Juan Ramón y Gerardo

El Economista
3 de febrero de 2012
Eduardo Cruz Vázquez

De la forma en que opera AMLO el anuncio de quienes integrarán su gabinete en caso de ser elegido Presidente es de esperarse que en Morelia, el día 14, en la reunión que tendrá con los integrantes de Morena Cultura, no sólo reciba lo que dicha comunidad le proponga. Lo consecuente será enfile a quien se hará cargo del Conaculta o bien, se pronuncie en favor o en contra de lo que su eventual Secretario de Educación Pública perfiló hace unas semanas en el Coloquio Ciencia y Humanismo.

Juan Ramón de la Fuente, al lado de Juliana González y Arturo Menchaca, estima conveniente que un nuevo gobierno instale al fin una Secretaría de Cultura, Ciencia y Tecnología. Según la nota de nuestro editor Manuel Lino (19 de enero), el exrector de la UNAM “inauguró la mesa buscando dar término al enfrentamiento entre lo que Charles Percy Snow bautizó ‘las dos culturas’. La tesis fue que la ruptura entre las ciencias y las humanidades era uno de los principales obstáculos para la resolución de muchos problemas mundiales. Es decir, iba más allá del hecho -que él mismo había comprobado, por cierto- de que los humanistas no pudieran enunciar la segunda ley de la termodinámica, del mismo modo en que los científicos no habrían leído alguna obra de Shakespeare”.

Si bien tengo algunas discrepancias sobre las maneras en que el exsecretario de salud del gobierno de Ernesto Zedillo articula su pensamiento e imagen pública, como de su gestión en la UNAM, reconozco que como pocos en estos momentos que vive el país, cualquiera de sus dichos salen cargados de enorme significado. Importa indicar que tal iniciativa acolchonada por el coloquio no sólo es viable. Reencauza un ciclo de discusión que no es posible que sigamos eludiendo quienes cohabitamos en estos ámbitos: la reordenación de la intervención del Estado en educación, cultura, ciencia, tecnología y, agregaría, deporte. Quehacer gubernamental que en otras naciones ha sido resuelto, como es el caso de Corea del Sur, Francia, Canadá y Colombia. No es casual el tono de la intervención de Diego Valadés: “En la Constitución mexicana sólo se contempla a la ciencia para dar libertad de investigación, a diferencia de otros ejemplos en el constitucionalismo contemporáneo. Considero conveniente una adición en los siguientes términos, como último párrafo del Artículo 25: ‘La investigación, la innovación y el desarrollo técnico son una prioridad para el aprovechamiento de los recursos naturales, la solución de los problemas nacionales, el crecimiento económico, el bienestar social y el progreso cultural. El Estado promoverá la cooperación internacional, apoyará las instituciones públicas de investigación y de enseñanza superior, financiará los proyectos que considere adecuados por su calidad (…) y contribuirá a la formación de capital humano’”.

La mancuerna conceptual no puede pasar inadvertida, particularmente para la comunidad cultural, como tampoco para los otros aspirantes a la Presidencia de México. Por lo pronto importa preguntarse si Morena Cultura, tras sus diferentes asambleas, llegará a la propuesta de anular, reconvertir, mantener o mejorar al Conaculta o enfocará en estos días sus energías a vincularse con quien ostentaría las grandes decisiones que imponen los campos aludidos a efecto de unificar posturas.

En tal perspectiva, es una feliz coincidencia que Gerardo Estrada -quien acompañara a De la Fuente en la UNAM y que es uno de los más curtidos gestores culturales en el terreno gubernamental, un candidato natural a dirigir el Consejo-, a propósito de la decisión de posponer el fmx que preside, indicara (27 de enero): “Lidiar con los presupuestos es algo que tenemos que enfrentar en el mundo de la cultura; parece que la búsqueda de recursos es nuestro destino. Tenemos los compromisos de la gente que participará pero aún no contamos con liquidez.

Explorar otras formas de financiamiento será una tarea permanente (…). Exhorto a la Iniciativa Privada a aportar más para la creación y difusión cultural”. Más allá de la cruda realidad de un mecenazgo que carece de un andamiaje que articule su intervención, las señales del exdirector de Culturales de la SRE son por su naturaleza elementos a considerar en lo que vaya a proponer Morena Cultura y en su momento, AMLO. Cosa de días para, al menos, tener un adelanto.

Esquirlas. Tampoco es cosa menor lo que sucedió en Aguascalientes, donde se instaló el Centro de Investigación para el Desarrollo Cultural y la Educación Artística, bajo el mando de Eudoro Fonseca, en asocio con el CIDE y el INBA, de Tere Vicencio. Encontronazo en puerta. Ya nos ocuparemos.

asesoresencultura@yahoo.com.mx

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