La Jornada
17 de abril de 2012
Javier Flores
Está en marcha la elección de la nueva mesa directiva de la Academia Mexicana de Ciencias (AMC), cuyos integrantes acompañarán en su gestión al nuevo presidente de ese organismo, el doctor José Franco López, quien tomará posesión en mayo próximo en sustitución del doctor Arturo Menchaca Rocha. Es un proceso que ocurre cada dos años, aunque en esta ocasión tiene un ingrediente especial, pues el relevo completo coincide con las elecciones federales y, en consecuencia, con el cambio en los poderes Ejecutivo y Legislativo en nuestro país.
Al tratarse de la organización más representativa de los científicos mexicanos, los dirigentes de la agrupación, fundada hace 52 años, tendrán entre sus tareas la responsabilidad de plantear ante los nuevos gobernantes las necesidades de este sector, y los caminos que permitan que las actividades científicas y tecnológicas desempeñen el papel que México requiere urgentemente para su desarrollo.
La elección de la mesa directiva de la AMC constituye un proceso democrático que es ejemplar. La organización está formada por 2 mil 352 investigadores, entre los que se encuentran los más destacados en todos los campos del conocimiento, tanto en las ciencias exactas y naturales, como en las sociales y humanísticas. Las votaciones –que concluyen el próximo 26 de abril– se realizan por vía electrónica. En la pasada, realizada en 2010, se logró una de las participaciones más altas, pues sufragó casi 60 por ciento de la membresía. En esta ocasión es de esperarse que esta proporción aumente.
Uno de los cargos que están en juego es la vicepresidencia, en la que las candidaturas corresponden a Blanca Elena Jiménez Cisneros, del Instituto de Ingeniería, y a Jaime Urrutia Fucugauchi, del Instituto de Geofísica, ambos adscritos a la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). Para la cartera de secretario los candidatos son Roberto Leyva Ramos, de la Facultad de Ciencias Químicas de la Universidad Autónoma de San Luis Potosí, y Gabriel López Castro, del Departamento de Física del Centro de Investigación y de Estudios Avanzados. Como tesoreras están propuestas Alejandra Bravo de la Parra, del Instituto de Biotecnología, y Guadalupe Valencia García, del Centro de Investigaciones Interdisciplinarias en Ciencias y Humanidades, las dos de la UNAM.
Si bien todos los puestos son importantes, la elección de la vicepresidencia despierta gran interés, pues, de acuerdo con los estatutos de la AMC, quien resulte favorecido o favorecida automáticamente ocuparía la presidencia en el periodo 2014-2016. Así, en la presente votación la Academia decidirá en buena medida su futuro a mediano plazo.
Tanto Blanca Jiménez como Jaime Urrutia cuentan con credenciales académicas irreprochables. Sus programas de trabajo (pueden consultarse en www.amc.unam.mx) muestran gran conocimiento del estado que guardan la ciencia y la tecnología en nuestro país y de sus necesidades, así como de la organización que encabezarían de resultar electos. Los dos tienen grandes iniciativas y propuestas que expresan sus deseos genuinos de servir a la comunidad científica y al país. La decisión es sin duda muy difícil.
No obstante, algunos académicos consideran que la balanza podría inclinarse hacia Blanca Jiménez, y no sólo por tratarse de una mujer, aunque en este caso no deja de ser un argumento importante, pues la AMC ha pugnado en los años recientes por una mayor presencia de mujeres en las tareas científicas y tecnológicas. Sin embargo, pese a que su número ha ido en aumento (actualmente representan 24 por ciento de la membresía), se han mantenido los obstáculos en la mayor parte de las instituciones para que ellas ocupen los puestos más altos de dirección, a pesar de contar con trayectorias científicas equivalentes o superiores a las de los hombres. Adicionalmente, en las elecciones de 2010 el voto femenino incluyó 65 por ciento del total de académicas.
Jiménez Cisneros es quizá la más importante especialista de nuestro país en ingeniería ambiental, en particular en el tema del agua, uno de los desafíos más grandes a los que se enfrentan nuestro país y la humanidad. Esto le permite contar con una visión interdisciplinaria, pues su área involucra a la vez factores sociales y científico-técnicos. También implica la comprensión de la cadena formada por la ciencia básica, la tecnología y la innovación, pues por medio de su trabajo ha obtenido el registro de algunas patentes. Su liderazgo no solamente se expresa a escala nacional, sino en el plano externo, pues cuenta con una apabullante lista de reconocimientos internacionales, en varios de los cuales figura como la primera mujer en el mundo en obtenerlos.
Un argumento adicional a favor de Blanca Jiménez es que el equipo que presidirá inicialmente José Franco –y después ella si es elegida– requiere de la mayor cohesión y entendimiento entre sus integrantes, para enfrentar con éxito las tareas propias de impulso y defensa de la ciencia que desarrolla la AMC, y su papel como interlocutores independientes ante las autoridades que resulten de las elecciones federales el primero de julio.