Academia Mexicana de Ciencias
Boletín AMC/092/12
México, D.F., 9 de mayo de 2012
- Agua, energía, desastres naturales y cambio climático entre los principales retos, señala G-Science ante la cumbre del G8
- .
Foto: AMC
Las Academias de Ciencias nacionales de quince países, entre las que se encuentra la Academia Mexicana de Ciencias, emitieron el día de hoy, desde Washington, declaraciones conjuntas en las que invitan a los líderes mundiales que asistirán a la próxima Cumbre del G8 y a otras reuniones internacionales a celebrarse este año, a considerar más a fondo el papel esencial que la ciencia y la tecnología podrían desempeñar para enfrentar algunos de los desafíos más apremiantes del planeta. Las declaraciones del G-Science (nombre que adopta el panel de Academias) recomiendan a los gobiernos hacer un llamado a la comunidad internacional de investigación para que desarrolle soluciones sistemáticas e innovadoras a tres problemas mundiales: a) cómo satisfacer las necesidades de agua y energía de forma simultánea; b) cómo desarrollar capacidad de recuperación ante los desastres naturales y tecnológicos y c) cómo medir con mayor precisión las emisiones de gases de efecto invernadero sobre una base de nivel nacional para verificar el progreso hacia los objetivos nacionales y los compromisos internacionales.
La Academia Mexicana de Ciencias y sus homólogas de 14 países señalan en una de sus declaraciones, que si bien generalmente se entiende que el agua y la energía son elementos clave en la seguridad alimentaria mundial, debido a la gran demanda que la agricultura tiene de ambos recursos, no obstante, no se está prestando suficiente atención a la relación entre la energía y el agua, es decir, al hecho de que la energía requiere del agua y el agua requiere de la energía. “Si no consideramos al agua y a la energía en conjunto, surgirán deficiencias que aumentarán la escasez de ambos recursos”, alerta la declaración. En su llamado recomiendan que los responsables de la toma de decisiones, reconozcan la interacción directa del agua y la energía a través del diseño de políticas que integren a ambas, y que hagan hincapié en la conservación y la eficiencia energética. También será necesaria la cooperación regional y mundial, afirman.
Los costos de los desastres se han incrementado en los últimos años, en parte debido a que ha aumentado el número de personas que habitan zonas vulnerables que cuentan con escaza infraestructura e insuficiente capacidad institucional para prevenir los desastres o para responder ante los mismos. El terremoto del año pasado en Japón, fue un recordatorio de que incluso los países desarrollados son susceptibles a los efectos en cascada de las catástrofes. Aunque los recientes fenómenos naturales ofrecen lecciones útiles, una segunda declaración de G-Science subraya que la evaluación sistemática de los riesgos futuros y la reducción de la exposición a los mismos, son la guía más eficaz para desarrollar la capacidad de recuperación ante estos eventos independientemente de sus causas. Además de la vigilancia periódica de los riesgos, la declaración del G-Science recomienda crear la capacidad de recuperación ante eventos de proporciones catastróficas, mediante la mejora de los sistemas de salud pública, las normas de construcción, la integración de capacidades de recuperación en los programas de asistencia, y el uso de tecnologías de la información para desarrollar sistemas más rápidos de alerta y de respuesta.
Se necesitan métodos más precisos y estandarizados para calcular las fuentes humanas y naturales de gases de efecto invernadero, así como de sumideros (procesos mediante los cuales se extrae de la atmósfera un gas o gases y se almacenan) como requisito previo para un tratado internacional sobre el clima y para determinar la efectividad de los programas nacionales de reducción de emisiones, afirma G-Science en su tercera declaración. Recomienda medidas que pueden adoptarse para llenar los vacíos de conocimiento en temas clave sobre este problema en unos años. Se necesitarán informes anuales de todos los países sobre sus emisiones de gases de efecto invernadero y sumideros, se afirma en la declaración, así como la cooperación internacional para compartir nuevas tecnologías y datos, un mayor uso de los instrumentos de medición, así como métodos de evaluación estandarizada para controlar correctamente las emisiones a nivel nacional. También deben establecerse programas internacionales de investigación para estudiar las posibilidades de descargas rápidas o a gran escala de emisiones de gases de efecto invernadero.
Las declaraciones de G-Science fueron firmadas por los líderes de las academias de ciencia nacionales de Brasil, Canadá, China, Francia, Alemania, India, Indonesia, Italia, Japón, México, Marruecos, Rusia, Sudáfrica, el Reino Unido y los Estados Unidos, que es la sede de la Cumbre del G8 este año. Durante los últimos siete años, las Academias de Ciencias que representan a los países que asisten a la Cumbre, han emitido declaraciones con antelación para informar a los delegados de esa reunión de mandatarios, sobre temas de ciencia y tecnología de importancia. Este año, por primera vez, las academias utilizaron el término G-Science para suscribir sus declaraciones, ya que pretenden informar no sólo a los líderes que asistirán a la Cumbre del G8, sino también a los integrantes del G20, de la Cumbre Ambiental Río+20, así como a participantes de otros eventos importantes.
El G-Science también señala que las declaraciones han sido firmadas por los dirigentes de las academias de ciencia nacionales de otros países, además de los que integran el llamado G8+5. Muchas otras academias de ciencia nacionales cuentan con amplia experiencia en las áreas que se abordan en las declaraciones, y las organizaciones científicas de todo el mundo también colaboran e informan sobre la formulación de políticas, a través de su participación en grupos como la Red Mundial de Academias de Ciencias, el Consejo Interacadémico, la Academia de Ciencias para el Mundo en Desarrollo y el Consejo Internacional para la Ciencia.