Academia Mexicana de Ciencias
Boletín AMC/199/12
México, D.F., 15 de septiembre de 2012
- Nuestro vocabulario jurídico, político y en otros ámbitos, se ha gestado aquí, no ha llegado de España, afirma el especialista
- Nuestro objetivo fue crear un diccionario que respondiera a nuestra realidad social y cultural, dijo el miembro de la Academia Mexicana de Ciencias.
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Los criterios que tiene la Real Academia de la Lengua Española (RAE) para el uso y construcción del vocabulario del español han logrado que su diccionario sea uno de los “más pobres”, señaló en entrevista Luis Fernando Lara, investigador de El Colegio de México (Colmex).
Sólo hace falta compararlo –dijo– con el diccionario de Oxford o los diccionarios franceses para saber eso. “Resulta que el diccionario Académico: no da ejemplos, y el español de Hispanoamérica entra con gotero. Se impone así una concepción peninsular de la lengua”, afirmó.
Luis Fernando Lara quien es además miembro de la Academia Mexicana de Ciencias, sostuvo que con el Diccionario del Español de México (DEM), proyecto que ha tenido a su cargo por casi 40 años “se trata de corregir eso”.
“Los mexicanos vivimos con la sensación de que la lengua nos la prestaron, que no es nuestra. Lo que estamos haciendo con este proyecto es decir no. El español es tan nuestro como el de los españoles y vamos a demostrarlo”, lo cual, afirmó, es uno de los objetivos del DEM. Otro más fue hacer “… un diccionario que obedezca a nuestra realidad social y cultural. Muchísimo de nuestro vocabulario jurídico, político y en otros ámbitos, se ha gestado aquí, no ha llegado de España, y necesitamos mostrarlo”.
Un tercer objetivo tiene que ver con el análisis de la lengua: “hasta la fecha, la RAE sigue teniendo definiciones muy malas y a veces ni siquiera definiciones. De una palabra da un aparente sinónimo, y nosotros en nuestro proyecto cuidamos mucho la calidad de nuestra definición y tenemos nuestros ejemplos”, declaró el destacado lexicógrafo mexicano.
En ese sentido, se puede decir que el DEM “es un grito de independencia, sí, pero bien entendido, porque no estamos separando el español de México del español de España, solamente estamos diciendo: miren, el español de México es riquísimo y hay que respetarlo”.
La historia del DEM, inició desde el momento que el doctor Luis Fernando Lara llegó al Colmex, hace 42 años: “Afortunadamente el Colegio de México es una institución que nunca le ha tenido miedo a los proyectos de largo plazo”, expresó. Dijo sentirse afortunado de haber contado en aquella época con grandes profesores como Klaus Heger, Antonio Alatorre, Margit Frenk y Juan Lope Blanche, entre otros.
Víctor L. Urquidi, presidente del Colmex entre 1966 y 1988, por encargo de Antonio Carrillo Flores, director del Fondo de Cultura Económica en esos años, le pidió a Antonio Alatorre indagar entre sus investigadores quién era capaz de hacer un diccionario. Alatorre, a su vez, le pregunto a Luis Fernando Lara si consideraba lograr tan importante tarea. Fernando Lara respondió: “Un diccionario del español de México sí se puede, lo que no sé es cuánto nos vamos a tardar pero de poderse, se puede”, recordó el también miembro de El Colegio Nacional.
“Fue en ese momento cuando toda la formación que había adquirido se empezaba a concretar. Pensé: primero tenemos que saber qué es el español de México, porque lo que hacen los diccionarios académicos, es un español tomado de diferentes autores a juicio de los señores académicos, pero que no tienen ninguna representatividad y mucho menos de México”, sostuvo.
Así, el siguiente paso fue reunir un gran número de textos para construir el vocabulario del que se alimentaría el DEM: “reunimos un corpus de texto muy grande que nos permitió sacar de ahí el vocabulario, sin que intervinieran nuestros gustos, porque ese es un problema típico de la lexicografía, a un lexicógrafo le molestan ciertas palabras y no las pone en su diccionario”.
Con el paso del tiempo y bajo la dirección del investigador se fueron concretando varios proyectos. Primero, el Diccionario Fundamental del Español, publicado en 1982; posteriormente, el Diccionario Básico del Español de México, en 1989, y el Diccionario Usual del Español de México, en 1996; y finalmente, el DEM, publicado en 2010 con motivo del Bicentenario, el cual puede ser consultado de manera gratuita en www.dem.colmex.mx.
Hace un par de semanas, se presentó el Corpus del Español Mexicano Contemporáneo, también como parte del proyecto. “Es nuestro corpus, que hemos puesto a disposición de todos los investigadores, también de forma gratuita, están las fuentes de dónde obtuvimos nuestro materiales: literatura, periodismo, ciencia, técnica, discurso político, religión, literatura popular, conversaciones, textos regionales, etcétera”.
“El periodismo (una de las fuentes) me parece algo importantísimo. Precisamente estoy por entregar a la imprenta mi libro de Historia mínima de la lengua española, en donde le doy su lugar desde que apareció, a mediados del siglo XVII y en México a principios del XIX. Por el papel del periodismo en la formación de la burguesía y en la difusión de los conocimientos, es muy importante desde el punto de vista lingüístico, porque el periodismo es el que primero nota muchas palabras”.
El DEM “se ha convertido en un ejemplo para muchos diccionarios hispanoamericanos. Los argentinos sacaron ya un Diccionario Integral del Español de Argentina a partir de nuestros razonamientos. Y nuestros métodos de trabajo ya los detecté en un pequeño diccionario escolar que acaban de publicar en Cuba. De modo que -perdón por la falta de modestia-, no solo creamos un proyecto pionero en muchos campos, sino que además es líder en lexicografía contemporánea en Español”, finalizó.
Nancy Zúñiga Murrieta