Academia Mexicana de Ciencias
Boletín AMC/190/12
México, D.F., 7 de septiembre de 2012
- Es necesario trascender las políticas gubernamentales de sexenio: José Franco
- José Franco dio un diagnóstico del estado de la ciencia y la tecnología en México, en el Palacio de Minería.
Foto: AMC
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El sistema de ciencia y tecnología de México debe orientarse hacia el desarrollo económico, a la solución de los problemas nacionales y a la construcción de una sociedad del conocimiento, dijo el doctor José Franco, presidente de la Academia Mexicana de Ciencias (AMC), durante su ponencia “Estado de la Ciencia y la Tecnología en México” en el cierre de la Semana de la Ciencia y la Innovación en el Palacio de Minería.
Franco hizo un diagnóstico de la realidad que viven la ciencia y la tecnología en el país, mediante en análisis de diversos indicadores. Dijo que el número de integrantes del Sistema Nacional de Investigadores ha crecido –pasando de una plantilla de 7 mil 500 en el año 2000 a poco más de 19 mil en el 2012-, y su distribución en las diferentes áreas del conocimiento está bien balanceada, pero si se le compara con otros países estas cifras resultan muy modestas.
Por otro lado, señaló que la inversión en ciencia y tecnología, la cual proviene principalmente del sector público, ha permanecido constante en las últimas tres décadas, con un promedio de 0.37 % del PIB y resulta insuficiente para las necesidades de desarrollo del país, puesto que naciones como Israel y Finlandia invierten el 5 % de su PIB, es decir, más de diez veces lo que invierte México.
Las consecuencias de esta baja inversión, destacó José Franco, son visibles si se les coloca en el contexto internacional.
“México está dentro de las catorce economías más importantes del mundo, y su producción de riqueza similar a la de países mejor posicionados”, pero si se considera el PIB per cápita, el país ocupa el sitio 57.
Señaló además que para los 112 millones de mexicanos que hay en el país, no se está produciendo la riqueza que proporcionaría los satisfactores económicos y los empleos necesarios, a lo cual se le añade la “pésima distribución de la riqueza”.
Sobre la posición de nuestro país respecto a un universo de 142 países analizados en distintos rankings, José Franco incluyó los siguientes datos: México ocupa el lugar 73 en calidad de infraestructura, 82 en acceso a internet en el sistema escolar y 54 en calidad de instituciones de investigación.
Este último indicador lo calificó como positivo, pues a pesar de que la inversión es pequeña se tiene buena calidad en infraestructura e instituciones de investigación.
Por otro lado, reconoció que la inversión en educación es adecuada, pero los resultados son negativos, lo que lleva a la pregunta: “¿Por qué si la inversión en educación, sobre todo a nivel primaria, es adecuada, los resultados son tan pobres? Hay algo que no está funcionando”.
En cuanto al rubro de patentes, además de su bajo número, indicó que estas no se están concediendo a grupos nacionales sino a extranjeros, debido a la presencia de empresas trasnacionales en el país, que no diseñan aquí sus productos sino solo los patentan para que la licencia les reditúe.
Al referirse a la balanza tecnológica del país señaló: «Compramos veinte veces más de lo que vendemos y consumimos tecnología externa. Financiamos generosamente el desarrollo de la ciencia y la tecnología de otros países y somos tacaños para la inversión en México”, dijo el astrofísico.
Este panorama, dijo José Franco, revela que no existe planeación a largo plazo ni prioridades que reflejen una política de Estado en ciencia, tecnología e innovación, pues las que existen son solo políticas gubernamentales de sexenio.
Alejandra Monsiváis