La Crónica de Hoy
16x de mayo de 2012
Juan Carlos Talavera, Isaac Torres, Antimio Cruz, Luciano Franco y Agencias
Cultura
La inesperada muerte de Carlos Fuentes, una de las figuras más importantes de la literatura universal, conmovió a la comunidad cultural del mundo. Su ausencia marca el fin de un escritor que desarrolló una obra vasta y variada y, sobre todo, que influyó en varias generaciones de literatos y llenó de historias a los ciudadanos de todo el mundo.
Ese recuerdo indeleble que dejó Fuentes se trasluce en las palabras de Jaime Labastida, director de la Academia Mexicana de la Lengua (AML), quien recordó que en 1957, cuando era estudiante de la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM, apareció La región más transparente, libro que lo conmocionó. “Yo viví bajo ese impacto durante varios años. Después apareció otro libro deslumbrante, La muerte de Artemio Cruz, con el cual se cierra el ciclo de las novelas de la Revolución Mexicana, con una visión crítica y en perspectiva”, explica.
“La publicación de La región más transparente, junto con El llano en llamas y Pedro Páramo, de Juan Rulfo, y Confabulario y Varia invención de Arreola, libros que aparecieron en la colección de Letras Mexicanas del Fondo de Cultura Económica, nos marcaron a quienes intentábamos escribir.
“Ése es el Fuentes que a mí me interesa, que rescato y me conmueve, el Fuentes de estos dos grandes libros. Después puedo decir que como ensayista es magnífico”.
El presidente de la Academia Mexicana de las Ciencias, Arturo Menchaca, dijo que “las palabras de Fuentes eran una buena guía”. Por eso, añade, es una noticia triste. Junto con Octavio Paz, son las dos grandes figuras de la literatura mexicana de los últimos años y reconocidas a nivel internacional. Para los mexicanos Fuentes era una especie de conciencia nacional que hizo comentarios certeros en los momentos adecuados.
Uno de los amigos entrañables de Fuentes, el colombiano Álvaro Mutis, señaló que el autor de Aura “tenía un sentido crítico para todo este manejo de los problemas literarios en donde la ambición está siempre en primera fila”.
“Conocí a Fuentes hace 50 años y tuvimos una amistad muy cordial y muy sólida. Era magnífico para colocar a cada quien en su lugar, a cada escritor en su lugar”.
En su cuenta de Twitter, Consuelo Sáizar, presidenta del Conaculta, escribió: “Carlos Fuentes ha muerto en su México. Su ausencia sacude a la patria de la ñ. Gracias por sus letras y su pensamiento. Adiós, Maestro!”.
Para el escritor y literato Alejandro Toledo, es un día triste para la literatura por la pérdida de un autor que no había dejado de producir, cuya obra, aunque discutible en algunos momentos, continuaba en progreso.
PRESIDENCIA. El presidente Felipe Calderón, en un mensaje en Twitter, lamentó profundamente el fallecimiento del autor, a quien calificó como un “escritor y mexicano universal”.
Por su parte, el candidato priista a la Presidencia, Enrique Peña Nieto, expresó su más sentido pésame por la muerte del escritor Carlos Fuentes y dijo que “es irreparable para el país.
El secretario de Educación Pública (SEP), José Ángel Córdova Villalobos, lamentó el fallecimiento del literato y dijo que “fue uno de los escritores más destacados de finales del siglo XX, del género de novela y ensayo, y su partida representa una gran pérdida para el mundo cultural del país y de todo el orbe”.
El tenor Fernando de la Mora calificó la noticia de una “tragedia nacional”, al tiempo que se mostró desconcertado. “Tuve el honor de estar con él en muchas partes y etapas de mi carrera y una muy cercana fue con la ópera Santa Ana, en la que tuve el honor de trabajar con él directamente”, recordó.
José Luis Cuevas se dijo “asombrado” por la noticia y agregó haber perdido a uno de sus “pocos y últimos amigos”. “Era de los pocos amigos que me quedaban, porque todos se me han ido muriendo, es una tristeza y pena”, comentó el artista, quien recordó que apenas el 26 de febrero pasado acudió a su casa a celebrar su fiesta de cumpleaños.
Bibliografía Recomendada
Novela
La región más transparente, 1958
La muerte de Artemio Cruz, 1962
Aura, 1962
Terra Nostra, 1975
La cabeza de la hidra, 1978
Gringo Viejo, 1985
Cristóbal Nonato, 1987
Constancia y otras novelas para vírgenes, 1990. Contiene 5 novelas cortas:
“Constancia”, “La desdichada”, “El prisionero de Las Lomas”, “Viva mi fama” y “Gente de razón”
Los años con Laura Díaz, 1999
La silla del águila, 2003
Todas las familias felices, 2006
La voluntad y la fortuna, 2008
Adán en Edén, Alfaguara, 2009
Vlad, Alfaguara, 2010
Cuento
Los días enmascarados; contiene 6 relatos:
“Chac Mool”, “En defensa de la Trigolibia”, “Tlactocatzine, del jardín de Flandes”, “Letanía de la orquídea”, “Por boca de los dioses” y “El que inventó la pólvora”
Cantar de ciegos; contiene 7 cuentos:
“Las dos Elenas”, “La muñeca reina”, “Fortuna lo que ha querido”, “Vieja moralidad”, “El costo de la vida”, “Un alma pura” y “A la víbora de la mar”
Agua quemada; contiene 4 relatos:
“El día de las madres”, “Estos fueron los palacios”, “Las mañanitas” y “El hijo de Andrés Aparicio”
Ensayo
La nueva novela hispanoamericana, 1969
Tiempo mexicano, 1971
El espejo enterrado, 1992
Geografía de la novela, 1993.
Contra Bush, 2004
La gran novela latinoamericana, 2011
Teatro
Todos los gatos son pardos, 1970
El tuerto es rey 1970