PLANTACIONES «IN VITRO», OPCIÓN DESAPROVECHADA

Academia Mexicana de Ciencias
Boletín AMC/389/13
México, D.F., 3 de noviembre de 2013

  • El gobierno de Tlaxcala entregará al Instituto de Biología de la UNAM el edificio de la antigua hacienda de San Manuel de Morcón para instalar un laboratorio en el que se reproducirán in vitro, un millón de agaves con el fin de generar pulque y conservar esta planta originaria de México en peligro de extinción
La propagación de orquídeas es uno de los proyectos que se realizan empleando el cultivo de tejidos.
La propagación de orquídeas es uno de los proyectos que se realizan empleando el cultivo de tejidos.
Foto: AMC.
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Rescatar especies en peligro de extensión y reproducir plantas sanas, son dos de los procesos que se pueden lograr a través del cultivo de tejidos vegetales o propagación de plantas in vitro, que es una técnica muy utilizada en el mundo para cultivos de importancia económica, aunque en México es desaprovechada.

Víctor Chávez, investigador adscrito al Instituto de Biología de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) puso un ejemplo para entender las dimensiones que pueden alcanzar estos procesos: «De una planta de café adulta se pueden obtener cien esquejes, pedazos de tallo, enraizarlos y en 12 meses ya tendríamos una planta. Con el modelo in vitro, a partir de un centímetro cuadrado de hoja, podemos producir cerca de 25 embriones en 6 semanas y en 12 meses tendríamos la planta, es decir, se aumenta la cantidad y se reduce el espacio de reproducción».

Entrevistado durante la Fiesta de las Ciencias y las Humanidades, evento realizado el pasado mes octubre en Universum, Museo de las Ciencias, Chávez dijo que los laboratorios que trabajan plantaciones in vitro «podemos sumarnos con este sistema y tener un modelo más eficiente de lo que se tiene por métodos convencionales».

Y es que este modelo permite cultivar células, tejidos, órganos, semillas, embriones y obtener plantas selectas de forma rápida. Los cultivos son realizados en medios específicos (que contienen hormonas, minerales, vitaminas, fuentes de carbono, agentes gelificante, agua, etcétera.) y condiciones ambientales controladas (temperatura, humedad y luz). Una vez ajustados los protocolos para la especie o cultivo de interés, es posible automatizar el proceso de modo de llevarlo a una mayor escala de producción.

Explicó que muchas veces las plantas se enferman al igual que los humanos, «si se infectan con virus o bacterias y queremos aplicar el método convencional de reproducción, las plantas seguirán enfermas, pero por el método de cultivo de tejidos aseguramos que las plantas están limpias».

El cultivo de tejidos vegetales llegó a México a principios de los años setenta. En 1976 el propio Chávez, Magda Peña y Víctor Corona fueron invitados a trabajar en el Jardín Botánico, donde iniciaron estudios de propagación in vitro de orquídeas, y fue hasta 1980 cuando surgió el laboratorio donde actualmente trabajan.

«Nos hemos concretado a estudiar especies mexicanas que son escasas en la naturaleza y que están en peligro de extinción, hoy más de 80 distintas especies mexicanas en ese grado de amenaza se conservan en el laboratorio. Muchas de ellas las hemos donado o intercambiado con otras instituciones como Chapingo y la Universidad Autónoma Metropolitana», informó.

También han hecho envíos a jardines botánicos como el de Chapultepec y otras instituciones para asegurar la conservación de las especies «por si nos pasa algo ellos conservan una réplica de esto».

Este modelo in vitro se está utilizando en cerca de cien laboratorios, casi todas las universidades cuentan con un área que hace cultivo de tejidos vegetales, tal vez con fines químicos o biotecnológicos o de biología netamente pura, pero a nivel comercial no llegan ni a 20 los laboratorios, y de estos no todos están dedicados a especies mexicanas, muchas especies que propagan vienen del extranjero y no se ocupan de lo nacional, comentó.

La razón por la que México no ha aprovechado esta forma de cultivo puede ser porque la información no ha fluido lo suficientemente rápido, fundamentalmente porque le han tenido más confianza a este mismo sistema pero desarrollado fuera del país, «sabemos que muchas de las plantas de fresas vienen del extranjero, las crecen aquí pero son propagadas in vitro fuera del país, aunque tenemos laboratorios no nos han encargado proyectos de esa naturaleza».

Aunque parece que empieza a haber confianza, pues el gobierno de Tlaxcala entregará en este mes al Instituto de Biología de la UNAM el edificio de la antigua hacienda de San Manuel de Morcón, ubicado en el municipio Santa Cruz Tlaxcala, para instalar cuatro laboratorios, entre ellos, el de cultivo de tejidos vegetales, en el cual se reproducirán in vitro, un millón de agaves con el fin de generar pulque y conservar esta planta originaria de México en peligro de extinción.

De acuerdo con el investigador, el gobierno de Tlaxcala les encargó mejorar la producción de maguey pulquero ya que la mayoría de su población se dedica a cultivarlo y explotarlo comercialmente.

Por lo anterior, un conjunto de expertos de la UNAM cultivarán los tejidos de agave, porque con el modelo convencional la producción se ha visto contaminada y afectada. Además, el problema se agrava al añadirle que esta especie está en peligro de extinción y que su crecimiento o madurez para extraer pulque tarda de ocho a 15 años.

«Esperamos que en el nuevo laboratorio se integren nuestros alumnos ya formados en esta área y poco a poco se integre gente de Tlaxcala (…), además, ya estamos en pláticas con otros dos gobiernos de estados del país para aprovechar el cultivo de tejidos y sacar el mejor provecho a este modelo», concluyó Chávez.

Elizabeth Ruiz Jaimes


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