Academia Mexicana de Ciencias
Boletín AMC/405/13
México, D.F., 16 de noviembre de 2013
- Susana López Charretón y Carlos Arias Ortiz en Ciencias Naturales; Paulette Dieterlen en Humanidades; Ricardo Chicurel Uziel en Innovación Tecnológica y Diseño Industrial; María Ester Brandan Siqués en Ciencias Exactas y Gustavo Delgado Parra en Creación Artística y Extensión de la Cultura
- Los seis integrantes de la Academia Mexicana de Ciencias fueron reconocidos en el área de la investigación.
Foto: UNAM.
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La edición 2013 del Premio Universidad Nacional otorgó distinciones a 17 investigadores y profesores de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), institución que reconoció una vez más la excelencia y originalidad de académicos que han colaborado a la formación de profesionales y al avance del conocimiento.
Entre los galardonados por la UNAM este año –quienes recibieron un diploma y un estímulo económico en una ceremonia realizada el pasado 7 de noviembre–, seis son miembros de la Academia Mexicana de Ciencias, reconocidos todos en el campo de la Investigación. En los días posteriores al evento compartieron algunas de sus impresiones sobre este premio.
Susana López Charretón quien lo recibió en el área de Ciencias Naturales junto con Carlos Arias Ortiz, ambos investigadores adscritos al Instituto de Biotecnología, comentó: “Me siento muy contenta, lo ganamos Carlos Arias y yo que tenemos poco más de 30 años dirigiendo un grupo. Es un premio que teníamos muchos deseos de obtener porque el reconocimiento de la UNAM es muy importante. Este galardón reconoce nuestro trabajo y el del equipo”.
Entre las aportaciones más sobresalientes de los investigadores están sus estudios sobre cómo interactúan ciertos tipos de virus causantes de enfermedades gastrointestinales –astrovirus y rotavirus- con las células de los organismos que infectan. También se han dedicado a entender y diseñar métodos para caracterizar la diversidad genética de los virus de la influenza que circulan en el país.
Arias Ortiz expresó que la distinción no solo es a su trayectoria sino también al desempeño de todo su grupo de investigación con el cual ha trabajado por más de tres décadas. “Es un premio que nos alienta a seguir adelante”, dijo.
Hacia el futuro, añadió, sus estudios buscarán entender de manera más concreta y con mayor detalle los procesos de interacción virus-célula. “Hemos avanzado en cómo se realizan este tipo de investigaciones, pero en función de las metodologías o tecnologías que van apareciendo, uno siempre puede revisitar lo que ya se sabía para poder definirlas en mayor detalle y claridad”.
En el área de Humanidades, la doctora Paulette Dieterlen, investigadora del Instituto de Investigaciones Filosóficas, se ha dedicado a la filosofía política proponiendo diferentes teorías en el campo de la justicia distributiva, es decir, estudiando cómo deberían de distribuirse los bienes en las sociedades, enfocado en los bienes escasos y ligado con los derechos económicos y sociales.
Dieterlen se dijo satisfecha porque el premio reconoce la importancia de sus trabajos: “Me dio gusto que (el premio) recayera en alguien que hace filosofía porque esta carrera ha estado muy atacada en distintos ámbitos, por ejemplo, querían quitarla de los planes de estudio de preparatoria el sexenio pasado, pero dimos la batalla y ganamos”.
Entre los objetivos de sus futuras investigaciones está “dar respuesta a cuáles son las maneras justas de distribuir los recursos para ver si es posible, en un momento dado, reducir la desigualdad en que vivimos y atacar la pobreza”.
Otro de los premiados fue Ricardo Chicurel Uziel, investigador del Instituto de Ingeniería quien, ha trabajado en el diseño de un reductor de velocidad para motores que funciona con engranes magnéticos en vez de los convencionales engranes de dientes, el cual, por su mayor eficiencia energética, podría ser un beneficio para la sociedad y el ambiente.
Sobre su galardón, en Innovación Tecnológica y Diseño Industrial, declaró: “Es un aliciente para seguir trabajando y una indicación de que no me he equivocado mucho en el camino”. Añadió que la ingeniería es un campo que necesita de mucho impulso porque genera diversos servicios a la sociedad. “La tecnología y el desarrollo industrial están estrechamente relacionados con el nivel de vida de la gente. Todo el material que se necesita para una vida digna viene en gran medida de la ingeniería”.
Comentó que sus próximas investigaciones están encaminadas a mejorar el reductor magnético, porque el actual prototipo aún tiene varios defectos qué corregir.
La doctora María Ester Brandan Siqués, que obtuvo el premio en Ciencias Exactas por sus aportaciones para el desarrollo de la física médica en nuestro país, expresó sentirse muy feliz y honrada por la distinción. “La relevancia del premio es alta, dado que es un reconocimiento que otorga la UNAM a carreras científicas o aportes específicos en investigación, y es un reconocimiento muy apreciado y respetado dentro de la institución”.
Sostuvo que en general, el galardón lo ve como un reconocimiento a su carrera en investigación que se inició en la UNAM en 1985 y que ha recorrido varias etapas: una, realizando investigación en ciencia básica, en física nuclear experimental y luego, a partir de la creación de un posgrado en física médica, sus intereses se volcaron hacia aspectos de dosimetría y física médica.
La música fue este año galardonada en el campo de la Creación Artística y Extensión de la Cultura, a través de trabajo que realiza el doctor Gustavo Delgado Parra, de la Escuela Nacional de Música, quien se ha enfocado al estudio, conservación y preservación de los órganos históricos mexicanos en el periodo virreinal. Estos instrumentos, apuntó el investigador, son verdaderos testimonios de la cultura novohispana y un tema permanente de estudio con miras a su preservación, restauración y reutilización adecuadas.
Sobre el premio que recibió, Delgado Parra, quien es organista, clavecinista, compositor, musicólogo, organólogo y ponente, sostuvo que es una distinción que tiene varias connotaciones por demás positivas: “Por un lado, reconoce un trabajo que he realizado por años y que ahora me exige redoblar esfuerzos para estar a la altura de este premio; y por otro, es un apoyo institucional muy importante, ya que la Escuela Nacional de Música está en una etapa con muchos proyectos, como el paso de escuela a facultad con un programa que está muy avanzado, y el posgrado (el primero en música), el cual opera desde hace ocho años ofreciendo también estudios a nivel de doctorado.
Fabiola Trelles Ramírez, Alejandra Monsiváis Molina y Miriam M. Gómez Mancera.