La Prensa
25 de junio de 2012
Ecologia
Organización Editorial Mexicana
México.- El Ciruelito es una comunidad que está ubicada en la delegación de San Blas, a 36 kilómetros al sureste de la ciudad de La Paz. Ahí, desde hace dos años, un grupo de alumnos de bachillerato, preocupados por el deterioro de las fuentes de abastecimiento de agua en esa región, pusieron en marcha el proyecto titulado «Módulo didáctico de conservación ambiental y recarga del acuífero de La Paz, Baja California Sur».
Con este proyecto, Santa Michelle Barrera Salazar, Erick Alejandro Manríquez Peña y Nadia Yunuen Díaz Ramírez obtuvieron el primer lugar del Premio Nacional Juvenil del Agua 2012 que otorgan la Academia Mexicana de Ciencias (AMC), la Embajada de Suecia en México y el Instituto Mexicano de la Juventud (Imjuve).
«Nosotros estamos representando a un grupo amplio de alumnos, porque los trabajos los llevamos a cabo muchas personas con ayuda de nuestros asesores, la ingeniera María del Socorro Paulin», señaló en entrevista Santa Michelle Barrera. También dijo que comenzaron a trabajar en el proyecto dos años atrás y está previsto que tendrá una duración de 5 años.
Por su parte, Erick Alejandro Manríquez comentó que los alumnos de la escuela primaria les ayudan con actividades de reforestación, como parte del proyecto, y sobre éste abundó que consiste en fomentar una cultura de preservación ambiental. Trabajando en la parte alta de la cuenca de la ciudad de La Paz, se realizan obras de captación de agua y la reforestación de todo el lugar. Se trata de empezar con esa cultura de preservación, dijo, al mismo tiempo que se obtienen bases sólidas en relación al costo-beneficio de la obra para el mejoramiento de la tierra.
Entre los objetivos que se tienen con la implementación del módulo didáctico destacan: «tener relación con la comunidad, integrarnos, fomentar la cultura de preservación del medio ambiente y del agua y recabar datos reales de la zona de trabajo. Estos datos no se tenían, por ser una zona muy particular», comentó Nadia Yunuen Díaz, y agregó que buscaban: «Dar el ejemplo de qué es lo que se puede hacer, para posteriormente llevarlo a cabo a mayor escala y que se vea que sí hay resultados favorables».
«Aquí (en La Paz) sólo llueve en época de ciclones, que es cuando tenemos abundantes lluvias. Si hay ciclones tenemos agua, si no hay ciclones carecemos de ella. Nosotros estudiamos y analizamos cómo circula toda esa lluvia. La península es larga, tiene una sierra en medio y sus pendientes son muy fuertes, al llover, esa agua que corre tan rápido se va al mar, entonces tratamos de aprovecharla, de retenerla», sostuvo María del Socorro Paulin, asesora de los jóvenes.
La cuenca de La Paz tiene una extensión muy grande, con el módulo didáctico están trabajando en un área de 1.4 hectáreas, «no es mucho lo que aportamos al acuífero, pero sí queremos que el módulo sirva de ejemplo», señaló Paulin, quien también recibió el reconocimiento y acompañó a sus estudiantes de sexto semestre de bachillerato durante la entrevista.
Comentaron sentirse muy emocionados y agradecidos por el premio. Michelle manifestó que «la emoción es mucha, no cabe en nosotros, cuando nos llamaron, la verdad estábamos muy felices por el esfuerzo que hemos hecho más que nada. Desde hace dos años estamos trabajando y nunca pensamos que se nos llegara a otorgar un premio tan grande como es éste».
Finalmente, cuestionados sobre qué le recomendarían, con base en la experiencia del trabajo que están llevando a cabo, al próximo presidente de México respecto al uso y conservación del agua, señalaron: «Primero que nada que sepa que es el recurso más importante con el que debemos contar, que es indispensable para la vida, que no se olvide de los beneficios que significa cuidarla. En el módulo se hace hincapié en innovar cosas que ya se deberían de saber, la naturaleza es muy sabia; por ejemplo, con nuestro proyecto tratamos de ayudar al acuífero a recargarse», dijo Erick Alejandro.