La Crónica de Hoy
2 de mayo de 2012
Antimio Cruz
Academia
La alerta sísmica con la que cuenta el país sólo tiene 230 usuarios, entre ellos instituciones de gobierno, oficinas de emergencias, el Sistema de Transporte Colectivo (Metro), algunas escuelas, estaciones de radio y televisión, pero todavía quedan fuera de aviso, en caso de un terremoto, la mayoría de las escuelas, hospitales, museos, centros comerciales, oficinas públicas y privadas, informó Gerardo Suárez Reynoso, especialista es sismos adscrito al Instituto de Geofísica de la UNAM y miembro de la Academia Mexicana de Ciencias (AMC).
En un comunicado difundido por la AMC, el investigador universitario explicó que para reforzar esta red de alerta temprana el Gobierno del Distrito Federal ha patrocinado un proyecto de modernización que contempla la ampliación de la alerta en la costa del Pacífico y la instalación de sistemas de alerta en la mayor parte de las escuelas de la ciudad. A pesar de estos avances, el universitario subrayó que los sistemas de alerta temprana no son la panacea o medicina para todos los males y que nada sustituye a una cultura sísmica de prevención bien arraigada en la sociedad.
El miembro de la AMC dijo que pese a lo que falta por hacer, los sistemas de alertamiento temprano (SAT) en México cuentan con un adecuado desarrollo tecnológico en electrónica, comunicaciones y cómputo para captar datos de la ocurrencia de un movimiento, aunque la parte débil son los programas de acción y los protocolos de respuesta.
México es un país sísmicamente activo. En el 2011 registró 4 mil 160 temblores de pequeña magnitud; en los últimos 110 años ha habido 160 movimientos telúricos con magnitudes mayores a 6.5 grados Richter.
“En tanto mejor informada esté la población en el tema, mejor respuesta tendrá ante un evento sísmico reduciendo con ello la pérdida de vidas humanas, principalmente”, concluyó Suárez Reynoso.