El universal
04 de junio de 2005
Gerardo Unzueta
ASTRACANADA» significa, según la Enciclopedia del Idioma de Martín Alonso, «obra teatral escrita en tono disparatado y chabacano»; de allí se deriva el nombre del género teatral del mismo contenido, astracán. Eso es lo que presenciamos durante las dos últimas semanas, como escenificación del modo de gobernar de Vicente Fox y su grupo «ejecutivo».
Se podrá objetar esta caracterización y se dirá que es falta de respeto, pero ¿qué respeto pueden reclamar quienes eslabonan, uno tras otro, disparates y ofensas al país, a sus ciudadanos, a las víctimas de su ineptitud y de su lascivia financiera y de poder?
Es difícil en estos días encontrar una acción del Poder Ejecutivo y sus adláteres que no merezca la burla y el trato despectivo de los medios y de la población. Las mentiras con que los funcionarios pretenden ocultar el fracaso de la política del Partido Acción Nacional no hacen sino causar lástimas y referencias sarcásticas al país fantástico «Foxilandia» se le llama, en que aparentan vivir desde el presidente Fox hasta el Santiago recién renunciado, que deja «al país con paz social, estabilidad política y gobernabilidad», para lanzarse a la campaña por una Presidencia tan lejana de la grave realidad que el país vive, como esa su frase.
1. Todavía no se acallaban las protestas de los líderes de la comunidad afroestadounidense en Estados Unidos, por el indigno tratamiento que expresó al señalar que «ni siquiera los negros» aceptan realizar trabajo que desempeñan nuestros migrantes, cuando Vicente Fox eslabonó dos disparates en sólo la mañana del 23 de mayo: primero declaró: «Hago responsable al Congreso de la Unión… exijo a nombre de estas niñas (asesinadas en Ciudad Juárez)… que se apruebe la ley (de seguridad) que enviamos ya hace un año», cuando es evidente que el clima de inseguridad es responsabilidad del propio Poder Ejecutivo.
Más tarde su vocero, el director del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología, hizo reír a los hombres de ciencia al hablar en un discurso oficial de «los buenos frutos» de la administración foxista, cuando ya habían oído al presidente de la Academia Mexicana de Ciencias declarar que «el subdesarrollo científico de México es más pronunciado que el económico». Todo ello en el marco de la denuncia del propio presidente de la AMC, de que se había pretendido censurar su discurso, pues «no le había gustado a la Presidencia».
2. Otra salida chabacana del Presidente tuvo lugar el lunes 30, cuando enfrentó a los medios al declarar: «Tampoco es correcto estar refriteando sin información los mismos casos», pues la mayoría de esos homicidios de mujeres en Ciudad Juárez «están resueltos y los responsables están en la cárcel».
Eso, al mismo tiempo que se relevaba a la titular de la fiscalía federal para la investigación de los homicidios de mujeres en Ciudad Juárez, y se nombraba a otra sin antes haber trabajado en diagnósticos e investigaciones serios sobre la mayoría de los crímenes.
La respuesta más precisa a esta astracanada de Fox la dio Patricia Cervantes, una de las madres de las asesinadas: «Que atienda su responsabilidad y haga justicia, o mejor que se calle y no diga babosadas».
Pero si algún hecho escenificó el «astracán en el poder» fue el traslado (26 de mayo) de Archivaldo Iván Guzmán, llamado El Chapito por ser hijo del narcotraficante prófugo Joaquín Chapo Guzmán, del Reclusorio Sur a la prisión de alta seguridad de La Palma. Un aviso, cuya fuente finalmente se ignora, afirmó que ese día se montaría el asalto de un comando que rescataría al prisionero; la Procuraduría General de la República y la SIEDO determinaron actuar y montaron un espectacular convoy de 50 unidades motorizadas que ejecutó el traslado… para que a final de cuentas seis días después, un juez del estado de México determinara la libertad del rescatado, trasladado y resguardado. Sin embargo, quien se llevó la palma en su aportación a la astracanada del poder público, fue el subprocurador de la SIEDO, José Luis Santiago Vasconcelos, quien en una larga exposición sobre los cárteles de las drogas en México definió al Chapo Guzmán como «mucho muy inteligente», con «extraordinaria capacidad de reacción y de estructura», lo que llevaba a una conclusión: no se le captura porque los aparatos de investigación están formados por tarados. Por si hiciera falta, el propio funcionario estableció que el hijo del tal capo «no tenía ánimo de lucro».
3. No haría falta añadir más para completar el cuadro de la histórica astracanada . Pero el «gabinetazo» no podía pasarse sin completar la obra del género del astracán este fin de semana. Y por ello determinó elevar al puesto de secretario de Gobernación al más inepto, al más impropio para aplicar la política interior del país: el funcionario de añeja tradición sinarquista desde luego enemiga de la Constitución y las «leyes que de ella emanen», al adversario del trabajo de la mujer, al crítico de la obra Aura de Carlos Fuentes, al adversario de todo tipo de reivindicación obrera, en fin, a Carlos Abascal Carranza.
Fin del astracán preelectoral de Fox. Habrá otros, mientras lo permitamos.
Analista político, consejero nacional del PRD