Academia Mexicana de Ciencias
Boletín AMC/350/13
México, D.F., 5 de octubre de 2013
- El derecho superior de los niños por encima de cualquier otro. Ni el interés de los padres, ni el de la sociedad, ni el del Estado, pueden ser considerados prioritarios en una situación de conflicto, dijo
- Durante su intervención en la sede de El Colegio Nacional el secretario de Educación escuchó críticas a la reforma educativa por parte de maestros disidentes
- El licenciado Emilio Chuayffet Chemor durante la conferencia impartida ayer en la celebración de los 70 años de El Colegio Nacional.
Foto: SEP.
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El secretario de Educación, Emilio Chuayffet, aseguró que la vigente reforma educativa es de vanguardia, que se hizo a favor de los niños y en contra de nadie, que no es un hecho consumado sino un proceso permanente y vivo, pero sobre todo, atiende el principio superior de la infancia del derecho a la educación.
“Siendo el interés del niño un derecho superior puede argumentarse sin lugar a dudas que éste prima sobre cualquier otro, de modo que ni el interés de los padres, ni el de la sociedad, ni el del Estado, pueden ser considerados prioritarios a los derechos de los niños”.
Chauyffet participó ayer junto con los ex secretarios de Educación Miguel Limón Rojas y Fernando Solano Morales, en el segundo y último día del seminario de Educación que organizó El Colegio Nacional para celebrar su aniversario 70 con un ciclo de conferencias sobre diversos temas que considera de relevancia para el país.
En el Aula Magna, llena hasta el tope, el responsable de la política educativa del país, mencionó que el seminario al cual fue invitado como ponente, llegaba en un momento oportuno tras la reciente reforma impulsada por el gobierno federal y que deseaba abordar desde un aspecto distinto de la educación.
Habló de cómo la reforma educativa aprobada por el congreso está vinculada a uno de los mayores principios que se introdujeron recientemente a la Constitución Mexicana: el interés superior de la infancia, de cómo la educación (entre otros derechos de los infantes como es el la alimentación, salud y sano esparcimiento) se sujeta a este derecho superior de los niños, y de cómo la educación (tras un proceso de 200 años) es ahora un derecho social al que se le han agregado los conceptos de calidad y equidad.
Aseguró que la reforma educativa tiene como finalidad relevante hacer que prevalezca el interés superior de la infancia, y que atendiendo a los dos conceptos cualitativos que se le agregaron a la reforma con el actual gobierno federal (calidad y equiad), la reforma creó tres sistemas: el del servicio profesional docente, el de evaluación, el de información e introdujo diversas disposiciones en la Ley General de Educación en torno a la equidad.
“Podemos considerar que la noción de calidad introducida en la reforma es un vínculo normativo idóneo para asegurar ese interés superior. Que bajo esta premisa, se entiende que el Servicio Profesional Docente no tenga un carácter punitivo, por el contrario, busca mejorar al docente para que el interés superior de la infancia sea fortalecido”.
Comentó que se ha dicho que el Servicio Profesional Docente tiene un carácter laboral, y que esta observación, opinó, es parcialmente cierta porque regula condiciones de ingreso, permanencia, reconocimiento y ascenso, lo que sólo pueden darse a través de la evaluación. Sin embargo, añadió, esta característica laboral no puede dejar de verse más que como un medio y no como un fin. “Quienes sostienen que la reforma es laboral, en su ignorancia llevan la penitencia. Se hizo la reforma para mejorar y garantizar el derecho del niño”.
“En suma, la reforma es de vanguardia. Se hizo a favor de los niños y en contra de nadie, ya que persigue concretar mejoras para su formación, lo que sin duda repercutirá en un desarrollo personal e integral más próspero como mandan la Constitución y los instrumentos internacionales”.
Con especial énfasis expresó que uno de los problemas más significativos del derecho constitucional y, en este caso, del interés superior de la infancia se da cuando dos normas del mismo nivel constitucional entran fácticamente en conflicto.
Cuando este hecho se da, sostuvo Emilio Chuayffet, el interés del niño siendo un derecho superior prima sobre cualquier otro, de modo que ni el interés de los padres, ni el de la sociedad, ni el del Estado, pueden ser considerados prioritarios a los derechos de los niños.
“La Reforma Educativa no es un hecho consumado, situado en la fecha que se publicó o se promulgó, es un proceso permanente y vivo que apenas estamos construyendo en todas las aulas y con todas las decisiones con el diario empeño de hacerla una realidad”.
Al finalizar las ponencias de los tres invitados, inició una larga sesión de preguntas y respuestas. Uno de los asistentes pidió el micrófono y dijo:
“Los maestros que pensamos diferente no somos ni criminales ni flojos”, escucharon el secretario de Educación y las 200 personas reunidas en el Aula Mayor de El Colegio Nacional. Un maestro de educación básica del Estado de México, expresó estar en contra de la reforma educativa, ser un disidente, organizar y participar en las marchas, pero aseguró que no ha faltado a una sola clase. “Primero vamos a trabajar y luego vamos a protestar”.
Añadió que los maestros tienen cuatro propuestas que hacer: “Uno, que el gobierno dedique a la educación el porcentaje del PIB que recomienda a la UNESCO, el cual oscila en 8%; dos, que los maestros trabajen con grupos de no más de 30 alumnos como es la recomendación pedagógica y como lo hacen países como Finlandia y Japón, porque lo hacemos con 50 niños y no puede haber calidad educativa; cuidamos niños no educamos; tres, que los sueldos de los maestros sean dignos; y cuatro que los maestros queremos ser escuchados, una reforma que no consulta a los maestros es una farsa”.
La intervención del profesor tuvo respuesta del responsable de la educación pública del país: “Maestro que protesta y no falta a clase, su ejemplo no es el imperante. Oaxaca en los últimos diez años tiene asistencias de 72 días al año, esa es la mayoría de la disidencia, no es usted, quisiéramos más disidentes como usted”.
Dijo, además, que sí hubo una consulta a los maestros, y que muestra de ello fue que en la primera reunión con la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación le dieron una idea que de inmediato se incorporó al proceso de evaluación, y fue que las evaluaciones no debían ser estándar y que debían atender al medio socio-geográfico y económico en el que se aplica.
“Creo que la buena fe de los maestros debe ser la llave que abra las puertas al diálogo. Creo que los buenos maestros, como usted, y como miles, una inmensa mayoría de maestros disidentes, son grandes forjadores de destinos y eso les da un papel clave en nuestra sociedad”.
Fabiola Trelles Ramírez