CUATRO MIRADAS SOBRE LA CIENCIA EN MÉXICO

Academia Mexicana de Ciencias
Boletín AMC/377/13
México, D.F., 26 de octubre de 2013

  • La ciencia en el país seguirá creciendo en la primera mitad del siglo XXI a pesar y en contra de las crisis: Pérez Tamayo
  • Aumentar la producción y la calidad de la ciencia que se realiza en toda la República Mexicana, uno de los retos: Luis Felipe Rodríguez
  • Lo importante es generar conceptos e ideas, pues es fundamental que logremos formar escuelas de pensamiento más fuertes: Rudomín
  • Un país que no puede garantizar la educación científica desde sus inicios no favorece el crecimiento de la comunidad científica: Ranulfo Romo
El doctor Pablo Rudomín, ex presidente de la Academia Mexicana de Ciencias,  durante su participación en la mesa sobre ciencia y tecnología organizada por El Colegio Nacional.
El doctor Pablo Rudomín, ex presidente de la Academia Mexicana de Ciencias, durante su participación en la mesa sobre ciencia y tecnología organizada por El Colegio Nacional.
Foto: Arturo Orta/AMC.
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Durante la mesa titulada “Ciencia y Tecnología” que se realizó como parte de la conmemoración de los 70 años de El Colegio Nacional, Ruy Pérez Tamayo, Luis Felipe Rodríguez, Pablo Rudomín y Ranulfo Romo, todos ellos miembros de la Academia Mexicana de Ciencias, compartieron sus ideas sobre la situación actual y el futuro de la ciencia en nuestro país.

La primera intervención la hizo Ruy Pérez Tamayo, investigador emérito de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y miembro de El Colegio Nacional, quien planteó tres posibles escenarios para el futuro de la ciencia: El pesimista, donde prevalecería el estancamiento económico y como consecuencia se frenaría el crecimiento de la comunidad científica. En uno optimista, habría una masa crítica integrada por jóvenes capacitados para ser el motor de esta sociedad, y la ciencia y la tecnología serán un tema prioritario para el país. El tercer escenario para Pérez Tamayo es el realista, “reconociendo que el crecimiento de la ciencia y la tecnología en la segunda mitad del siglo XX no puede caracterizarse como una revolución sino más bien como la evolución natural de la sociedad”, se vuelve fundamental su participación más activa e interesada sobre el tema de la ciencia.

“Ni la indiferencia de las autoridades, ni las crisis económicas pudieron evitar el crecimiento de la ciencia en nuestro país en la segunda mitad del siglo XX. La fuerza del sector de la sociedad civil que lo promovió aparece como considerable y permite sugerir que de conservarse las mismas condiciones, en el futuro la ciencia tendrá más peso e influencia. De ser así, se refuerza la hipótesis de este escenario realista y la primera mitad del siglo XXI no serán diferentes, o sea que la ciencia en el país seguirá creciendo a pesar y en contra de las crisis.”

Continuar la descentralización

La segunda mirada fue la de Luis Felipe Rodríguez, director del Centro de Radioastronomía y Astrofísica de la UNAM, Unidad Morelia, quien habló de los retos y oportunidades de la descentralización de la ciencia y con ello evitar su concentración en la ciudad de México. En ese sentido, dijo que la astronomía ha sido pionera al requerir estar lejos de la contaminación lumínica que predomina en las urbes. Como ejemplo, citó al Instituto Nacional de Astrofísica, Óptica y Electrónica de Tonantzintla, en Puebla, que fue inaugurado en 1942 por el presidente Manuel Ávila Camacho.

Con la creación del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt) en 1971, se dio un mayor impulso a la investigación en el resto del país. En 1973 se inauguró en Centro de Investigación Científica y de Educación Superior de Ensenada. Y hoy en día hay 27 Centros Conacyt distribuidos en diferentes estados. Asimismo ha aumentado la cantidad de universidades y centros que realizan investigación.

No obstante, el destacado radioastrónomo comentó, que “de acuerdo con el Institut for Scientific information de 2010, el Distrito Federal sigue concentrando la mayor cantidad de artículos publicados en revistas arbitradas con 59 mil 575 y 165 mil 634 citas, seguido de Morelos con 7 mil 509 artículos y 29 mil 557 citas; el último estado en este ranking lo ocupa Querétaro con 3 mil 098 artículos y 7 mil 222 citas”. El tema pendiente es, sin duda, aumentar la producción y calidad de la ciencia que se realiza en toda la República Mexicana.

Generar conceptos e ideas

La tercera mirada fue la de Pablo Rudomín, eminente investigador del Centro de Investigación y de Estudios Avanzados (CINVESTAV), quien presentó un resumen de las grandes ideas que han aportado los neurocientíficos mexicanos al mundo, y afirmó que “lo importante es generar conceptos, generar ideas. Es fundamental que todos las iniciativas que se tengan para promover la ciencia se apoyen y logremos formar escuelas de pensamiento más fuertes”.

Por su parte, el doctor Ranulfo Romo habló sobre las distintas visiones que se tienen sobre la ciencia en México, calificada en la opinión pública, como una característica de los países del primer mundo, mientras que en la esfera política llega a ser considerada como innecesaria. ¿Pero qué significa hacer ciencia en México? -planteó el investigador- significa trabajar en un tiempo récord, especialmente para graduar doctorados, y desarrollar la investigación con bajos presupuestos. Con estas condiciones ¿cabe la posibilidad de hacer ´buena ciencia´?, Romo afirmó que sí, a pesar de esos obstáculos se hace investigación de nivel internacional.

Además, aseguró que un país que no puede garantizar la educación científica desde sus inicios si no favorece el crecimiento de la comunidad científica, y por lo tanto de la ciencia. Romo concluyó que las claves para incrementar los grupos de investigadores y la investigación en sí, depende de dos factores: un apoyo económico que no dependa de los periodos sexenales y la creación de comunidades de investigación. Así como dejar de priorizar lo urgente sobre lo importante. Finalmente compartió con el doctor Rudomín lo necesario de formar escuelas de pensamiento y para eso, también se necesita apoyo, concluyó.

Las participaciones terminaron con un comentario final del doctor Manuel Peimbert, quien moderó esta mesa y afirmó, “es difícil hacer ciencia en México, pero lo hacemos porque queremos un México menos desigual”.

Luz Olivia Badillo, Mariana Dolores y Mónica Genis.


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