Hubo un tiempo donde las ciencias sociales impactaban en decisiones gubernamentales

logo La Crónica de Hoy

A finales de los años 80 y principios de los noventa había una gran preocupación en el sector académico por el boom petrolero en la zona norte de Veracruz, que implicaría problemas para las poblaciones indígenas. Entonces no había análisis de este tipo de impacto social en el país.

La Crónica de Hoy
18 de junio de 2012
Isaac Torres Cruz

Academia

A finales de los años 80 y principios de los noventa había una gran preocupación en el sector académico por el boom petrolero en la zona norte de Veracruz, que implicaría problemas para las poblaciones indígenas. Entonces no había análisis de este tipo de impacto social en el país.

Este tipo de circunstancias llevaron a Antonio Escobar Ohmstede a especializarse en Etnohistoria y realizar trabajos de investigación en las huastecas del noreste, un espacio social del que si bien se decía mucho, poco se sabía. Así, un grupo del Centro de Investigaciones y Estudios Superiores en Antropología Social (CIESAS) respondió a tener claro cuáles serían estos efectos en los indígenas, que ya cargaban con varios problemas agrarios y otros conflictos sociales.

En ese momento, Escobar se insertó de manera definitiva en esta clase de investigación para entender este tipo de procesos coyunturales pero también históricos. Finalmente no se hizo la explotación petrolera, señala en entrevista, aunque se está retomando de nuevo actualmente.

Y es que para el actual secretario del consejo directivo de la Academia Mexicana de Ciencias (AMC), décadas antes los científicos sociales incidían mucho en las políticas públicas del Estado y la toma de decisiones tenía un contenido y análisis en términos del impacto social.

“¿En qué momento los científicos sociales fuimos relegados en esta tarea? No lo tengo claro, lo que sí es que ha provocado mayor incomprensión de las problemáticas sociales y su conflictividad, así como entender menos lo que ocurre en una situación urbana o rural”.

Esto emana, en parte, del “principio” de que el producto del conocimiento generado por las disciplinas sociales no tiene una utilidad inmediata para un gobierno. Pero además “quizá nosotros tengamos la culpa al no saber transmitir adecuadamente las ideas”. Tema que no sólo se supedita a la relación academia-gobierno, sino también a la relación existente entre los científicos “duros”, incluyendo ingenieros, y sociales. “Porque hay acusaciones mutuas”.

En este sentido, hay que determinar canales de comunicación para que un ingeniero hidráulico sepa que construir una presa en una zona “x”, en términos técnicos muy adecuados, ejemplifica, también considere que el proyecto afectaría desde territorios simbólicos de comunidades indígenas, hasta cosechas de poblaciones mestizas, desplazamientos de personas y alteraciones productivas, entre otros.

“No se puede sólo llegar y construir una presa, llenar de agua el sitio para irrigar a 10 kilómetros de distancia. Si implica repercusiones sociales deben analizarse previamente y no como resultado de la construcción de la presa. Problemas similares han ocurrido en Nayarit, donde ha sido muy conflictivo el proceso”.

A su paso por Conagua, relata, el especialista entabló diálogos para evitar problemas en la población indígena por la limpieza de aguas y construcción de presas. Pero, en lo general, poco se ha avanzado, por lo que el trabajo interdisciplinario es clave a futuro.

Es por ello que aprender a transmitir las ideas, para su posterior adopción en políticas públicas, requiere la búsqueda de espacios de diálogo donde sean tomados en cuenta. Porque si bien toda ciencia tiene su complejidad, “comprender una realidad social no es sencillo, quizá sí lo sea sólo meter tuberías”.

WIRIKUTAGATE. Pero habría que preguntarse si, actualmente, la opinión y conocimiento de los científicos sociales no es valorada, ¿fue lo contrario entre la década de los setenta y noventa? Para el académico, la creación del Museo de las Culturas Populares, del INAH y el entonces Instituto Nacional Indigenista, son una buena evidencia de que sí, por esas instituciones propuestas y pensadas por científicos sociales.

“La decisión de declarar y firmar el acta del Convenio 169 de la OIT (Organización Internacional del Trabajo) sobre el reconocimiento del multiculturalismo fue una insistencia y logro de científicos sociales. También ha sido la lucha por la creación de municipios de usos y costumbres en Oaxaca, la elección de mujeres presidentas en estos o leyes en estados sobre derechos indígenas. Se ha logrado mucho, pero hace falta más”.

Sobre los acontecimientos de los problemas de minerías en áreas históricamente pertenecientes a poblaciones huicholes, el académico refiere que no es concebible pensar que la modernización y desarrollo debe ser en detrimento de las minorías étnicas.

Pero las mineras son además agentes contaminantes, por lo que el deterioro es ambiental y social, recuerda, es por ello que el asunto requiere de voluntad política y entender los procesos alrededor. “Está el derecho de los indígenas establecidos frente al derecho positivo que impregna el Estado mexicano. Pero hay que dialogarlo y entenderlo y permita sustentar el derecho pero no por encima del de estos pueblos”.

Pero si de política se trata, el investigador repara además sobre los candidatos a la Presidencia que hacen propuestas de cómo resolver los problemas del país, pero muy poco del tema indigenista en particular. Un aspecto que destaca es el de las universidades interculturales en zonas indígenas, que crean carreras que cubren ciertas demandas y problemáticas propias.

Pero el experto establece además que no todos los problemas sociales son inmediatos, ni las coyunturas son imprevistas debido a que, en muchas ocasiones, hay antecedentes. “Los problemas agrarios en Oaxaca no se remontan a primera mitad del siglo XIX, sino a la época Colonial, por ejemplo. Hay varios conflictos coyunturales pero otros de larga trayectoria. Sin embargo, las problemáticas y sus soluciones requieren de diálogo constante entre diversas ciencias para después impactar en políticas públicas y la Academia Mexicana de Ciencias es un puente para lograrlo”.

http://bit.ly/KfGxRz


Notice: ob_end_flush(): failed to send buffer of zlib output compression (0) in /home/amcedu29/public_html/comunicacion/wordpress2019/wp-includes/functions.php on line 5373