
Los indicadores que usa actualmente la comunidad científica para calificar su trabajo son el número de artículos publicados en revistas arbitradas, el número de citas en artículos de otros investigadores y el promedio de citas por artículo, entre otros. No obstante, en opinión del doctor José Antonio de la Peña, son parámetros con los que se pueden contar, pero lo que realmente se debe medir es la calidad del trabajo científico, un aspecto que se escapa porque es muy difícil de evaluar.
El director del Centro de Investigación en Matemáticas (CIMAT) y ex presidente de la Academia Mexicana de Ciencias propuso que “en lugar de evaluar todos los artículos arbitrados, podrían evaluarse sólo algunos productos del trabajo científico, pero esta propuesta enfrenta la resistencia de las comisiones. La otra posibilidad sería evaluar con menor frecuencia, pero tampoco le gusta a la burocracia, y otra alternativa sería usar otros indicadores pero es más caro”.
Cuando Albert Einstein publicó sus trabajos en Annalen der Physik en 1905 nunca fueron arbitrados, ni la doble hélice de Watson, y ambos resultaron revolucionarios para el conocimiento, señaló De la Peña. La evaluación por pares data de los años 50 del siglo pasado cuando las fundaciones filantrópicas en Estados Unidos querían financiar una investigación, para ello propusieron que el trabajo de un científico fuera calificado por otro científico.
CULTURA DE LOS NÚMEROS.
Actualmente existen bases de datos como Journal Citation Reports donde están registradas más de 16 mil revistas arbitradas por pares de cada área de investigación, Scopus, de Elsevier: SCImago y el Índice de Citas en el que se puede contar la cantidad de citas de un investigador. Sin embargo, gana la cantidad y no la calidad.
“Contar el número de artículos científicos que publica un investigador tiene grandes deficiencias porque hay gente que sólo publicó dos trabajos en su vida, que fueron trascendentes, pero se perdieron”, comentó el matemático.
El número de citas tampoco es un buen indicador. De la Peña citó una de las conclusiones a las que llegó la Unión Internacional de Matemáticas en ese sentido: “Destacó que se trataba de una ‘cultura de los números’ donde los tomadores de decisiones reemplazan la calidad del trabajo por números cuantificables. Y no es que no tengan valor esas estadísticas pero deben tomarse con cautela porque son parte del proceso”.