La Jornada
LAURA POY SOLANO
Martes 18 de enero de 2005.- El efecto positivo que puede producir la creación de un marco jurídico en ciencia y tecnología sólo será posible si va acompañado de un «importante apoyo presupuestal», situación que aún no se ha logrado concretar, pues los recursos públicos destinados al rubro han disminuido en los últimos cuatro años, al pasar de 0.5 a 0.37 por ciento, afirmo Francisco Bolívar Zapata, miembro de El Colegio Nacional y ex director del Instituto de Biotecnología de la Universidad nacional Autónoma de México.
En entrevista tras participar en una reunión con parlamentarios europeos miembros de la Comisión de Cultura, Ciencia y Educación de la Asamblea Parlamentaria del Consejo de Europa, agregó que el vacío legal que persiste en materia de biotecnología y bioética en el país «no beneficia a nadie», e insistió que la Ley de Bioseguridad de Organismos Genéticamente Modificados, que analiza el Senado de la República, es resultado de una discusión de más de cuatros años, en la que participaron científicos y legisladores, que garantiza el «estudio caso por caso, así como la conservación de la riqueza biológica del país».
El ex presidente de la Academia Mexicana de Ciencias exhortó al Senado de la República a aprobar el marco jurídico regulatorio en la materia e incluir las modificaciones propuestas por la Cámara de Diputados a fin de «contar no sólo con una ley, sino un reglamento adecuado que permita el desarrollo de la biotecnología en México de forma responsable y de acuerdo con los parámetros de protección suscritos en el ámbito internacional».
En su exposición sobre el estado de la ciencia y la tecnología en México, Bolívar Zapata señaló que, a pesar de los avances en la consolidación y profesionalización de una estructura científica, el país enfrenta nuevos retos como el envejecimiento de la plantilla de investigadores, con edad promedio superior a los 50 años, y un número limitado de nuevos doctores, pues sólo se gradúan mil 200 cada año, así como la obsolescencia de infraestructura instalada, lo que requiere tanto de una fuente de inversión pública como de mayor participación de la iniciativa privada en el desarrollo de la ciencia.
Agregó que el país aún se ubica lejos de los estándares internacionales en generación y difusión del conocimiento científico, pues a pesar de que en los últimos 15 años se incrementó de mil 500 a 5 mil artículos científicos publicados en revistas de circulación internacional, su participación sólo representa 0.64 por ciento de las publicaciones científicas mundiales «muy por debajo de las generadas en los países desarrollados».