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5 de mayo de 2011
Notimex
México, 5 May. (Notimex).- Carlos Martínez Assad dijo sentirse emocionado y orgulloso por la nominación al Ariel de «La historia en la mirada», como Largometraje Documental, ya que es responsable de la investigación, restauración y guión inicial del filme.
Dirigido por José Ramón Mikelajáuregui y producido por la Filmoteca de la UNAM, al igual que cinco trabajos fílmicos realizados por alumnos del Centro Universitario de Estudios Cinematográficos (CUEC), están nominados en diversas categorías para la 53 entrega de los premios Ariel, que organiza la Academia Mexicana de Artes y Ciencias Cinematográficas, el próximo 7 de mayo en el Palacio de Bellas Artes.
«Estamos sumamente contentos por la nominación del documental, eso es algo muy positivo para mí como investigador, para la historia de México, porque estamos muy poco acostumbrados a ver películas históricas», añadió.
«La historia en la mirada» fue realizado a partir del rescate y restauración de tomas de cinefotógrafos de principios del siglo XX. La película retrata la etapa previa al estallido de la Revolución Mexicana, desde el final del Porfiriato, la efervescencia social y el efímero gobierno de Madero, la presencia de las clases populares con la figura de Villa y Zapata hasta la firma de la Constitución de 1917.
Martínez Assad, miembro de la Academia de Ciencias, dijo que para la UNAM, que resguarda esos materiales y permite a sus investigadores, como él, realizar este tipo de productos, es también un honor disputar la presea.
Subrayó que el documental busca establecer un intercambio de miradas entre los actores y las cámaras, e insistir en la presencia de las masas en la Revolución Mexicana, propuesta en el filme.
El relato de la autoría de Martínez Assad fue realidad gracias al rescate de imágenes preservadas en la Filmoteca de la UNAM, que en el marco del centenario de la Revolución, vieron nuevamente la luz para contar hechos importantes ocurridos en la historia de México.
Las imágenes, destacó el investigador, también son documentos que se pueden tomar en cuenta cuando se quiere reconstruir la historia o reafirmar un hecho social.
«Desde hace dos años comencé a investigar las imágenes que existían para ir armando un relato fílmico sobre la Revolución Mexicana, pero que resultara ameno y una historia de ser susceptible de ser contada a un público amplio», añadió.
Martínez Assad, miembro del Instituto de Investigaciones Sociales de la UNAM, explicó que el desafío del trabajo radicó en darle estructura y coherencia a la historia para que los espectadores pudieran conocer hechos del movimiento armado de 1910 en diferentes pasajes.
Sobre estas imágenes, resaltó que los cineastas iniciales filmaban para noticieros, las secuencias fílmicas tenía función informativa porque se iba al campo de batalla para luego exhibir en las salas de cine y que la gente viera el campo y conocería a los héroes y los lugares, pues ver a través de imágenes Zacatecas o Torreón atraía mucho al público.
Martínez Assad puso como ejemplo que la Batalla de Ciudad Juárez, ocurrida entre el 8 y 10 de mayo de 1910, para el 20 de mayo ya se exhibía en las salas de cine, sin ningún proceso narrativo, simplemente se proyectaba lo filmado.
«Esto es interesante porque la Revolución Mexicana y el cine mexicano nacieron al mismo tiempo», comentó el investigador.
Consideró que la parte más difícil de este trabajo fue la búsqueda de imágenes y darles secuencia, porque «en un archivo de ese tipo se encuentra uno con distintas imágenes de Francisco Villa en 1917, en 1911 y 1922, entonces había que darle coherencia y contar lo que cronológicamente sucedió».
Dijo que cuando se tiene enfrente un trabajo como éste, lo difícil es cortar los tiempos, por eso se dificulta la investigación, porque una vez que ya se entendió la lógica a una serie de secuencias hay que continuar investigando, por lo que el trabajo se hace demandante.
Sostuvo que lo importante de este filme es que pese al número de documentales que existen sobre la Revolución Mexicana, «La historia en la mirada» resulta original por dos razones.
«La primera, porque propuse un intercambio de miradas donde se seleccionaron secuencias en la que los actores establecían un diálogo con las cámaras, un objeto que entonces llamó mucho la atención entre la población y que acompañaban personas que no pertenecían a su grupo», precisó.
El científico social subrayó que su intención fue insistir en darle lugar a los personajes anónimos y a su conjunto, «esa masas que acompañaron a Madero, que festejaron la partida de Díaz, que se acercaron a los desfiles de Villa y Zapata en la Ciudad de México o a los desfiles de Obregón y Carranza».
Dijo que la historia que se presenta en la película «se cuenta como yo quería: comienza con la reunión entre Porfirio Díaz y William Taft, la primera vez que se encuentran los presidentes de Estados Unidos y México -16 de octubre de 1909 en El Paso, Texas, y Ciudad Juárez, Chihuahua- y culmina con la Constitución de 1917».
Explicó que se trata de 10 años de convulsión para México, donde aparecen y desaparecen movimientos, periodo en que se va gestando una idea de nación, de unidad que era fundamental para los grupos revolucionarios, y en esa medida tuvo la satisfacción, que esa década resulte tan atractiva como importante fue ese periodo.
«La historia en la mirada» se estrenó en forma comercial en un circuito de salas encabezado por la Cineteca Nacional y el Centro Cultural Universitario Tlatelolco, entre otros espacios.
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