Academia Mexicana de Ciencias
Boletín AMC/177/13
México, D.F., 10 de mayo de 2013
- El texto explica claramente cómo se obtienen los datos, cómo se analizan, qué quieren decir y qué no quieren decir, dijo Ruy Pérez Tamayo, autor del prólogo
- Es una guía para conocer qué es la ciencia, pero sobre todo, cómo se hace: Rosaura Ruiz
- No hay universalidad en lo que es el método, pues éste tiene características y connotaciones muy diferentes dependiendo del área de que se trate, consideró José Franco
- Antonio del Río, Enrique Galindo Fentanes, Ruy Pérez Tamayo, Rosaura Ruiz y José Franco durante la presentación del libro de Galindo: El quehacer de la ciencia experimental. Una guía práctica para investigar y reportar resultados en las ciencias naturales, realizada en la editorial Siglo XXI.
Foto: Leslie Pérez/AMC.
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“Mi amigo me invitó a su casa a verlo trabajar, yo tenía mera curiosidad, me quedé absolutamente encantado, aquello era fantástico. Raúl anestesiaba a un gato, lo ataba a la mesita y lo operaba con gran cuidado; le ponía una cánula en la carótida y empezaba a registrar fenómenos fisiológicos y los grababa en un papel ahumado que ponía alrededor de un cilindro, que era la manera en que se registraba antes de la electrónica. Yo me sentía en otro mundo. A la semana ya quería ser investigador científico, así fue como empecé, viendo cómo se hacían las cosas.”, contó el doctor Ruy Pérez Tamayo en un relato sobre sus inicios en la investigación científica, durante la presentación del libro El quehacer de la ciencia experimental. Una guía práctica para investigar y reportar resultados en las ciencias naturales, del investigador Enrique Galindo Fentanes, editado por la Academia de Ciencias de Morelos (ACMor) y Siglo XXI.
Pérez Tamayo, investigador especialista en patología, profesor emérito de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), e integrante de El Colegio Nacional y la Academia Mexicana de Ciencias (AMC), escribió el prólogo del libro del que dice es un manual muy completo para aprender a hacer investigación científica en el campo de las ciencias naturales y su interés se centra en la manipulación de la naturaleza.
Expresó que luego de la experiencia que vivió en sus inicios en la investigación, los jóvenes de ahora le dan envidia, porque cuentan con este libro, una ayuda que considera bien hecha, elaborada cuidadosamente, sencilla y que se entiende fácilmente; en la que se explica claramente cómo se obtienen los datos, cómo se analizan, qué quieren decir y qué no quieren decir.
En la presentación de la obra también participaron, además de Pérez Tamayo y el autor; Rosaura Ruiz, directora de la Facultad de Ciencias de la UNAM; José Franco y Antonio del Río, presidentes de la AMC y de ACMor, respectivamente.
Rosaura Ruiz, ex presidenta de la AMC, mencionó que al enfrentarse a su lectura, la obra de Galindo se muestra de diversos y cuantiosos modos: como un texto sobre la ciencia experimental o como un manual bastante completo para hacer investigación científica en el campo de las ciencias naturales; como un compendio de ejemplos pertinentemente elegidos y finos análisis que explican detalladamente cómo se trabaja en las ciencias experimentales y como una guía para conocer qué es la ciencia, pero sobre todo, cómo ésta se hace.
“La ciencia es como toda creación humana algo que está haciéndose, un proceso en construcción, una actividad creativa, hija de la intuición, la perseverancia y el método; un producto del trabajo intelectual y la experiencia, que tiene como resultado nada más y nada menos que el conocimiento y el perpetuo desarrollo del mismo”.
José Franco, quien es también titular de la Dirección General de Divulgación de la Ciencia de la UNAM, abordó en su turno los 15 capítulos contenidos en el libro, un índice temático que calificó de acertado porque permite tener una idea transversal de la experimentación en el área de las ciencias naturales.
“El primer capítulo se llama la sociedad del conocimiento. Este término se ha utilizado recientemente como si la sociedad actual realmente fuera la única que se ha beneficiado del conocimiento y, obviamente, el desarrollo de todas las culturas, de todas las civilizaciones y sociedades se ha basado en el conocimiento existente en su época, pues ha sido el motor de todos sus avances”.
Destacó que la obra de Galindo Fentanes es amena, un libro escrito con buen sentido del humor. “Tiene un número importante de citas y referencias a textos y artículos de divulgación, algo que es importante subrayar. La divulgación es utilizada como una herramienta fundamental para transmitir y comunicar una serie de conceptos que de otra manera sería difícil de realizar”.
Aseguró que no hay universalidad en el concepto de lo que es el método, pues el método científico para ciertas áreas, dijo, tiene características y connotaciones muy diferentes al método que se aplica en otras.
El autor, Enrique Galindo, investigador del Instituto de Biotecnología de la UNAM, profesor de la materia “Metodología de la Investigación” en las áreas físico-matemáticas y químico-biológicas a nivel preuniversitario, aseguró que no existen obras que describan con detalle las peculiaridades de las ciencias naturales, en particular con un enfoque práctico y basadas en la experiencia cotidiana del trabajo experimental, por lo que el libro pretende cubrir ese espacio, ya que está destinado a todos aquellos que quieran conocer el proceso por el que la ciencia llega a grandes y visibles resultados.
“También tiene el propósito de mostrar las metodologías cuya aplicación resulta, en la mayor parte de los casos, en aquello no tan visible ni espectacular que es la construcción cotidiana del conocimiento, en donde no es extraño que el principal fruto no sea el resultado, sino la experimentación por parte del investigador o estudiante, del proceso para llegar a él”.
Para Antonio del Río, quien fungió como moderador, leer El quehacer de la ciencia experimental. Una guía práctica para investigar y reportar resultados en las ciencias naturales, hace que “uno se sienta que ya es parte del libro, esto es diferente con otros, porque está escrito de una forma en donde lo aceptamos como nuestro desde el momento en que estamos leyendo, porque narra aspectos que todos los científicos hemos vivido”.
Fabiola Trelles Ramírez