La Crónica.com
6 de junio de 2010
Agencias
MÉXICO, D.F.- Las presiones externas sobre la economía mexicana han provocado que las empresas recurran a la tecnología extranjera para ser más competitivas, con los consecuentes efectos adversos en la generación científica y tecnológica nacional.
De acuerdo con el presidente de la Academia Mexicana de Ciencias, Arturo Menchaca Rocha, en tan sólo una década México pasó de generar un tercio de la tecnología que se utilizaba en el país, a importar 96% de ella.
En entrevista, el científico mexicano destacó que la lejanía entre científicos, tecnólogos y empresarios, impide el aprovechamiento del capital humano y técnico, así como la infraestructura instalada para generar conocimiento y tecnología propia.
«No es por falta de capacidad, sino es por las presiones que se tienen en el mercado global y por la falta de un entendimiento entre científicos y empresarios, todo ello nos han llevado a perder competitividad como nación», reconoció.
Citó que hace una década México tenía el mismo desarrollo científico y tecnológico de naciones como China, India o Brasil, cuando «generaba un tercio y compraba dos tercios» de la tecnología que requería, pero estos índices de competencia se han desplomado.
Precisó que con base en la llamada balanza de pago tecnológico de México que se obtiene entre los dividendos por Pago de Regalías y Patentes contra el Pago de Asesoría o Mantenimiento, México importa en la actualidad 96% de la tecnología que usa y sólo genera un cuarto por ciento de ella.
Sin embargo, para Menchaca Rocha estas cifras empeoran porque según previsiones, en un par de años estas cifras podría ser de 98 a 99%.
«Sino hacemos algo en breve estaremos cambiando oro por cuentitas y aunque parezca irrisorio, podríamos estar recordando la llegada de los españoles, cuando nuestros pueblos entregan sus oro por baratijas», advirtió.
‘La única manera de subsanar esta problemática es acabar con los recelos de científicos y tecnólogos, de que se sienten y dialoguen con los empresarios, que les hagan ver las ventajas de invertir en generar tecnología propia, aunque sea más fácil adquirirla. Tenemos que trabajar juntos en planes de la largo plazo», propuso.
Subrayó que México tiene numerosos ejemplos de las ventajas competitivas que ofrecen las alianzas entre el sector científico y el empresarial, traducidos en el incremento y posicionamiento, por ejemplo en el ramo de las pinturas comerciales.
Empero, insistió en que es necesario hacer más, pues en México cada año se tiene un promedio de registro de 200 patentes de mexicanos, cifra que anualmente registra una sola universidad de Estados Unidos.
Más aún, por cada 200 patentes dadas de altas por mexicanos, existen entre tres mil y cuatro mil que registran extranjeros en México, lo que debe ser un estímulo para invertir y generar más tecnología y ciencia mexicana.