Academia Mexicana de Ciencias
Boletín AMC/399/13
México, D.F., 11 de noviembre de 2013
- Trabajan en la Universidad de Guadalajara en la diferenciación de células troncales para la reparación de lesiones medulares
- Aunque los estudios se encuentran en su etapa inicial, hay resultados alentadores
- Las células gliales envolventes (rojo) son foco de atención para la medicina regenerativa. En la imagen cultivo primario de capa de nervios olfatorios de ratón, donde se muestra la célula marcada con un anticuerpo.
Foto: Albert Blanchart y Laura López Mascaraque/ROE.
Imagen en alta resolución
Las lesiones en la médula espinal pueden tener como consecuencia el daño de la fibra nerviosa y la degeneración de la mielina de las neuronas, la cual permite la propagación de los impulsos nerviosos. En este sentido, la doctora Graciela Gudiño y su equipo de investigación, del Laboratorio de Desarrollo y Regeneración Neural de la Universidad de Guadalajara, están trabajando en la diferenciación de células troncales para la reparación de lesiones medulares.
Una célula troncal tiene la capacidad de dividirse indefinidamente y diferenciarse en distintos tipos de células especializadas, no solo en su forma, sino también en cuanto a su función. Así, las células troncales se pueden clasificar según su capacidad de diferenciarse a distintos tipos de tejidos; por lo cual las células con cierta capacidad de proliferación y de diferenciación como las que residen en el Sistema Nerviosos Central (SNC), son denominadas células troncales neurales o precursoras neurales.
En México, la incidencia anual de lesiones traumáticas de médula espinal, que se generan principalmente por accidentes automovilísticos, es de 18 casos por millón de habitantes. La mayoría de las veces este tipo de lesiones pueden causar paraplejia o cuadriplejia, lo que hace necesario el desarrollo de estrategias terapéuticas, como los trasplantes celulares de precursores neurales y glía envolvente, mismos que ya han producido resultados favorables en el tratamiento de lesiones medulares en rata, resaltó la investigadora.
Glía envolvente
Las células de glía envolvente, localizadas en el bulbo olfatorio del mamífero adulto, son motivo de investigaciones dirigidas a caracterizar y evaluar su posible potencialidad para la reparación del sistema nervioso central, sobre todo porque la vía olfatoria, como caso excepcional en el SNC, tiene la capacidad de regenerar de manera continua las neuronas sensoriales olfatorias.
Con el fin de evaluar la recuperación funcional de la rata con trasplantes de precursores neurales y de glía envolvente, la doctora Graciela Gudiño, explicó que se trasplantaron los dos tipos celulares en un modelo de lesión de médula espinal. Lo anterior basado en la capacidad de regeneración de las neuronas olfatorias, y de como la glía envolvente las guía e incluso las acompaña hasta que se conectan con el resto del sistema nervioso central.
Los trasplantes de diferentes tipos celulares, son un método muy utilizado en terapias de médula espinal, sin embargo, la glía envolvente es de difícil acceso, por eso se planteó la posibilidad de tener una fuente alternativa, así que se trabajó con células precursoras neurales y su diferenciación hacia glía envolvente. Algunos de sus resultados preliminares se presentaron en el Primer Congreso Nacional de Células Troncales y Medicina Regenerativa que se realizó el pasado mes de septiembre en la Universidad Nacional Autónoma de México.
Resultados prometedores
Para diferenciar estas células, la doctora Gudiño y su equipo, obtuvieron los precursores neurales de embriones de rata de catorce días, y las diferenciaron en un medio apropiado, después de 72 horas encontraron que presentaban las características que buscaban. En cuanto a la lesión, se realizó seccionando la médula espinal a nivel torácico nueve, en el cual la rata queda parapléjica, esto en 15 ratas hembras adultas, posteriormente a cinco se les trasplantaron precursores neurales diferenciados a glía envolvente, a otras cinco precursores neurales sin diferenciar y a las últimas cinco ratas, no se les trasplantó nada.
La densidad celular trasplantada fue de 100 mil células por rata y las evaluaciones funcionales se llevaron a cabo una vez por semana durante ocho semanas, y se evaluó la movilidad de cadera, rodilla y tobillo de cada extremidad. Los resultados, que son parte de la tesis doctoral de Marcela Rodríguez, fueron una mayor recuperación funcional en las ratas con precursores neurales sin diferenciar, ya que la rata movía las articulaciones de la rodilla, el tobillo y la cadera, y además daba zancadas, pero sin coordinar las patas anteriores y las posteriores.
En el caso de las células precursoras neurales diferenciadas a glía envolvente, sí hubo movimiento de las articulaciones, pero la rata no daba zancadas, sin embargo, morfológicamente ambos trasplantes disminuyeron la extensión del sitio de lesión y tuvieron un efecto neuroprotector, concluyó Graciela Gudiño.
Noemí Rodríguez González