Reforma
06 de febero de 2006
Patricia López
El investigador mexicano Mario Molina, Premio Nobel de Química, urgió a gobernantes y candidatos presidenciales a impulsar una ‘revolución educativa’.
El Premio Nobel de Química 1995, Mario Molina, urgió a gobernantes y candidatos presidenciales a impulsar una «revolución educativa» que sume, a una mayor inversión económica y nuevas políticas científicas de largo plazo, un cambio de actitud en los maestros y en la forma de enseñar materias científicas desde la primaria.
«Necesitamos cambiar no sólo los planes de estudio, sino la forma de pensar de los maestros en materias como la química. Sin ello, en un mundo globalizado, cada vez nos irá peor», dijo Molina. «Tenemos científicos buenos, pero aún somos muy pocos».
Molina fue invitado por la Academia Mexicana de Ciencias a la conferencia del estadounidense Richard R. Schrock, Premio Nobel de Química 2005 y colega suyo en el Instituto Tecnológico de Massachusetts.
El científico mexicano consideró que, para no caer en el rezago, México requiere políticas científicas que aseguren que se va en la dirección correcta.
Agregó que los efectos de las políticas de largo plazo no se verán en el próximo sexenio, pero será un avance saber que vamos en el camino correcto.
En el acto, Schrock ofreció una conferencia académica del catalizador que desarrolló para obtener nitrógeno de la atmósfera.
«Su aplicación industrial es todavía un sueño», reconoció el profesor estadounidense, quien desarrolló un catalizador para convertir nitrógeno, abundante en la naturaleza, en amoniaco, útil como combustible no contaminante.