PREMIO TWAS 2010 AL DR. ALFONSO LARQUÉ POR SU APORTACIÓN A LAS CIENCIAS AGRÍCOLAS

Academia Mexicana de Ciencias
Boletín AMC/113/10
México, D. F., a 18 de noviembre de 2010

  • Le reconocen 35 años de investigación ininterrumpida
  • Significativa labor en la fisiología vegetal en plantas cultivadas
El premio TWAS 2010 en Ciencias Agrícolas, el primero que obtiene un investigador mexicano en esta área.
El premio TWAS 2010 en Ciencias Agrícolas, el primero que obtiene un investigador mexicano en esta área.
Foto: AMC
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Por sus aportaciones a las Ciencias Agrícolas, específicamente en el efecto que causan los ácidos salicílicos en las plantas, el Dr. Alfonso Larqué Saavedra fue reconocido con el Premio 2010 de la Academia de las Ciencias del Mundo en Desarrollo (TWAS, por sus siglas en inglés), con lo que se convirtió en el mexicano número 13 en ganar este reconocimiento en los 25 años de historia de este premio.

El trabajo que Larqué Saavedra empezó hace más de tres décadas y que lo coloca como pionero en el área de los estudios del efecto de los salicílicos en la fisiología de las plantas y su impacto en la bioproductividad, este año tuvo una nueva distinción, y será en la próxima reunión general de la TWAS, el año entrante en Marruecos, cuando reciba su medalla y el premio económico al que se hizo merecedor.

“Esta distinción va a aquellas investigaciones en las que lo que se descubre es consistente y que con el paso de los años se valida. La verdadera ciencia es la que perdura, que se le da seguimiento”.

El premio TWAS 2010 en Ciencias Agrícolas, el primero que obtiene un investigador mexicano en esta área, fue otorgado también a Ibrokhim Abdurakhmonov, del Centro de Tecnologías Genómicas, del Instituto de Genética y Biología Vegetal Experimental de Uzbekistán, por su contribución a la comprensión de la diversidad genética y la explotación del genoma del algodón.

El beneficio que causa el efecto de la aspirina, que es una hormona vegetal, en las plantas, se comprueba en la obtención de plantas más vigorosas, con raíces más fuertes y profundas, así como una mejor floración y/o producción de frutos.

Larqué explica que las plantas poseen sus propios salicílicos para combatir amenazas, como organismos patógenos, pero que la aplicación mayor de esta sustancia favorece su crecimiento y fortaleza.

“Investigadores de diferentes partes del mundo empezaron a trabajar con la aspirina. Este nombre que patenta la empresa alemana Bayer en 1997 es un producto natural de las plantas y uno de los fármacos más utilizados en el planeta por seres humanos y en animales.

Aun cuando su uso es desde la época de los egipcios, nadie se había preguntado qué efecto causaba en las plantas, sabíamos que en ellas se originaba, pero desconocíamos la labor específica de esta molécula”, explica el miembro de la Academia Mexicana de Ciencias.

El científico originario de Texcoco, Estado de México, asegura que se tienen datos y experiencia con productores en todo el país con los que se han validado el efecto de los salicílicos. “Lo hemos hecho con los pequeños productores de chile habanero en Yucatán, pero también con grandes empresarios que exportan tomates y hortalizas a Estados Unidos. En todas las especies que hemos probado el impacto es claro”.

El miembro del Consejo de Asesores del Centro de Investigaciones Científicas de Yucatán subraya que ante el uso popular de la aspira, la gente supondría una aplicación sencilla en la agricultura, “pero no es así, por lo que estoy dispuesto a decirles el know how para que pueda capitalizarse, porque requiere de un proceso, de ciertas concentraciones, de tiempos y condiciones específicas para lograr el efecto que se quiere. El trabajo de validación y comprobación ya se hizo, sólo falta aplicarlo de manera masiva para asegurar la producción que necesitamos”.

Esta demostración –detalla- se ha hecho con gran cantidad de especies: pepinos, maíz, tomate, frijol, papaya, naranja, tabaco, chile, soya, con lo que se ha comprobado que hay una respuesta universal de las plantas a las aspirinas.

Alfonso Larqué añade que estos experimentos se han realizado con resultados exitosos en el sureste, en Quintana Roo, Campeche y Yucatán; en el norte, Sonora y Baja California, mientras que en el centro se ha trabajado en el Estado de México, y en todos los tipos de suelo y clima la respuesta ha sido la misma.

El investigador dice que comercialmente este método se aplica muy poco, un hecho que lamenta” porque es un descubrimiento mexicano hecho por mexicanos, y para beneficio de todos se trata de un producto natural, no es un químico que las plantas desconozcan, no contamina; el hombre lo consume y no afecta la vida ni la salud; y lo más importante es que es muy barato de hacer. En este caso la buena ciencia no cuesta mucho dinero y eleva de manera importante la producción”.

El egresado de la Facultad de Ciencias de la UNAM, del Colegio de Posgraduados de Chapingo y doctorado en la Universidad de Londres, expresa que uno de los aspectos que le gustaría ver en la práctica es que se le permitiera enseñar cómo hacer este procedimiento científico y se aplique de manera extensiva para incrementar y favorecer la necesidad alimentaria que tiene nuestro país.

“Es muy importante ver que se ocupe en el medio rural porque es tan barato que lo puede aplicar un campesino prácticamente sin recursos o el gran empresario para que se use de manera masiva como parte de un programa que permita cerrar el círculo”.

Con múltiples distinciones en su carrera, entre ellas el Premio Nacional de Ciencias y Artes, Premio Nacional al Mérito en Ciencia y Tecnología de Alimentos, Premio Nacional de Investigación en Alimentos y Presea Estado de México 1998, Alfonso Larqué expresa que su principal interés y parte de la obligación social de la ciencia es la transferencia del conocimiento al sector público. “La ciencia no debe quedarse archivada, hay que usarla y ponerla al servicio de la sociedad”.

Esta historia de trabajo disciplinado en la ciencia que empezó hace 35 años tuvo un inicio que fue reseñado en la revista Nature en 1974, luego lo hiceron la BBC, Times y The Guardian de Londres: “aspirin cure for dry crops”, es el título de uno de los artículos publicados el 27 de octubre de 1978, año en el que se inicia un trabajo enriquecedor para estimular y crear en México grupos de trabajo en fisiología vegetal.

En la actualidad, el Dr. Alfonso Larqué Saavedra continúa sus estudios en fisiología vegetal en plantas de cultivo, y dedica parte importante de sus esfuerzos para iniciar la construcción del Parque Científico y Tecnológico en Yucatán, proyecto para el que ya cuenta con los recursos y está a la espera de obtener pronto los permisos de la Semarnat.


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